Disculpadme el título, pero es ver un Toro Rosso como el STR8, que
dista bastante en su diseño de su antecesor, el STR7, y que piense
inevitablemente en qué estará buscando el mago de Milton Keynes en el
cochecito del equipo B de Red Bull.
Dicho lo cual, la de Faenza es una escudería considerada como tal, y
como tal voy a tratarla, rindiéndome ante el ejercicio de estilo que ha
realizado en su vehículo para este año, ya que salvando su decoración,
me supone una absoluta preciosidad.
Así, el nuevo Toro Rosso que conducirán
Daniel Ricciardo y Jean-Éric Vergne, que amanecía ante el vulgo hoy
mismo, se propone como una auténtica evolución de su pariente lejano
(nunca mejor dicho), al ofrecernos una plataforma más estilizada y mejor
dibujada que el STR7, en la que destaca una nariz aplanada en forma de
espátula que evita el escalón de 2012, para fundirse con la carrocería
con delicadeza y sin fisuras, en aras de organizar el flujo que llegará
al habitáculo y a la zona central del volumen del vehículo, y los que
habrán de llegar hasta las aberturas de los pontones.
Dotado de un esquema de suspensiones convencional: push-rod delantera y pull-rod trasera, el vano delantero que surge bajo el morro, promete una suficiente alimentación de aire que llegando al splitter,
se repartirá para buscar la zaga de generosas dimensiones espaciales
que se sitúa en la parte terminal del coche, atravesando previamente
unos pontones cuyos canales inferiores (marca de la casa desde el STR6)
parecen ahora más comedidos que antaño, pero que siguen prometiendo una
buena cantidad de aire en la parte posterior del vehículo, sobre los
cuales se sitúan unas salidas de escapes en acequia curvada, dispuestas
de forma más adelantada que en el Toro Rosso del año pasado, y que
clonan la disposición prelimiar ofertada por el MP4/28 de McLaren, el
F138 de Ferrari, el C32 de Sauber y el F1W04 de Mercedes AMG, en todo
caso en posición más baja que las presentes en el modelo de Force India
para 2013 (VJM06).
Que un coche de mitad de parrilla apueste de forma tan clara por el
dominio de los flujos laterales y bajos no deja de sorprenderme, toda
vez que el propulsor Ferrari Type 056 que monta, no deja de ser
un motor cliente de prestaciones menores. Pero ahí está ese STR8, hecho
un brazo de mar, dispuesto a gobernar la parte media de la parrilla a
base de aerodinámica carente de músculo. Pero ¿quién dijo miedo?
En líneas generales, y a pesar de haberlo llamado dummy, le
doy un 6 raspado porque soy consciente de que necesitará de un milagro
para llegar entero a Spa, salvo que en Red Bull decidan lo contrario.
El dummy ha salido resultón este año ;) Te dejo un link donde luce cintura: http://loosewheelnut.co.uk/post/42346737688
ResponderEliminarUn besote