Algo hay en estos especímenes que adornan el paddock que los
hace inmunes al desaliento. Vuelve Ron Dennis, para buena parte de la
afición española, paradigma de la estulticia durante 2007 pero al fin y
al cabo, para casi todo el mundo con dos dedos de frente, el hombre que
puso a McLaren en el firmamento de las escuderías en las que hay que
fijarse.
No me cae bien, lo sabéis de sobra, lo que no evita que incline la
cabeza en señal de respeto ante uno de esos tipos que no se doblegan
ante nada ni ante nadie, que viven en las sombras alimentándose de los
rayos de luz que acumularon cuando habitaban el lado luminoso de la
vida, que no ceden así los maten, que fueron tallados de una pieza y de
una pieza hay que contemplarlos, so pena de arriesgarse a perder algo
que podríamos echar en falta más temprano que tarde.
La noticia saltaba ayer tarde y las redes
sociales se convertían inmediatamente en un hervidero difícil de
contener. Hasta donde he podido llegar con mis pocas fuerzas, Dennis no
va a solapar o eclipsar a Whitmarsh pero desde su nueva posición, podrá
hacerlo cuando le venga en gana.
Ya hemos comentado un montón de veces que Woking se enfrenta a un año
extraño y seguramente difícil. Vinculada por contrato a Mercedes-Benz
durante 2014, su alianza con Honda para 2015 siembra de dudas el futuro
inmediato de la escudería más laureada después de Ferrari y aquí, si no
me equivoco, encaja el bueno de Ron para sentar su cátedra y proteger el
imperio en una de sus etapas más vulnerables.
A pesar de que nos frotamos las manos porque en unos días
comenzaremos a ver los nuevos monoplazas y en apenas unas jornadas más
empezaremos a verlos circular sobre el trazado de Jerez, si no a todos
al menos a la mayoría, la auténtica guerra ha comenzado y las primeras
divisiones ya han sido desplegadas.
Ecclestone mantiene su cetro en el día a día, dicen, pero
abandona el consejo de administración y el CVC cambia de manos y ahora
serán Peter Brabeck-Letmathe y Donald Mackenzie quienes firmen los
papeles. En sentido estricto nada parece haber sido modificado con el
caso Gribkowsky pero en el lenguaje de los escualos, este asunto en
apariencia menor sirve en bandeja la posibilidad de un golpe de estado
que por aquello de ser sinceros hay que decir que lleva largo tiempo
siendo gestado, un cambio de fuerzas, en definitiva, que vienen
reclamando desde Montezemolo al último gorila que pretende una mayor
cuota de reparto en el goloso pastel económico cuya excusa se llama
Fórmula 1.
Si no me fallan las cuentas, apartado Bernie surgirán otra vez
Murdock y sus huestes con el objetivo de hacerse con el control de CVC Capital Partners (ya
lo intentaron en 2011), y aquí entran de nuevo Dennis y su experiencia.
McLaren no puede desperdiciar la oportunidad que se le brinda en
bandeja de plata. Tiene la obligación de garantizar sus opciones más
allá de las finas lindes que supone un calendario de carreras, un puñado
de victorias o incluso un título, y Ron es el hombre adecuado desde que
a comienzos de los ochenta del siglo pasado se hiciera con el sueño de
Bruce para llevarlo a lo más alto.
Decía al inicio que hay algo en estos especímenes que adornan el paddock
que los hace inmunes al desaliento, y lo podríamos definir como
instinto básico, algo totalmente imprescindible si queremos entender
cómo juegan los tiburones.
Yo lo definiría de forma más rápida y directa: Un perfecto hijo de la Gran Bretaña. Es un especímen de otro tiempo ya pasado que en este siglo del que llevamos ya 13 años gastados ha demostrado una falta de resultados y de tacto que lo único que han conseguido es ensombrecer poco a poco el nombre de un equipo mítico.¿Alguien cree que no estaba moviendo hilos desde las bambalinas?.Qué curioso que cuando a todos nos quieren vender el maná de la jubilación estos monstruos sagrados no se van ni con agua caliente...Política, economía,grandes empresas,...
ResponderEliminarUn saludo