Bernie no acostumbra a tomar el suburbano o el cercanías, él es más de limusina y jet, medios de transporte que le permiten seguir pergeñando sus cosas mientras se traslada de un punto cardinal del globo a otro, así que no hagáis caso de la foto de arriba, ya que la he tomado al vuelo para decorar esta entrada que escribo en un día bastante cansado que ha dado para mucho, para sustituir a otra que comencé ayer, pero de la cual he desistido porque Bernie siempre me gana por la mano.
Debe ser porque yo soy de más autobús, metro y caminar a pie cuando puedo, pero el caso es que por fortuna no he sido de los que veían a Bruno Senna en Williams. Al que veía, como comenté en su momento, era a ese Rubinho que se ha ido por la puerta de atrás de una de las escuderías que peores vibraciones me producen en la actualidad.
A pesar de que Williams atesora quintales de experiencia y la tercera mejor posición en eso de tasar los logros en F1, tras Ferrari y McLaren, la de Sir Frank cada día se parece más a uno de esos equipos pobretones a los que tendieron la mano Max Mosley y Bernie Ecclestone con la intención de rellenar la parrilla, allá como a finales de 2008.
El anuncio de la salida de Sam Michael, su sustitución por Mike Coughlan, el fiasco que ha supuesto el FW33, las interminables negociaciones con Kimi Raikkonen, el sí es no es del Barrichello affaire, la jubilación de Patrick Head, el abandono del patrocinador AT&T, no han supuesto buenas noticias, precisamente, y del pésimo estado de cosas da fe, me parece, la contratación del sobrino de Ayrton para cerrar, tal vez, ese círculo mágico que se inició con la salida a bolsa de la escudería británica, que se maceró con la sustitución de Cosworth por Renault como su motorista, y que si nadie lo remedia, que se ve que no va a ocurrir, dará lugar a un remedo bastante cutre de aquella simbología tallada en frío sobre la memoria de los aficionados, que atiende nada más y nada menos que a la conjunción de tres nombres tan emblemáticos como Senna, Williams y Renault, sobre un mismo vehículo.
Al hilo, bastará que la decoración del próximo FW34 recuerde, aunque sea ligeramente, a la del FW16 que condujo Magic (el casco amarillo ya lo pone Bruno), para que las acciones de la de Grove suban como la espuma, como si lo viera...
En fin, decía al comienzo que Bernie dispone de mucho tiempo para pensar en nuestro bien como aficionados, así que aunque su modelo de negocio haya llevado a todo un icono como Williams, a buscarse los garbanzos como si no dispusiera de una de las tradiciones más bellas de la historia del automovilismo deportivo, doy por cierto y seguro que se le ocurrirá algo.
A pesar de que Williams atesora quintales de experiencia y la tercera mejor posición en eso de tasar los logros en F1, tras Ferrari y McLaren, la de Sir Frank cada día se parece más a uno de esos equipos pobretones a los que tendieron la mano Max Mosley y Bernie Ecclestone con la intención de rellenar la parrilla, allá como a finales de 2008.
El anuncio de la salida de Sam Michael, su sustitución por Mike Coughlan, el fiasco que ha supuesto el FW33, las interminables negociaciones con Kimi Raikkonen, el sí es no es del Barrichello affaire, la jubilación de Patrick Head, el abandono del patrocinador AT&T, no han supuesto buenas noticias, precisamente, y del pésimo estado de cosas da fe, me parece, la contratación del sobrino de Ayrton para cerrar, tal vez, ese círculo mágico que se inició con la salida a bolsa de la escudería británica, que se maceró con la sustitución de Cosworth por Renault como su motorista, y que si nadie lo remedia, que se ve que no va a ocurrir, dará lugar a un remedo bastante cutre de aquella simbología tallada en frío sobre la memoria de los aficionados, que atiende nada más y nada menos que a la conjunción de tres nombres tan emblemáticos como Senna, Williams y Renault, sobre un mismo vehículo.
Al hilo, bastará que la decoración del próximo FW34 recuerde, aunque sea ligeramente, a la del FW16 que condujo Magic (el casco amarillo ya lo pone Bruno), para que las acciones de la de Grove suban como la espuma, como si lo viera...
