miércoles, 4 de septiembre de 2013

Esa casa de lenocinio...


Esa casa de lenocinio que llamamos FIA arde ahora mismo por los cuatro costados. Jean Todt, en su despacho, aguanta como un jabato el acoso de los indios que ha mandado Bernie para meterle las avellanas en aquel sitio. David Ward, quien hace nada se ha postulado como apresurado candidato a una presidencia del máximo organismo que se sigue cociendo a fuego lento en lontananza; el propio abuelo de la F1, quien no se ha cortado un pelo en recordar que con Pirelli hay contratos firmados; y por si nos faltaba pimienta en este sainete, Mosley, Max Mosley, quien nos recordaba ayer o anteayer, que el actual presi es un dilapidador irredento que no cree en el formato económico reducido que él mismo propuso y que acabó, como todos sabemos, como el rosario de la aurora.

Apaches todos ellos, del primero al último, y mescaleros, de los que te limpian la coronilla de pelo por un quítame allá esas pajas, han salido a la palestra en fechas recientes para recordarnos que si no vamos peor de lo que vamos, es porque Dios no quiere, ya que si por el Altísimo fuera, ya nos podían ir dando.

En fin, a Jean Todt hay que reconocerle que a lo hormiguita se ha ido abriendo paso entre la morralla que le dejó como herencia Mosley y que Ari Vatanen, tras caer derrotado, llamó cultura, para proponer a poco que caduque su mandato la única novedad reseñable del mismo, que Michelin comparta con Pirelli eso que que se llama ampulosamente provisión de gomas, que lo mismo resulta inservible para tacos de escopetas que origina unilateralmente una guerra de dimensiones imprevisibles.

Bernie, que será mayor y canoso pero sigue sin tener un pelo de tonto, desenfunda primero como en las películas del Far West y saca de su chistera al otrora fotógrafo, al amiguete de Mosley, sí, a ése, a David Ward, para que haga de Toro Sentado en una escenografía que no da ni para pipas, y puesto que su primer cartucho tiene a todas luces la pólvora mojada pues no consigue mutar el semblante del pequeño Napoleón, saca a renglón seguido a su amigo del alma, a Max, quién sabe si de una de aquellas orgías en las que el británico se relajaba de su estresante vida, para que le recuerde al mandamás francés cómo se hacen las cosas...

No hay tu tía. El chiquitín de La Place de la Concorde resiste y sigue empeñado en que la presencia de Michelin en El Circo puede ser una buena idea.

¡Cagon tó me cago!, como diría el gran Charly. Bernie coge su Winchester y replica con un par de .30-30 tirados a lo alto, que con Pirelli hay contratos firmados y hay que respetarlos, y el despacho en el que no se ve a nadie le contesta que se ha pasado de listo, que los contratos los firma la FIA por mucho que la bruja de Blancanieves se crea la reina del cotarro.

Ward y Mosley son pura casquería en una guerra de titanes minúsculos. Bernie y Jean son cortitos de tamaño y por ello temibles, que ya se sabe que incluso el veneno es letal en pequeñas dosis. Y tenaces y duros, por si fuera poco. Y ambos a dos cubren desde sus respectivos puestos lo que será sin duda el devenir de los años próximos en cuanto a Fórmula 1 se refiere. Pena que estemos hablando de un geriátrico de medio pelo que parece una casa de putas, que si no, incluso yo, que no soy muy dado a los juegos de azar, apostaría como valor seguro a que en la guerra de tacatás, baberos y sillas de ruedas que se nos ha desatado en retaguradia, gana la opción más idiota, la más impensable, la que propone que estos dos tipejos se pongan de nuevo de acuerdo compartiendo el Viagra, para llevarse al huerto a la enfermera de sus sueños más húmedos.

Que Dios nos coja confesados.

3 comentarios:

  1. ¿21 pruebas para el año que viene? ¿PERO ESTO QUÉ ESSSSSSSSSSSSSSSSSS?


    King Crimson

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  2. Jajajaja. Más oportunidades para cagarla... Pero bien....

    José. Un placer leerte, como siempre.

    Un saludo.

    Toni Baños.

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  3. ¿Languidece el matrimonio Alonso-Ferrari?

    King Crimson

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