El osito tuerto

Cuando todo parecía bajo control, llega la FIA y desequilibra el delicado ecosistema de la Fórmula 1 proponiendo la erradicación del FRIC, pasándole el muerto a las escuderías, pero lo más importante para nuestro interés: olvidándose de Pirelli.

Lo mencionaba de rondón el martes pasado [Yo diría que sí], y aunque debo admitir que ingenuamente apostaba a que las gomas de la milanesa iban a dar problemas por excesivo desgaste, lo cierto es que ayer saltaban las alarmas en Hockenheim precisamente por todo lo contrario.

En fin, estaba cantado que tocar las suspensiones iba a afectar a la estabilidad de los vehículos y también a la duración de los compuestos, ya que estos, como hemos recordado miles de veces, forman parte imprescindible de los sistemas de amortiguación de los monoplazas. Dicho lo cual, se ve que a la FIA le han faltado palabras para calibrar con la suficiente antelación el auténtico calado de su metida de mano en el puchero común, por aquello de equilibrar la temporada.

Un horno, el asfalto de Hockenheimring era ayer un mar de lava donde se podían freír huevos, pero así y todo, la elección superblanda de la milanesa fue capaz de aguantar 58 vueltas —la prueba está propuesta a 60, de manera que estirando un poco la cosa, digo yo que a lo mejor daba para rodar el Gran Premio completo—.

Ya confieso más arriba que esperaba que las Pirelli no soportaran el esfuerzo sin hacerse migas. Repasando algunos comentarios vertidos por pilotos, ese era precisamente el sentir general antes de la carrera de Alemania, pero visto lo visto... Una de dos: o bien a alguien se le ha ido la pinza, o bien mi vieja teoría de que la italiana hace siempre el mismo par de tipos de compuestos y solo los diferencia por los colores con que pinta sus flancos, lleva más peligro de lo que imaginaba.

En todo caso y por ahorrar escritura a mis más acérrimos detractores, tengo que decir honestamente que no veo conspiración por ningún lado. Ni siquiera una miserable mano negra. Lo que intuyo que hay es toneladas de tontería a la hora de negarse a comprender que incluso en Formula 1, alterar mínimamente algo que funciona puede originar una catástrofe de dimensiones colosales. La antigua historia de la mariposa que aleteaba en Pekín y provocaba un huracán en Los Ángeles, para que nos entendamos.

Sea como fuere, también podría ser que con lo del FRIC sucediera lo mismo que con la aerodinámica, cuando en uno de esos momentos tan indescriptibles como mágicos, absolutamente impagables, comprobamos atónitos cómo un monoplaza con un alerón roto, hace mejores tiempos, se desenvuelve mejor en pista y cuida con mimo sus ruedas, que con uno inmaculado...

En fin, desconozco qué nos dirá Pirelli al respecto de lo que ocurrió ayer, pero lo que es seguro es que si el martes decía que había posibilidades, hoy afirmo que las hay más aún, aunque quede por ahí la cosa esa de que otra vez nos ha tocado un osito tuerto en la tómbola y de nuevo no hay a quien reclamar nada.

Os leo.