miércoles, 22 de agosto de 2012

Ganamos un hijo


Poco a poco me voy acostumbrando al inevitable retorno. He bajado algo de peso, luzco un ligero bronceado que si tuviera haberes me permitiría pasar desapercibido en Billonaire, y me hace falta un corte de pelo. Por lo demás, me siento optimista aunque hoy, quien me trajo de la mano a todo esto haya tenido la sana ocurrencia de poner en evidencia, una vez más, que luchamos por algo que aunque permanezca lejos, siempre, por mucho que nos acerquemos, merece la pena el esfuerzo de alargar la mano simplemente por recordar alguna vez que tuvimos agallas para intentarlo.

Hoy tocaba deshacerse de las cadenas con las que nos rodeamos día sí y día también, y pensando en Omar y en el ¡olé sus huevos!, me ha venido a la cabeza la Mercedes que vino para comerse el mundo apoyándose en el éxito conseguido por Ross Brawn en 2009, la que sacó a Michael Schumacher de su retiro para tentarle con la idea de que el mundo no se había acabado para él, y la misma que ha sido capaz de emborronar su historia en una aventura que siendo sincero pienso que olvidaremos pronto.

En cierto modo estaba cantado que Mercedes corría bajo la espada de Damocles de unas carreras hacia acá, y aunque a estas horas todavía no hay nada más allá de un puñado de bulos que llaman a que vayamos tomando posiciones alrededor de la tumba del gigante, es previsible que cuando acabe la temporada, la de la estrella de tres puntas diga adiós a la competición para dejar el sitio a AMG, de manera que pasaremos de Mercedes AMG Petronas, a AMG Petronas Mercedes si la petrolera se mantiene en su sitio. No es mucho cambio, ¿no?

El caso es que ya hemos visto este tipo de cosas en el mundillo reciente. Sin ir más lejos y por aquello de meter el dedo en la llaga sin más miramientos, querría recordar el salto sin red que dio Sauber en 2010, desde que llamándose BMW Sauber el año anterior, pasara a ser Sauber BMW aunque llevara propulsores Ferrari por aquello de cobrar la parte del tesoro que le correspondía…

Es el signo de los nuevos tiempos, y siendo honesto (no digo que nadie haya dejado de serlo) habría que admitir que lo de Mercedes, de suceder, no debería suponernos mayor quebradero de cabeza, porque en el fondo, todo nuestro mundo se nutre de sencillos cambios de nombres que nos hacen asimilables viejos conceptos que necesitaban algún remozo que otro. Al hilo, pienso en que toda esta chanfaina sería más comprensible si entendiéramos que la escudería no es una escudería y sí un hombre, Ross, quien se vistió de Honda en 2008 tras su año sabático, nos enseñó su cara en 2009, y se transmutó en leyenda que volvía, allá como en 2010…

El británico no ha cambiado y sospecho que seguirá sin hacerlo cuando todo esto del sueño alemán que no supo mediterraneizarse un poco (¡mira que se lo recomendé!) ni calzándose a Aldo, termine llamándose AMG como podía haberse llamado con cualquier otro nombre. Ross sí que sabe. Nuestro mundo no consiste en vencer si no en hacer que vencemos cuantas veces haga falta, así tengamos que vender a nuestra madre o nuestro alma al diablo, y ahí es donde el de Manchester nos ha salido un alumno muy ventajado, admitámoslo.

Bien mirado, como sucede en las familias cuando la niña se casa o se arrima, no perdemos una hija sino que ganamos un hijo, y en este sentido, mejor que nos quedemos con AMG con Mercedes como motorista, y en Brackley of course!, que con un hueco en la parrilla que Bernie tendría que rellenar con cualquier ocurrencia. Y es que hasta Mercedes tiene derecho a decir basta.

2 comentarios:

  1. Llevas razón José, pero a que había hecho ilusión el retorno de las "Silberpfeile". Más allá de Schumacher (del que no esperaba demasiado), realmente me los había imaginado capaces de armar un equipo que en 3 años estuviera en condiciones de arrasar ambos campeonatos, sin ninguna base sólida, por amor a la leyenda, simplemente. Por cierto hace poco leí por ahí que la historia de la lijada de pintura origen del emblemático color plateado, es falsa, una linda historia que se inventaron por vergüenza, ya que Hilter había subvencionado el desarrollo de coches de carrera para Mercedes y Auto Unión, y Adolfo los pidió plateados en lugar del blanco tradicional de los coches de carrera alemanes. Un saludo

    ResponderEliminar
  2. http://www.flickr.com/photos/mr_den/5772510539/
    ¿Recordamos como comenzó “el retorno”?
    Sauber + Mercedes + AEG + Schumacher. Fueron los problemas de AEG los que llevaron a la espantada de Mercedes en su ya avanzado proyecto de regreso a la F1. Sauber continuó por su lado. Y Schumacher por el suyo.
    Después Mercedes regresó a medias, de la mano de Ron Dennis y en forma de pegatina sobre sus motores Illmor.
    Tras la adquisición de Illmor y de un equipo en horas bajas (y que solo marcaba otra hora con dobles depósitos o con dobles difusores) por fin nace Mercedes F1 en una gran conjunción con la constelación de siete estrellas y fondo rojo.
    ¿Prepara una nueva espantada y su heredero va a ser AEG? ¡No, AMG! ¡Uf, casi! ;)
    ¿Se equivocaron? ¿Debieron haber optado por Sauber en lugar de Brawn?

    “…merece la pena el esfuerzo de alargar la mano simplemente por recordar alguna vez que tuvimos agallas para intentarlo.”
    Mercedes no las tuvo en su primer intento, ni en el segundo, ni en el tercero, me temo.

    ¡Saludos al anfitrión y a los invitados!

    ResponderEliminar