Y hasta aquí Bahrein [Sakhir]

El Gran Premio de Bahrein, cuarta prueba del calendario de Fórmula 1, comenzó bien y terminó mejor, ¡qué os voy a contar que no sepáis a estas alturas! Nico, quien había conseguido la pole el sábado, pudo defender la primera posición en la arrancada mientras Fernando y Sebastian protagonizaban una salida de las de antes (leáse sin conservantes ni colorantes), a puro músculo, buscando a codazos una segunda plaza que asegurara que cuando el Mercedes AMG del alemán comenzara a mostrar signos de flaqueza, se abriera la puerta para liderar de cabo a rabo la carrera.

Ganó esa baza Vettel y se zampó al hijo de Keke de la misma tacada, y la perdió irremediablemente el Nano cuando se le chafó el DRS de su F138, cuestión que hizo perder aliciente en la cabeza del Gran Premio, hasta el pundo de que la realización dejó de mostrarnos al tricampeón hasta que éste comenzó a dar grititos a lo campeón, porque sincerémonos: el espectáculo, ahí, se había terminado.

Nico empezó a naufragar, Fernando naufragaba del todo aunque remontaría, y Felipe firmaba el «naufragio Webber» de la prueba del emirato, porque había comprado todos los boletos para que Sakhir supusiera una historia para olvidar, y bien que lo fue... Pero nos quedaba Sergio, un Sergio que recordemos, había sido llamado a capítulo en McLaren por su comportamiento de flan Dhul en las tres carreras anteriores, y al que se había puesto en la picota ante los medios por ser un tardón en adaptarse al estilo de Woking.

Y Sergio, Checo, después de sufrir en propias carnes la rudeza del Multi 12 implacable de Milton Keynes, quién sabe si recordando a Octavio Paz cuando escribió «en todo encuentro erótico hay un personaje invisible y siempre activo: la imaginación», recobró el sentido, posó sus pies sobre la tierra y nos regaló dos monumentos impagables que obraron el milagro de tintar de castaño claro mis canas (dejé de ser rubio y pecoso en la adolescencia).

El primero tuvo como eje la batalla fratricida que mantuvo el mexicano con Jenson, y el segundo la batalla abierta que sostuvo con Fernando, lo que a la postre, sin comerlo ni beberlo, o quizás por eso mismo, llevó al número 2 de McLaren a terminar sexto, a tres puestos de distancia y por delante, de Button (10º).

Y después de Sergio nos quedaba Lewis, que a diferencia de Nico, quien acabó nono saliendo primero, partió nono y besó la bandera de cuadros en quinto puesto. Y por si todo esto resultase poco, ahí andaban el finlandés errante de la Lotus y el escocés de Sahara Force India, que aguantó como un titán toda la prueba hasta que fue sobrepasado por Grosjean...

Ganaba Sebastian sin despeinarse, y clonando el podio del año pasado, a sus lados estaban Kimi y Romain. Tras ellos un Paul Di Resta increíble, y luego Lewis y más tarde Sergio, como ya hemos narrado. El aussie hacía séptimo, y Fernando, a la chita callando, tirando de oficio a falta de DRS, hizo octavo. Y en lontananza, un Nico desfallecido y un Jenson algo quejica, cerraban la tabla de puntos.

Es miércoles, y me temo que los dromedarios que se acercaban el sábado a Sakhir ya han olvidado incluso el desierto donde corrieron el domingo. Y hasta aquí Bahrein, que diría aquél.

Os leo.