A pesar de las últimas apariencias, sigo siendo un optimista
irredento que anda haciendo ahora mismo deconstrucción pura. Así, si mi
optimismo ha aflorado en los momentos más difíciles de nuestro deporte
durante los últimos siete años, pienso que haciendo ficción con la
suficiente antelación sobre instantes profundamente drámaticos como el
que os contaré dentro de unas líneas, podré disfrutar como un jabato de
lo que nos depare el futuro.
Corren tiempos extraños en lo que la culpa de todo la tiene Zapatero y considero que conviene hacer este tipos de ejercicios, siquiera para mantener la cabeza sobre los hombros. Así las cosas, qué mejor manera de hacerlo que agarrar la realidad por aquél sitio y apretar tanto que acabe cantando el Amapola como la cantara el tenor de los Coros de la Armada Roja en el Orpheum de Vancouver (1987).
Bien, hecha la introducción pasemos a los agradecimientos porque esta entrada hace la número 1.900 de ese rosario de incompatibilidades con la razón que desde va camino de siete años, llevo escribiendo por matar el rato y entender algo más de Fórmula 1.
Y aquí quería llegar yo porque adecentando esta pequeña posada que se cierne con notable estabilidad en el horizonte de eventos de ese enorme agujero negro que llamamos Internet, he descubierto que el año de mi quincuagésimo cumpleaños, 2009, supuso una cosecha cuya botella más celosamente guardada convenía abrir ahora ya que J-Car, Interlagos, Concha, Aficionando, Mai, Marian, King Krimson, Paulo, Julio, Arturo, Marta, Charly, David, Felipe, Mónica, Álvaro, iMam, Lola, Juan, Jorge, Noe, los que hicísteis pellas y volvísteis, los que me olvido y no querría olvidar, los que me habéis leído sin lanzar bengalas sobre vuestra posición y existencia, los que me leéis y renegáis en público de haberme leído, ya estábais aquí y a mi lado seguís porque si no, no sería posible seguir marcando las 1.000 visitas diarias en cuanto a estadísticas.
Han pasado unos años desde aquello y ha llegado más gente y más amigos (Gring, José Antonio, Alberto, Nacho…) y os sigo leyendo cada mañana cuando me levanto, a las cinco o las seis de la mañana a veces, y aunque vosotros no hayáis entendido todavía que este lugar es tan vuestro como mío, os juro que yo no lo olvido cada vez que me pongo al teclado.
Pero a lo que íbamos, que el mundo está falto de realismo mágico y aquí podemos dárselo a paladas. J-Car y yo llevamos años buscando la belleza a través de instantáneas, secuencias, guiños y sentencias, y citas, sobre todo citas, porque la literatura y Nürbu siempre han ido de la mano, y el experimento deconstructivo que os propongo hoy sé que os helará la sangre y que a J-Car en concreto le satisfará como un crucigrama inconcluso que encontramos en el asiento del metro o del autobús.
La FIA ha cambiado todo pero sólo en apariencia. Nuevos motores, nueva arquitectura aerodinámica y algunas modificaciones menores en cuanto a que los pilotos podrían ver ahora una peli porno en sus volantes mientras se entretienen buscando el botón adecuado a la hora de abordar una curva o una recta. Pero sigue sin haber libertad auténtica para articular todas las variables que participan a lo largo de la temporada, de forma que al igual que en 2009, sí, 2009, hace cinco años, quien da primero sigue dando dos veces.
Imaginemos ahora que en Sepang gana Hamilton y en Sakhir también, que en Shanghai vence Nico con Lewis detrás, haciendo doblete y tal, y que en el desembarco en Europa, el británico de Brackley comienza a asomar sus orejas como posible candidato al título mundial…
Discutiremos entonces sobre lo mal que lo hace Ferrari y sobre la poca chance que muestra Red Bull con la pobre pretemporada que ha hecho, pero nos olvidaremos, como siempre, de la importancia que tiene que las decisiones adecuadas se tomen en el tiempo oportuno, porque aunque Zapatero siga siendo el sospechoso habitual al que elevemos nuestras quejas en verano, la razón de las cosas seguirá siendo única: tino y sentido común sobre otras consideraciones, algo que falta desde hace décadas en nuestro deporte.
Hemos empezado de puto culo en cuanto a Ferrari y Fernando se refiere, como diría Derrida en el baño, y sin libertad de acción, con el traste seguiremos. Espero equivocarme y comenzar a ser feliz dentro de una semana escasa, porque en el fondo, en eso consiste el experimento, en equivocarme de nuevo y en volver a encontrar con vosotros la belleza en la errata que emborrona este texto.
Os leo. Siempre os leo.
Corren tiempos extraños en lo que la culpa de todo la tiene Zapatero y considero que conviene hacer este tipos de ejercicios, siquiera para mantener la cabeza sobre los hombros. Así las cosas, qué mejor manera de hacerlo que agarrar la realidad por aquél sitio y apretar tanto que acabe cantando el Amapola como la cantara el tenor de los Coros de la Armada Roja en el Orpheum de Vancouver (1987).
Bien, hecha la introducción pasemos a los agradecimientos porque esta entrada hace la número 1.900 de ese rosario de incompatibilidades con la razón que desde va camino de siete años, llevo escribiendo por matar el rato y entender algo más de Fórmula 1.