En fin, decía al comienzo que Bernie dispone de mucho tiempo para pensar en nuestro bien como aficionados, así que aunque su modelo de negocio haya llevado a todo un icono como Williams, a buscarse los garbanzos como si no dispusiera de una de las tradiciones más bellas de la historia del automovilismo deportivo, doy por cierto y seguro que se le ocurrirá algo.
Que malo veo la situación, Jose, con todo lo que han sido y ahora se ven obligados a subastar los dos asientos. Jamás habría pensado que vería a Williams caer tan bajo, como si hubiesen vendido su alma.
ResponderEliminarY esa conjunción, ¡que bonita era hace 18 años!, ¡que bonita grandes resultados podría haber dado! Ahora la veo y pienso que me están dando garrafón en vez de primeras marcas, en especial los dos primeros ingredientes.
Un saludo.
A mi me recuerda a los últimos años de Lotus. Ya solo les faltaría que fueran ellos los que se sacasen de la manga el gadget mágico que decidirá la temporadaza 2012 (de legalidad dudosa para todos salvo para los chicos de Bernie) y que por falta de presupuesto para desarrollarlo perdieran ante la Nueva-Nueva-Nueva-(Falsa)-Lotus o ante Red Bull por haber conseguido estos un desarrollo optimizado del chisme o simplemente por poder aplicarlo a una plataforma ya mucho más evolucionada que el trasto FW33.
ResponderEliminar¡Saludos al anfitrión y a los invitados!
Por desgracia para Bernie sobran todos menos Ferrari. El resto son prescindibles, substituibles, desechables. Y nosotros no somos mas que unos nostálgicos patéticos. Cuando Bernie lleve 20 años criando malvas esto se habrá acabado. Esa será su herencia.
ResponderEliminarMi recuerdo más lúcido de la ecuación Senna-Williams-Renault era ver como ganaba un alemán en una escudería sin apenas palmarés y utilizada principalmente para promocionar una marca. Déja Vù?
ResponderEliminarYo lo veo malo. Espero que tengas razón y Bernie salve a Williams del agujero en que han caido víctima de sus propios errores. Oquizá debería dejar el cyborg de meter las narices en todos lados y que Williams desaparezca si tiene que hacerlo... me decanto por esta última opción.
ResponderEliminarsaludos
Y digo yo. Si los ciclos ciclos son, al final la tendencia los volverá a colocar arriba o los hará desaparecer.
ResponderEliminarSi ya son eternos, pues renacerán como renació Mclaren y Ferrari. Si no lo son, sus monopalzas tendrán un hueco para el coleccionismos junto a Lotus, Tyrrell y compañía.
Al fin y al cabo Peter Sauber y Sir Frank Williams son los dos últimos exponentes de un tipo de garajistas que realmente ya no existen.
Aunque no encaje mucho aquí mi comentario, quería preguntar si el "inventito" ese de Lotus no es algo parecido a lo que en su día utilizaron y luego les prohibieron en Renalut con el famoso Mass Damper. Es que me suena a lo mismo: un artilugio que controla la altura del coche para favorecer las frenadas, etc etc etc. Vamos, más de lo mismo. Si ahora la FIA lo permite que me expliquen porque a Renault en su día se lo prohibieron, y si no se lo permiten dirán que no dejan evolucionar a los equipos menos grandes y tal y tal. Gracias.
ResponderEliminarDavid
Bueno, pues si antes lo digo... La FIA va a prohibir el invento en cuestión...
ResponderEliminarhttp://www.marca.com/2012/01/21/motor/formula1/1327161561.html
Un saludo
Williams, cómo nos haces sufrir a los que te quisimos tanto...
ResponderEliminarYa se van filtrando imágenes de cómo serán los bólidos de 2012. Ferrari jugando al despiste, y Caterham por un error postal. Qué feo, por cierto el Caterham. Hace bonita la segadora aquella que pilotó Alonso en su regreso a Renault.
Y la Sexta renuncia a emitir la fórmula 1. Me veo viéndola en la RTL, con el inefable Niki Lauda de comentarista.
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