Vales lo que tu última carrera

No deja de resultar absurdo que a estas alturas de la película haya quien siga negando la posibilidad de que a un piloto se le critique, en base a un argumento tan pobre como que no tiene que demostrar que sigue manteniendo un nivel alcanzado en determinado momento de su carrera.

Si así fuera, a Michael Schumacher, por ejemplo, no se le podría reprochar absolutamente nada de lo que ha hecho tras su retorno. Es uno de los más grandes, los abundantes números que atesora su vida profesional son apabullantes, y por tanto, siguiendo el discurso que están enarbolando algunos para neutralizar el hecho de que Vettel no nos satisface a otros, no cabría poner un miserable pero en el historial reciente del de Kerpen.

En el mismo sentido, a Felipe Massa, otro ejemplo a mano, le debería valer haber luchado cara a cara con Lewis Hamilton por el Mundial de 2008, para que nadie cuestionara su reciente renovación en Ferrari...

No os aburro. Sabéis de sobra que soy de la opinión de que los pilotos tienen que demostrar siempre por qué ocupan un asiento en la parrilla, enseñando prueba a prueba de lo que son capaces sin que ello suponga ninguna condena sino muy al contrario, una respuesta esencial al espíritu de la competición. La F1 es así de cruda. En su interior reina la ley de la selva, lo haces bien y eres bueno, lo haces regulín regulán, y te expones a que te llamen paquete.

Al final de todo, el conductor es el que convence o no, y creo honestamente que de esto es de lo que se trata, y por ello pediría un poco más de manga ancha para aquellos que sin negar la evidencia de que Sebastian Vettel tiene una gran talla como piloto, rechazan de plano la obligación de tener que volverse ciegos para disfrutarle aunque no les convenza.

Yo estoy en este grupo al que he aludido. Cuando he tenido que echar flores a Sebastian se las he echado, pero cuando coincido con Hamilton, Alonso, Whitmarsh y otros muchos, incluso con una buena parte de la prensa británica que tanto gusta mencionar cuando mete varilla a Ferrari, en que Vettel disfrutó de una suerte indescriptible en Abu Dhabi, considero que tengo derecho a poner en cuestión la calidad que han visto otros en el alemán, sin que nadie me llame sesgado. 

El de Heppenheim alcanzaba el podio en Yas Marina. Deje escrito anteayer que le reconozco el mérito de gestionar una prueba que le vino muy bien encarada. Me he molestado en entender cuáles han sido los factores ajenos que le permitieron coronar con éxito su hazaña. También se la he reconocido como tal... Pero el chiquillo sigue sin convencerme porque aplicando el «vales lo que tu última carrera», Sebastian es un gran piloto que tiene mucha suerte.

Lo he escrito muchas veces, quiero ver a Vettel más allá de los condicionantes que lo han convertido en una estrella. Quiero que me convenza porque intuyo de sobra todo lo que lleva dentro y no dejó ver su RB7 y oculta su RB8, y al hilo, quiero recordar las palabras de Ayrton Senna cuando dijo: Todos los años hay un campeón, pero no siempre hay un gran campeón. Y abusando de vuestra confianza, quiero hacer mías las de don Miguel de Unamuno cuando dijo aquello de Venceréis pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis porque convencer significa persuadir.

Os leo.