Hulk y la paradoja

Paradojas de la vida: un deporte caro para ricos, no da para que algunas escuderías paguen los servicios contratados...

Me ha hecho gracia estos días pasados recordar que hace no tanto, a algunos les daba grima hablar sólo de «deporte» en Fórmula 1 porque a su decir, la máxima disciplina era un mucho más, fundamentalmente económico, que hacía necesario disponer de un máster en negocios bajo el sobaco para ser comprendido en todo su calado y magnitud, a resultas de lo cual, no todo el personal estaba preparado para saborear sus mieles.

Este nivel de exclusividad que se venía a sumar a la complejidad que había adquirido el escenario con el paso de los años, derivaba inevitablemente en que no se pudiera discutir con cualquiera, mucho menos con la portera o con el charcutero de la esquina (sic), pero hete aquí que primero Kimi y posteriormente el protagonista de esta entrada, han puesto de relieve en las últimas semanas que en F1, como en la charcutería o la portería, o ya puestos en cualquier actividad cotidiana, lo importante con los tiempos que corren es llegar a fin de mes sin que te toquen a la puerta...

Sea como fuere con quien hablemos o dejemos de hablar, casi todo el mundo coincide en que si lo de Raikkonen con Lotus tiene su tela, independientemente de quien lleve razón, lo de Nico con Sauber tiene delito porque el alemán es para los aficionados de a pie uno de los valores con mayor proyección del momento, y por ello se entiende mal que su fragilidad en el paddock le haya puesto en la tesitura de tener que disputar un asiento para el año que viene con contrincantes de abultada billetera o golosos contactos.

Es cierto que lo de menos a estas alturas es si Kevin Magnussen, Pastor Maldonado, Felipe Massa y a tenor de las últimas informaciones, Sergio Pérez, van a estar en tal o cual sitio, cuando todos intuimos que Nico lo haría mil veces mejor —digo «intuimos» porque al paso que va la burra, en 2014 nos quedaremos de nuevo sin saber cómo desempeñaría su labor como piloto el de Emmerich am Rhein sobre una montura adecuada—, porque el hecho incuestionable es que después del pago de atrasos realizado por Maranello para salvar el culo de Hinwil con su mejor hombre, amén de para impedir a éste que pudiera ayudar a Lotus en su lucha por la segunda plaza en el campeonato de constructores durante este último tramo de la temporada, obviamente, Hulkenberg se coloca en una complicada situación de cara a 2014.

Sauber, como comentaba hace unas semanas a cuenta del futuro de Checo (erré, por si os pica la curiosidad), es una escudería con una posición muy clara en la parrilla. Medianera, pelea exclusivamente por la suma de puntos sin que quepa en su filosofía actual, me temo que tampoco en la inmediatamente futura, la lucha por plantar cara arriba, ya que su pequeño presupuesto se lo impide (ahora también sabemos que el ídem tampoco da para pagar a un piloto como Nico). 

Lamentablemente, nada augura que el año que viene la de Monisha Kaltenborn esté en disposición de cambiar de expectativas, lo que nos pone en que con la práctica totalidad de asientos punteros de la parrilla ya ocupados para el año próximo, en el mejor escenario, Hulkenberg debería pasar una temporada más en Sauber, exponiéndose así a firmar una sesión ramplona, o peor como el coche no acompañe, con lo que sus posibilidades de cara a 2015 perderían un montón de enteros.

Paradojas de la vida: en un deporte caro para ricos y expertos, el futuro de un tipo como Nico Hulkenberg, duele lo mismo a una portera y un charcutero aficionados, que a cualquiera que se las dé de entendido porque además de deporte, ve en la Fórmula 1 un complejo negocio.

Os leo.