viernes, 18 de julio de 2014

Halcones y hormigas


Cuentan que un periodista la lió parda no hace mucho en esa corrala moderna que es Twitter, afirmando que un conocido colega le había dicho: «los halcones no se meten con las hormigas. O algo así.» La cosa, como suele ocurrir siempre en la red del pajarito, acabó yéndose de madre y hoy es el día en que Halcones y hormigas es el single que más posibilidades tiene de alzarse con la divisa de canción del verano.

Lo cuento como chascarrillo de tarde de viernes porque el asunto viene a ser una versión libre del archiconocido Águila no caza moscas, con el que se entroniza aquello de que la casta nunca debe perder el tiempo en asuntos menores, aunque a colación sanciona aquello otro más vulgarote de que unos cardan la lana y otros se llevan la fama.

Internet es un océano inmenso en el que vales lo que tu última carrera y quien no lo entienda, sencillamente va listo. Quizás por esto me estoy quitando de Facebook siguiendo los sabios consejos de un hacker, cuido al extremo lo que digo en Twitter y mientras pienso lo que haré mañana, persevero en eso de tejer cuantas más frases puedo al día.

Escribir así de prolífico me supone una garantía frente a tanto halcón como hay suelto y una oportunidad única de desmarcarme como hormiguita tocapelotas, ya que por simple cálculo de probabilidades, cuanto más textos relleno, más papeletas tengo para dar en la diana...

Igualito que ellos, sea dicho de paso. Y es que entre halcones y hormigas no hay apenas diferencia salvo que los primeros se adornan con plumas a la vez que se la cojen con papel de fumar o miran si hay agua en la piscina mientras gritan ¡tierra! o ¡yo lo vi primero!, y las segundas, acostumbran a arrimar el hombro en silencio hasta dar con lo que buscan, así haya que recorrer la jungla entera y llenarse de barro las patas y las antenas para localizarlo.

En el fondo es una cuestión de actitudes, de saber qué lugar ocupas en el mundo y cuál es tu auténtico tamaño, y por supuesto de entender que por mucho que te empeñes en torcer la realidad, vales lo que vale tu última prueba, como decía más arriba, y que en esto, como en todo o casi todo, el segundo que llega es el primero de los perdedores, que diría Ayrton Senna, aunque sea un profesional quien se lleve la corona de laureles.

Os leo.

3 comentarios:

  1. Pensamiento:
    A pesar del enorme desarrollo de las redes de intercomunicación personal seguimos pensando en mentes individuales, encerradas en los límites de cada piel. Seguimos pensando en cada una de las comunicaciones como productos de estas mentes y, como productos, sujetas a las reglas de la propiedad privada; adquiriendo la solidez metafórica de una moneda, y como esta, sujeta a la devaluación (si algún troll tiene éxito) o a su revalorización (si lo cita alguien con mayor rango y alcance en la red de comunicación global).
    Al hablar "recreamos" el mundo y para ello solo podemos usar lo que ya les hemos oído a otros, porque si no seríamos totalmente incomprensibles. Pero aún así cada pájaro tiene su propio canto. Es nuestra forma particular de ir reordenando el mundo lo que nos hace originales.

    ¡Saludos!

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  2. "Escribir así de prolífico..."
    La importancia del "flow." Estoy pensando en ello. La semejanza entre los ritmos circulares del Rap y de la música sufí, de los que cité varios ejemplos el mes pasado. La continuidad autoexpresiva. La expresión de la individualidad pura como el camino más recto hacia lo universal, hacia las palabras llenas de la gran literatura.
    Busca tu centro mientras todo gira. Y no pares. Cada vuelta la haces mejor. No hay límite, si aguantas el vértigo y si no intentas lo imposible.

    http://youtu.be/sMnv1hbFNdQ

    ¡Saludos, sensei del hormiguero!

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  3. "La novedad se hace por una disposición inédita de las cosas antiguas." Jacques Monod, El azar y la necesidad.

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