Vestido con una decoración sencillamente espantosa, se presentaba
esta mañana en Jerez el Marussia MR02, un vehículo que este año
competirá solo en el fondo de la parrilla debido a la notoria ausencia
de HRT (la escudería española quebró a finales de la temporada pasada).
El diseño del monoplaza ruso parece aplicar al dedillo aquello de si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él, en este caso, en su modalidad: si no puedes gobernar los flujos bajos, baja el coche,
porque si su apariencia es ya de por sí muy plana y ancha —particular
este último nada extraño, porque la plataforma propulsora Cosworth
CA2013 siempre ha sido más voluminosa que sus rivales, el presupuesto no
da para utilizar una caja de cambios más estrecha y además, el MR02
incorpora por primera vez el KERS y en algún lugar había que alojarlo—,
la posición de la nariz a poco más de un palmo del alerón delantero y la
curvatura longitudinal que muestra la carrocería, nos insinúan estar
ante un GP2 en vez de ante un auténtico F1.
Sea como fuere, Marussia es una integrante más de El Circo
y su esfuerzo por seguir en pie resulta encomiable, de manera que hay
que aceptar que con sus infinitas limitaciones, la de Dinnington ha
sabido evolucionar su nuevo monoplaza para resolver los problemas de su
antecesor, el MR01, al menos en el aspecto aerodinámico (la consistencia
mecánica y su capacidad para completar carreras, son otra historia).
Así, el MR02 abandona la nose con forma de cabeza de misil
que vistiera su prólogo durante 2012, para ofrecernos un morro muy bajo y
aplanado que se ensambla perfectamente con un cuerpo de la carrocería
que traza una bonita curva a media altura, con la intención de llevar el
caudal de aire frontal hasta unas salidas de los escapes, desde donde
serán gobernados para regar la parte alta del fondo plano en la zona del
difusor.
Para facilitar el trabajo, los pontones parecen que han sido
torneados con delicadeza y mayor inteligencia que en el caso del MR01.
De corta estatura y con forma de lágrima elongada, consiguen ahora
colocar las salidas de los escapes separadas del cuerpo del vehículo,
con abertura en acequia curvada situada en tierra de nadie, lo que
augura que servirán para arrastar el aire superior que recorre los
pontones, y el que llega por debajo de los mismos, con dirección hacia
una zaga muy comprometida por un volúmen interior que sigue siendo a mi
modo de ver excesivo.
La cúpula del cubrecapot también ha sido modificada. Sin
aleta, salvando las distancias recuerda la limpieza de la mostrada en el
RB9, y como éste, también utiliza una generosa salida del aire interno
que apunta hacia el vano del grupo del alerón trasero.
En líneas generales, y a falta de ver cómo funciona como conjunto y
qué solvencia muestra una vez sea puesto en pista, el MR02 me merece
todos los respetos. Ha sabido adaptarse y ha hecho de flaqueza, virtud.
Le daría un 4 raspado, pero como antiguo docente, sé perfectamente que
también hay que bonificar la actitud, así que con vuestro permiso, le
subo a un aprobado aunque su decoración merezca un cate.
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