Y aquí quería llegar yo porque adecentando esta pequeña posada que se cierne con notable estabilidad en el horizonte de eventos de ese enorme agujero negro que llamamos Internet, he descubierto que el año de mi quincuagésimo cumpleaños, 2009, supuso una cosecha cuya botella más celosamente guardada convenía abrir ahora ya que J-Car, Interlagos, Concha, Aficionando, Mai, Marian, King Krimson, Paulo, Julio, Arturo, Marta, Charly, David, Felipe, Mónica, Álvaro, iMam, Lola, Juan, Jorge, Noe, los que hicísteis pellas y volvísteis, los que me olvido y no querría olvidar, los que me habéis leído sin lanzar bengalas sobre vuestra posición y existencia, los que me leéis y renegáis en público de haberme leído, ya estábais aquí y a mi lado seguís porque si no, no sería posible seguir marcando las 1.000 visitas diarias en cuanto a estadísticas.
Han pasado unos años desde aquello y ha llegado más gente y más amigos (Gring, José Antonio, Alberto, Nacho…) y os sigo leyendo cada mañana cuando me levanto, a las cinco o las seis de la mañana a veces, y aunque vosotros no hayáis entendido todavía que este lugar es tan vuestro como mío, os juro que yo no lo olvido cada vez que me pongo al teclado.
Pero a lo que íbamos, que el mundo está falto de realismo mágico y aquí podemos dárselo a paladas. J-Car y yo llevamos años buscando la belleza a través de instantáneas, secuencias, guiños y sentencias, y citas, sobre todo citas, porque la literatura y Nürbu siempre han ido de la mano, y el experimento deconstructivo que os propongo hoy sé que os helará la sangre y que a J-Car en concreto le satisfará como un crucigrama inconcluso que encontramos en el asiento del metro o del autobús.
La FIA ha cambiado todo pero sólo en apariencia. Nuevos motores, nueva arquitectura aerodinámica y algunas modificaciones menores en cuanto a que los pilotos podrían ver ahora una peli porno en sus volantes mientras se entretienen buscando el botón adecuado a la hora de abordar una curva o una recta. Pero sigue sin haber libertad auténtica para articular todas las variables que participan a lo largo de la temporada, de forma que al igual que en 2009, sí, 2009, hace cinco años, quien da primero sigue dando dos veces.
Imaginemos ahora que en Sepang gana Hamilton y en Sakhir también, que en Shanghai vence Nico con Lewis detrás, haciendo doblete y tal, y que en el desembarco en Europa, el británico de Brackley comienza a asomar sus orejas como posible candidato al título mundial…
Discutiremos entonces sobre lo mal que lo hace Ferrari y sobre la poca chance que muestra Red Bull con la pobre pretemporada que ha hecho, pero nos olvidaremos, como siempre, de la importancia que tiene que las decisiones adecuadas se tomen en el tiempo oportuno, porque aunque Zapatero siga siendo el sospechoso habitual al que elevemos nuestras quejas en verano, la razón de las cosas seguirá siendo única: tino y sentido común sobre otras consideraciones, algo que falta desde hace décadas en nuestro deporte.
Hemos empezado de puto culo en cuanto a Ferrari y Fernando se refiere, como diría Derrida en el baño, y sin libertad de acción, con el traste seguiremos. Espero equivocarme y comenzar a ser feliz dentro de una semana escasa, porque en el fondo, en eso consiste el experimento, en equivocarme de nuevo y en volver a encontrar con vosotros la belleza en la errata que emborrona este texto.
Os leo. Siempre os leo.
Ya hace unos años que nos llevamos leyendo, en mi caso con el convencimiento de que soy afortunada por haber encontrado un día este pequeño (o gran) rincón en el que aprender sobre F1 (siempre pensé que era inteligente rodearse de personas que saben más que tú).
ResponderEliminarPero no sólo aprendí cosas sobre F1, ha sido enriquecedor leer cada una de tus entrada y comprobar que se puede también aprender a ser optimista (a mí me hacía cierta falta aprender esto).
No podría imaginar que Nurburgring no estuviera en este pequeño mundo virtual, quizás por ello, soy yo quien te agradece cada una de tus palabras.
Y sí, nos seguimos leyendo, con absoluto convencimiento.
Gracias¡¡
Muchas gracias por estos momentos compartidos. Es un oasis. Desde hace años ya. Y, a veces, desde la terraza, en casa, en Santurtzi, miro al frente, un poco a la derecha y no sé qué me provoca antes la sonrisa, imaginar tu siguiente perla, el güisquito o la pipa... Zorionak, nagusi!
ResponderEliminarY felicidades y gracias a todos los que de vez en cuando aportan sus visiones.
Un saludo a Jose y a todos.
ABB
A mí este me parece un genuino remanso de paz y sabiduría. Un lugar donde se pueden leer entradas maravillosas y comentar y opinar sin esperar agresiones. Yo estoy encantado de haber encontrado este sitio.
ResponderEliminar¡Vaya críptico que te ha salido el 1900!. Si es como lo he entendido y desgraciadamente comparto, mal vamos en esta nave interplanetaria si lo que pretendemos es libertad,justicia y juego limpio. Pero me temo que esto ya es una mezcla a partes iguales de Matrix, show de Truman y 1984 y que la deriva es catastrófica para el pensamiento abierto. Como induce a pensar el amigo Fernando Berlín, la resistencia encuentra sitios donde parapetarse y rearmarse para luchar contra el poder director. Y este sitio es uno de ellos.El mejor. A por la 2000, sin piedad.Caiga quien caiga y le duela a quien le duela. Estaremos con el cuchillo entre los dientes agazapados. Muchas gracias por seguir ahí.
ResponderEliminar¡Qué tarde llego! He tenido una semana ajetreadísima y me ha sido imposible leerte. Y no sé que decir, que Nurbu es mi página de cabecera de F1. Que le agradezco a Tadeo por introducirme en tu mundo, y que tus lecturas son imprescindibles.
ResponderEliminarUn abrazo!