Haciendo gala de una capacidad de cálculo nada desdeñable, el propio Sebastian habia apostado a que en Buddh se coronaba como el tetracampeón más joven de la historia, y así fue como si el guión hubiese sido escrito a la salida del Gran Premio de China, que no me jugaría yo la mano a que no hubiese sucedido realmente como digo. En fin, sea como fuere, el Gran Premio de India, gozó por fortuna de un montón de alicientes que mitigaron la sensación de déjà vu, ofreciéndonos una carrera bastante completita gracias entre otras cosas, a que las idas de olla de Pirelli iban a dejar abierta la posibilidad de que tras meses de sequía, los aficionados pudiéramos asistir a un bonito despliegue de estrategias.
Sebastian salía desde la pole en conpañía de Nico Rosberg, y Fernando, el otro piloto que nominalmente mantenía opciones en el campeonato (es un decir), partía undécimo con neumáticos medios, con lo que la cosa pasaba por ver cómo discurría el asunto hasta que Vettel se coronara de nuevo. Pero no adelantemos acontecimientos porque la salida fue limpia y aunque hubo sus más y sus menos, todo parecía pintado de rosa hasta que el asturiano de Ferrari rompía su alerón delantero en un golpe con la zaga del coche de Mark Webber, razón por la que se vio obligado a entrar a boxes y obviamente, a echar por tierra su estrategia inicial.
El de Heppenheim, que había zarpado con gomas blandas las cambiaba rápido, de forma que Felipe tomaba el mando de la prueba entre las vueltas 3 a 8, dejándoselo posteriormente al aussie, quien se mantuvo en tan dulce posición nada menos que 19 giros. Pero la alegría duró poco. Sebastian no encontraba oposición en pista y antes de que la carrera alcanzara su mitad ya estaba de nuevo en cabeza.
Por aquel entonces Daniel Ricciardo era tercero sin haber entrado a garajes y Adrian Sutil luchaba denodadamente por jugarse las cartas a una sola parada, aunque con el tricampeón cómodamente liderando el Gran Premio, lo que quedaba por ver se trasladaba sobre los hombros de Felipe Massa, Romain Grosjean, Kimi Raikkonen, Lewis Hamilton y Nico Rosberg (Fernando navegaba en modo out por mucho que intentaba poner el on), pilotos que luchaban porque sus respectivas escuderías mejoraran o mantuvieran sus papeletas de cara al segundo puesto en el Mundial de Constructores (Milton Keynes ya se había asegurado el primero por cuarto año consecutivo).
Cabe reseñar el meritorio desempeño que realizaría durante toda la prueba india el paulista de Maranello, obligado a defender el pabellón italiano en solitario ya que Fernando bastante tenía con intentar arañar el último de los puntos, frente a los hombres de Brackley ya que los de Enstone resultaban inasequibles. En este sentido, el abandono de Mark Webber por un problema mecánico en su RB9, abría la puerta de par en par a que Kimi y Romain intentaran el asalto a la cabeza con una estrategia que por entonces era de una sola parada. Si bien a Grosjean terminaría yéndole bien, a Kimi le resulto fatal porque a unos cuantos giros del final, su E21 iba literalmente sobre las lonas de sus neumáticos, con lo que definitivamente, el finladés tuvo que entrar a cambiar sus compuestos en la vuelta 58.
Sebastian vencía de nuevo, amarrando así su cuarto título consecutivo, y en el podio le acompañaban Nico Rosberg y Romain Grosjean, respectivamente. Felipe terminaría cuarto, por delante de un excelente Sergio Pérez que firmó una hermosa carrera sobre su MP4/28. Tras el mexicano entrarían Lewis, Kimi y Paul Di Resta, antecediendo a un Adrian Sutil a quien había penalizado en exceso su intento de concluir con un solo paso por garajes (al final serían dos). Cerrando el reparto de puntos, Daniel Ricciardo, con Fernando Alonso ocupando la undécima plaza.
Os leo.
Esto cada vez es mas pressing catch y menos boxeo.
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