Gatillazo austriaco [Melbourne]

Si nos hemos pasado el fin de semana hablando de la superioridad aérea de Red Bull, justo me parece que dispense estas líneas a la primera carrera de la temporada, titulándolas precisamente «Gatillazo austriaco», porque doy por seguro que la austriaca, Red Bull, la de Adrian Newey, la de Horner y Marko, contaba con habérsela llevado para sentar los cimientos del que a decir de muchos, iba a ser su cuarto año de dominio tajante y consecutivo.

He quitado de la claqueta a Sebastian y a Mark, y a pesar de que este último ha realizado una de las peores salidas que le recuerdo, porque el fallo garrafal, a mi modo de ver, es arrogable por completo a la escudería donde militan, que no ha sabido leer correctamente la prueba y que por consiguiente, la ha perdido por negligencia, puesto que esta misma madrugada (mañana australiana), sus coches han enseñado muy buen músculo, calzándose la pole y la segunda plaza de la parrilla.

Así las cosas, la salida del Gran Premio de Australia se daba a las 17:00 horas, y en ella se cuajaban los ingredientes que al final la han resuelto, que por cierto, no aparecían en ninguna quiniela.

Vettel arrancaba bien, no así Webber, como decíamos más arriba, lo que ha originado que el aussie se haya descolgado hasta la séptima posición en los primeros metros y sin apenas despeinarse, y lo que es peor, dejándose adelantar sin mostrar apenas oposición, por el único tipo que tenía necesidad de extremar el cuidado de sus gomas superblandas porque pretendía ir a una estrategia de dos paradas, cuando los demás era previsible que fueran a tres.

Hasta la vuelta 19, la cabeza se muestra ya resuelta. Vettel, Massa y Alonso han realizado su primer paso por garajes unos giros antes, y salvo porque Adrian Sutil lideraba la prueba en aquel momento y parecía insuperable en pista, incluso en la amplia doble zona de DRS, y Kimi iba a la cola del coche de Fernando, nada parecía inclinarnos a pensar que Sebastian no lograra sostener el empuje de los hombres de Ferrari para llegar primero a la meta.

Pero en ese instante, el Nano entra en boxes cuando es cuarto, en un intento por romper la estrategia de Sutil y Vettel, lo que obliga a estos a protegerla entrando a realizar su cambio de neumáticos (el primero para el de Sahara Force India, razón por la que había llegado tan arriba, y el segundo para el piloto de Red Bull), pero la defensa resultaba insuficiente ya que el tricampeón salía a pista después de que pasara Fernando, y Fernando se desprendía de Adrian sobre el asfalto, casi de la misma tacada. 

El más perjudicado de esta maniobra era Felipe Massa, quien cuando estaba en cabeza, tenía que renunciar a ella para sustituir gomas, dos vueltas después que su compañero, y una más tarde que sus directos rivales, quedando al albur del tráfico y perdiendo la mayoría de sus opciones.

Delante, cómo no, estaba el tipo que necesitaba cuidar sus gomas porque iba a dos paradas y que había salido séptimo en parrilla, Kimi, supremo, delicado con los compuestos de su E21, inteligente en mantenerlos frescos y lejos del pernicioso estrés, mientras se mantenía contra viento y marea en las plazas punteras, a la espera de acontecimientos como el que tenía entre manos: ser primero.

Hasta el giro 33, Raikkonen corre cómodo en cabeza hasta que entra a los garajes para realizar su segundo y último cambio de neumáticos. Alonso primero y Sutil después, le toman el relevo, pero el finlandés vuelve a cogerlo en la vuelta 43 para llegar al banderazo con casi 12'5 segundos de ventaja sobre un Fernando Alonso incapaz de alcanzar al de Lotus, y que se limitó en los últimos compases de la prueba a mantener la presión, por delante, y a buena distancia, de Sebastian Vettel.

Tras los tres integrantes del podio, Felipe Massa en cuarta posición, seguido por Lewis Hamilton, con quien el paulista de Ferrari tuvo que arrear en la vuelta 40 hasta quitárselo de encima, y Mark Webber haciendo sexto. Más atrás, los dos Sahara Force India, el de Adrian Sutil, muy débil en pista calzando superblandos, y el de Paul Di resta. Y cerrando la zona de puntos, un descafeinado Jenson Button y por último, Romain Grosjean.

En líneas generales el espectáculo ha brillado. Las Pirelli han respondido como se esperaba y han ayudado a que las estrategias hayan tenido hoy su razón de ser. Mercedes parece mejor que en 2012, pero todavía adolece de problemas de consistencia (Rosberg abandonaba) y con las gomas. Ferrari y Lotus se insinúan con muy buena forma y amplias y halagüeñas expectativas. Sahara Force India se propone como la reina de la zona media, mientras que Sauber cede la rodilla, al igual que Toro Rosso.

Marussia y Caterham, se repartían las últimas plazas de forma intercalada, pero cada una de ellas con sus dos vehículos terminado la carrera. Williams, tristísima. McLaren no parece ni la sombra de sí misma. Y Red Bull, fallaba donde suele acertar: estrategia y vehículo, porque hoy en Albert Park, el RB9 ha demostrado que sufre en montonera, y lo que es peor, que delante no es capaz de ni de volar ni de sacar ventaja.

Lo dicho, el gatillazo austriaco. Os leo.