La suerte del novato

Cada vez que abre la boca alguien de Red Bull o su entorno, sube el precio de las zapatillas Ferrari, con lo cual, me las voy a ver y desear para conseguir las mías antes de fin de año.

Sí, amigos y amigas, Helmut Marko, por ejemplo, no apuesta por Mercedes-Benz como alternativa a Renault porque no se fía de que la alemana proporcione a la austriaca material de primera, de manera que podemos entender ahora las recientes quejas de Lotus sobre la calidad de sus unidades de potencia y tirando del hilo, comprender también algunas cosillas de años pretéritos ya que un cliente tan finolis y exquisito como el de Milton Keynes, merece lo mejor y algo más si resultase necesario.

Y en la línea de hablar más de la cuenta, llega Gerhard Berger y nos dice al respecto de Sebastian: «No podemos olvidar que Vettel ha ganado cuatro títulos. Después de cuatro años consecutivos manteniendo la presión puede aparecer la fatiga. Resulta muy complicado superar que después de ganarlo todo durante cuatro temporadas te den un coche con el que no puedes ni aspirar a una victoria. Ricciardo está contento con un podio pero Vettel no está interesado en ser tercero, quiere volver a ganar.» 

Qué queréis que os diga. A mí todo esto me enternece y no tanto porque las palabras del ex de Toro Rosso sean coincidentes con aquello que dije hace unas semanas sobre la incomodidad que sufre Seb en la actualidad [Renault y sus cosas], sino porque delatan la manía que tienen en Red Bull de comenzar a orinar sobre los compañeros del de Heppenheim en cuanto este sufre algún revés de la fortuna.

Debe ser que el depredador tiene todavía los dientes de leche y necesita una turba de gañanes que le hagan el trabajo sucio de macerar la guerra psicológica contra los tipos que visten sus mismos colores y con los que el alemán comparte briefing, garajes y vehículo, pero visto lo visto, no equipo.

La perla que ha soltado Berger es descomunal: «Ricciardo está contento con un podio pero Vettel no está interesado en ser tercero, quiere volver a ganar.» Nos ha jodido, ¿y no será que como al australiano tampoco le han dado un un coche con el que no puede aspirar a una victoria (sic), está contento con hacer no un podio, sino todos los que pueda? Es más, con los 18 puntos que perdió en Melbourne, podio a podio, Daniel estaría ahora mismo tercero en el Mundial, por delante de Fernando Alonso y con Vettel a bastante distancia, por detrás, of course! Y si en España su escudería le hubiese dado a probar el cochecito con el que Seb hizo su remontada en vez del otro, el que según Gerhard no pita como para aspirar a la victoria (sic de nuevo), a lo mejor incluso había recortado distancias con los Mercedes.

Sé de sobra en qué piensan en Milton Keynes y que todo esto, aunque me haga gracia, no deja de ser la maniobra de todos los años: posicionar a los dos pilotos con dos niveles de exigencia diferentes, para que una vez las cosas discurran como está previsto, las estadísticas y las comparaciones hagan el resto.

Helmut Marko dijo de Mark Webber hace tiempo, que al aussie le bastaba con que su coche tuviese cuatro ruedas para afirmar el año pasado, que cuando tiene [Mark] un buen coche, es un piloto ganador. Hace poco nos deleitaba con aquello de que por fin tenemos [Red Bull] a un australiano que sale bien y puede poner a Sebastian bajo presión por medios justos... Me pregunto a qué llama este señor «medios justos» y a qué «presión» se refería si como dice Berger: «Ricciardo se contenta con un podio...»

En fin, no me enrollo más, pero dad por seguro que como Ricciardo siga mojando la oreja del tetracampeón más joven de la historia, tarde o temprano desde Milton Keynes, para justificar la historia sin desmerecer al ídolo, nos hablarán de la suerte del novato en tres o cuatro versiones que no tienen por qué ser coincidentes, como siempre, y si no, al tiempo.

Os leo.