No había que ser muy lince ni tener contactos en el convento para entender que tras Domenicali, tarde o temprano iban a ir desfilando extramuros los que mantuvieron en alto el palio que cobijaba al de Imola.
Los grandes problemas jamás se solucionan cambiando un nombre o dos, y de la misma manera que Montezomolo erraba el tiro creyendo que arreglaba algo sustituyendo a Felipe por Kimi, erraron los que pensaban que Stefano iba a estar solo en su exilio.
Es cierto que il sottocapo maiamitarra traído por Luca desde la soleada Florida, se ha tomado su tiempo. Primero por ver de qué demonios iba la historia que le habían encomendado y después, por saber qué parte del tejido era imprescindible, cuál resultaba recuperable y cuál podía ir directamente a la basura.
En este sentido, hay que admitir que si Zamora no se ganó en una hora, lo de meter mano a La Scuderia se antojaba a priori cosa bastante más lenta, pero aquí Mattiacci ha demostrado desde un principio por qué ha sido llamado a llevar los galones.
No ha hecho por ejemplo lo que Dennis después de mandar al paro a Whitmarsh. El romano no ha prometido nada que no estuviera en su mano cumplir. Ha interiorizado los problemas y ha cerrado la boca mientras aprendía y permanecía atento y observando cada movimiento de su gente. Ha abierto también el grifo de la comunicación en Ferrari, consciente tal vez de que tener contacto con el aficionado es un camino de ida y vuelta que retroalimenta adecuadamente a quien habla primero o se atreve a contestar, pero sobre todo, ha escogido meticulosamente los pilares sobre los que levantará su proyecto...
Mattiacci ha estado haciendo deconstrucción de Ferrari. A partir de la estructura actual ha desentrañado de dónde ha surgido, qué gabelas y comodidades arrastra desde que el tiempo es tiempo, planificando un futuro nuevo en el que sobra Marmorini, por ejemplo, quien en el momento de escribir estas líneas ya ha sido sustituido por Lorenzo Sassi. El sustituto de Domenicali pretende que La Scuderia abandone lo más rápido posible su zona de confort y lejos de vendettas o cobros de facturas, está dinamitando los puentes que la unen al pasado más reciente para que empiece a fluir la creatividad ante los retos, llegando a afirmar a Speedweek que quiere talentos jóvenes y hambrientos en las filas de la de Il Cavallino.
Lo escribí hace ya bastante tiempo: la Fórmula 1 es un mundo con una elevada media de edad entre los profesionales que lo integran, circunstancia que impide ahora mismo el adecuado refresco de ideas. Mattiacci parece haber entendido lo mismo que yo. Se hacía necesaria una buena poda, habrá sin duda algo de sangre, pero el baile de los machetes resultaba a todas luces inevitable.
Os leo.
Hola Jose,
ResponderEliminarY por eso, y porque cuando se fue a McLaren llevaba sus deberes hechos, y porque cuando se fue a Ferrari todo el que contaba sabía que dejaba un p**o circo, por todo esto no veo a Fernando moviéndose. Al nivel al que se mueve yo pienso que las decisiones son empresariales. Hay mucho dinero y, qué proyecto podría interesarle más que el actual? Entiendo que la comparación con Schumi es inmediata, equivocada a mi juicio por muchas razones: los momentos fueron diferentes y simplificar en uno solo los éxitos de una escudería es de conversación de bar. Pero no quita para que sea necesario triunfar en Ferrari. Ójala el Maiamitarra entienda que tienen que cumplir con su parte y dar con los genios que equilibren la genialidad que ya tienen en ALO.
Un saludo a todos.
ABB
Pero un equipo de F1 no es una joven startup basada en redes sociales donde las cosas se van construyendo sobre la marcha.Precisa conocimientos técnicos muy elevados y no menos experiencia práctica.Ferrari debe cambiar personas y procesos, pero sin volverse locos, porque el resultado será muchas temporadas más persiguiendo a los líderes y desperdiciando el talento y las ganas del más grande de la parrilla actual. Un saludín
ResponderEliminarBuenos días ;)
ResponderEliminarABB ;) Curcemos los dedos para que el maiamitarra haga un pleno al quince. Dicen que Fer ha renovado, esperamos que se porque esta vez las garantías son de 24 kilates XD
Gring ;) Sassi no es precisamente un bisoño. Imagino que con el mejor sentido del mundo, la juventud y la creatividad se engranarán en diferentes áreas de competencia en las que la experiencia debe ser el puntito más fuerte.
En todo caso, como bien dices, tampoco hay que volverse loco, ahí llevas toda la razón, amigo ;)
Un abrazote
Jose