Bernie, en fechas recientes, ha quitado importancia al hecho de que El Pacto de la Concordia
siga sin haberse firmado y no se prevea que vaya a ser rubricado en un
futuro cercano. Por tanto, es él y nadie más, quien tratando sin duda de
quitar hierro a un asunto bastante feo, sitúa su dedo índice con
dirección a la llaga que más supura de nuestro deporte, la de la falta
notoria de entendimiento entre sus partes.
Así, un año más, de nuevo, los integrantes de El Circo se
han puesto de acuerdo en no ponerse de acuerdo, válgame el requiebro,
sin duda porque este acuerdo tácito y no escrito que sigue vigente como
un contradiós, satisface mejor las aspiraciones de las escuderías, la
FIA y el FOM, que si aquéllas y éste rubricaran de puño y letra que
quieren liarse a puñaladas por ver quién consigue más en el bis a bis con el tipo que reparte las cartas, las baraja y las pone sobre la mesa según su octogenario arbitrio.
Si no me yerran las cuentas, en toda
negociación donde no es posible un acuerdo, lo que suele fallar es el
objetivo mismo del intento de entente. Los acuerdos suelen no llegar a
buen puerto por puro enfrentamiento irreconciliable —las partes no ven
satisfechas sus respectivas demandas—, o porque el acuerdo resulta nulo
de inicio —las partes no aspiran a llegar a ningún acuerdo aunque
afirmen lo contrario—. En este sentido, la F1 está mostrando una vez
más, siempre bajo mi humilde punto de vista, que está a gusto en este
caldo de cultivo de miserias en el que se ha convertido El Pacto de la Concordia
original, un lugar común que con el paso del tiempo sirve para
entretener a la galería y al respetable, barnizando de respetabilidad el
asunto, pero que falto de contenido auténtico, ha derivado en una
suerte de excusa doctrinal y en cierto modo muy amable, que sirve lo
mismo para un roto que para un descosido, mientras se maceran ad nauseam las posiciones adquiridas cuando el pacto de los cogieron tenía un mínimo sentido.
Llegado a este punto, tengo que decir que no me importa tanto que
Bernie admita que hace de zorro en gallinero, como que los equipos y la
propia FIA admitan y se conformen con ser las gallinas del gallinero
como si otro tipo de mundo no fuera posible.
Por desgracia me las he tenido que ver en los tribunales. Por suerte
puedo decir que he tenido la fortuna de que mis espaldas hayan sido
cubiertas siempre por abogados honestos que han buscado antes el
entendimiento que el litigio. Mi hermano es abogado. Mi sobrina mayor,
también. Entre mis amigos entrañables hay ahora mismo figuras
prominentes del mundillo del derecho o expertos de los
auténticos en patentes, marcas, derecho mercantil y propiedad
intelectual. Todos ellos, sin resquebrajo ni ausencias, me tienen dicho
que si dos personas están de acuerdo en cumplir una cláusula, no hay
razón para que ésta no aparezca en un contrato, lo que me lleva a pensar
en lo que no quieren firmar (léase aquello que temen significar con su
firma), la gentuza que diciendo que busca un acuerdo, se conforma con
tolerar que Bernie afirme en público que carece de importancia que no
haya sido firmado y que se prorroga porque él lo vale (al británico me
refiero), ya que en el fondo es un acuerdo entre caballeros.
A ese tipo de caballeros, hace no tanto, se les embadurnaba de brea y
se les cubría de plumas antes de tirarlos al Mississippi como Dios los
trajo al mundo, eso sí, bastante más deteriorados en su físico y en su
ego. Así que no veo por qué no podemos llamarlos ahora por su nombre,
tahúres, o referirnos a ellos como gallinas que se conforman con que un zorro de sienes plateadas les pastoree a su completo y senil antojo.
100% de acuerdo contigo, Josetxu; cuando dos partes están de acuerdo en cumplir algo, no debería haber ninguna reticencia para ponerlo por escrito.
ResponderEliminarLa cuestión es cuando ambas partes saben de sobra que lo que firman es papel mojado, no tienen el mínimo interés en firmarlo, ni siquiera por guardar las apariencias.
De todos es sabido la utilidad de los "recortes" en el gasto y las sospechas de que los equipos fuertes se han gastado mucho más de lo convenido. Todos sabemos que, bajo cuerda, desde tiempos ancestrales Bernie ha dado y quitado según interesaba...pero luego que no se quejen las escuderías, son tan responsables como el zorro ...
Muy buen artículo.
¿Y si Bernie fuera primus inter pares de una manada de lobos?.Las claúsulas sí tienen un límite:Una norma superior.Cualquier acuerdo firmado por dos partes que contravenga una norma será nulo, como poco.Todos estos lobos se manejan mejor en un territorio sin leyes,asi que, cuanto menos haya, mejor para todos.Un saludo
ResponderEliminarYa estás tardando en comentar el nuevo Lotus. ¿Más de lo mismo?
ResponderEliminarBernie está asfixiando a escuderías y circuitos. Y sin eso no existe la F1. ¿No le va a parar nadie los pies?
ResponderEliminarCreo que el deporte moderno en general no es tan limpio como en todos sus comienzos, lo que va en detrimento del espectaculo
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