Como sabéis de sobra, admiro las creaciones de Adrian y su forma de hacer las cosas. Salvo en las contadas ocasiones en las que he hecho sangre de este artista como la copa de un pino, porque el tifosso que llevo dentro pide a veces algún sacrificio humano por aquello de restañar las heridas infligidas por el rival en el campo de batalla, siento por el ingeniero británico una inconfesable adoración que es ampliamente conocida entre otras cosas, porque no la he ocultado nunca.
Es bueno, grande, y camina como un funambulista por ese filo de la navaja que supone el reglamento FIA, de manera que no debería ofender a nadie si afirmo que está haciendo trampas aunque no quiera, que seguro que quiere, para que nos entendamos, ya que un ángel con alas siempre resulta tramposo entre humanos que a lo sumo, aspiran a elevar sus pies del suelo con ayuda.
Pero hoy no quiero hablar en sentido estricto del diseñador de Milton Keynes porque sospecho que me saldría un nuevo panegírico. Quiero hablar de sus creaciones, concretamente de esa fragilidad que acompaña su indiscutible belleza, porque nos acercamos a la segunda gira asiática y es posible que el RB9, con tanta humedad y calor, flaquée en cualquiera de los circuitos que quedan...
Si ocurre —cosa que espero con toda el alma y con sólidos argumentos en la cartuchera con que contrarrestar a quien ose mencionar siquiera, que Fernando ha ganado tal o cual prueba porque el cacharro de Sebastian ha hecho puff—, será ni más ni menos que por la misma razón que el RB9 se permite a base de aerodinámica alcanzar el tope de su recorrido con la famosa 7ª corta, para lograr 5 km/h. más de velocidad punta que sus rivales en recta, como ocurrió el domingo pasado en Monza.
Llamadlo el lado oscuro de la fuerza o como os venga en gana, pero esa misma magia que vimos hace tres días escasos conlleva asumir una serie de riesgos en el vehículo austriaco que como el yin y el yan, cohabitan en la misma idea, de manera que tirando del acervo popular podríamos sintetizar el asunto, diciendo que «la alegría, Dios la da y el diablo la quita».
Una aerodinámica tan cuidada, tanto externa como internamente, acarrea una importante economía de espacio en la colocación de los diferentes componentes, y si ahí el RB9 tiene su principal baza, también es de recibo admitir que también tiene a su mayor enemigo ya que ambos aspectos son las dos caras de una misma moneda.
El RB9 es casi perfecto porque Adrian ha asumido muchos riesgos en su diseño, lo que justifica en buena medida que los que no militan en la de Milton Keynes esperen el milagro de una rotura o un abandono, sin ser por ello unos envidiosos de mierda o apostar su ventura a la desgracia de otros. No hace mucho, Fernando afirmaba que sus posibilidades pasaban también por esperar a que a Sebastian le sucediera algo...
Me juego el brazo con que dibujo y escribo a que el asturiano no deseaba ningún mal al alemán y que sin embargo, se estaba refiriendo a lo que aquí mismo os he relatado. Y es que ya va siendo hora de que el RB9 nos enseñe su otra cara, la menos noble y fotogénica.
Os leo.
Todo esto está muy bien si no fuera porque para los fallos ya tienen al otro coche.
ResponderEliminarKing Crimson
ResponderEliminarComentaba en el artículo de Kimi, que Fernando perdió el título de 2012 porque tras el verano el Ferrari dejó de evolucionar y fue ampliamente superado por otras escuderías.
Eso y que tuvo dos ceros provocados de una forma u otra por coches con motor Renault, en lo que fueron lances de carrera muy desafortunados para el asturiano.
En fin, que si como vaticinas Seb acumulara un par de abandonos en las carreras que quedan sería sólo igualar calamidades. Y aun así Ferrari tendría que ser competitiva hasta el final. Veremos.
Un abrazo!
http://vmedia.cadenaser.com/cadenaser/2013/07/20130729csrcsrdep_4_Aes_LAU.mp4
ResponderEliminarVolvemos a los alerones voladores. Hay un tema sobre la velocidad punta de la que no se suele hablar y es que en pocos circuitos se alcanza la velocidad punta que son capaces de alcanzar estos vehiculos debido a la longitud de las rectas.
ResponderEliminarAhí es donde el RB9 tiene su mayor ventaja, que no es mas que el paso por curva, haciendo que la velocidad que lleva a la salida de la curva y por lo tanto de comienzo de la recta sea 15 o 20 km superior al resto de competidores.
Vemos que tiene una septima corta, que su vel punta normalmente es un poco inferior al resto, exceptuando cuando usa los alerones voladores, pero alcanza esta velocidad mucho antes que la competencia y la mantiene durante una buena parte de ella facilitando también la maniobra de frenado.
Saludos