sábado, 17 de diciembre de 2011

El camino de Sergio


En mitad de estos tontos periodos entre sesiones, mientras la mayor parte del pescado está vendido y el que queda se cotiza a la baja, surgen sin embargo debates interesantes, como el suscitado recientemente a cuenta de que Robert Kubica podría vestirse de rosso en 2013, o el añejo ya de la permanencia o no de Felipe Massa.

Independientemente de que el futuro del polaco pasa inexcusablemente por su óptima recuperación, tanto física como psicológica, y que por tanto a día de hoy no deja de ser para unos (entre los que me encuentro), una bonita expectativa que hay que coger con pinzas, su posicionamiento como candidato ha abierto la puerta a una serie de alternativas, entre las que destaca la del mejicano Sergio Pérez, quien se supone sería el recambio ideal para el paulista de la rossa.

Sergio me gusta, aunque a decir verdad aún le veo demasiado verde, vamos, que necesito al menos un año más para valorarlo correctamente. En su primera temporada en F1 no ha sido capaz de pasar del decimosexto puesto en la general de pilotos a pesar de su estupenda segunda parte de sesión, lugar que queda bastante lejos del duodécimo logrado por su compañero Kamui Kobayashi, quien a la postre le ha metido 16 puntos de diferencia prácticamente en la primera, un saldo considerable si convenimos en que Sauber lucha en la zona baja de la parte media de la parrilla, esfera de acontecimientos donde cada punto cuenta casi como una victoria. 

Bien, la escudería suiza ha ocupado al término de 2011 el séptimo cajón de la general de equipos, lo que nos pone, echando las cuentas, en que Pérez ha hecho una temporada bastante normalita en un equipo que no da para más, ya que entre otras cosas, no se ha mostrado capaz de inquietar al cyborg japonés con quien comparte equipo, ni a Paul di Resta, ni siquera de dejar atrás a los dos pilotos recientemente descabalgados de Toro Rosso...

Llegados a este punto cabría tirar de currículum y de sensaciones para defender al mejicano, pero se me ha dicho hasta la saciedad que para estas cosas lo único que cuenta es la última temporada disputada y a poder ser con datos, y si no se puede defender la chance de Barrichello o de Massa tirando de galones y medallas pasadas, menos aún a Sergio, por mucho que prometa, porque a día de hoy es sólo eso: una firme promesa, como lo fue Hulkengberg en Williams, o Alguersuari en la de Faenza.

Así que por concluir, me temo que el camino de Sergio no pasa por integrarse rápidamente en Ferrari, sino por abrirse paso hasta la italiana ganando en constancia y rendimiento, espuelas, que dicen, demostrando que la promesa que vemos en la actualidad se va volviendo certeza o se queda en el camino, como tantas y tantas otras. 

En este orden de cosas, 2012 se me antoja especialmente crucial. Renovado en la suiza, con un compañero al que conoce de sobra, Pérez tiene la imperiosa necesidad de sacar la cabeza y revalidarse como piloto más allá de un puñado de carreras, y siempre y cuando el coche le deje. Luego, ya veremos.

6 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. Primero, a curtirse. Anda que no tiene tiempo.
    Con Perez en 2013 en Ferrari pasaría lo de siempre. Y luego a darle caña porque "uy, no estaba preparado", como todo lo que entra en la casa rossa...

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  2. Del anterior post.
    Francamente, Red Bull nunca me ha gustado. Ni ahora, ni antes.
    Baste recordar cuando entraron en la fórmula 1 como elefante en una cacharrería y obligaban a Weber y a Coulthard, todo un campeón del mundo de conducción elegante y estilosa, a vestirse de Superman, o Batman en Mónaco. Había que ver sus caras. En aquella época el RB era un cacharro llevado al límite que se rompía, que se deshacía, en cuando pasaba por encima de un piano un poco elevado.
    Sólo llamaban la atención sus fiestones llenos de chicas con ropa tan ajustada que parecía que les habían pintado encima los colores de Red Bull. Música a todo volumen y espectáculo. Pura promoción de una bebida que es una mierda, con perdón.
    Red Bull no tiene ningún interés en la Fórmula 1 y se comporta como un nuevo rico. Si mañana las carreras de chapas tuvieran tanta audiencia como la fórmula 1, o tanto retorno publicitario, no dudéis que se marcharían a la misma velocidad y con el mismo estrépito con el que llegaron.
    Ahí estuvo bien Hamilton cuando dijo que no eran fabricantes, sólo una marca de refrescos.
    En la fórmula 1 siempre, o casi siempre, ha habido una cierta ética y un cierto respeto a los pilotos: al fin y al cabo son jóvenes que se juegan la vida cada domingo de carreras. Imagináos qué habría hecho Red Bull con Kubica. O con Massa.
    Jamás he visto una sola declaración de elogio por parte del creador de los RB hacia sus pilotos. Ni una. Él es el genio, y sólo a él se debe el triunfo. Debería el genio darse una vuelta por Mónaco, o Monza, o Spa a bordo de su creación, y comprobar si el piloto es o no es importante.
    A mí, qué queréis que os diga, Red Bull no me gusta ni me gustará. Me parecen unos intrusos que sólo quieren vender latas de refresco y que no aportan nada, ni siquiera tecnología, a la competición.
    Un día se irán y diez años después, sólo los más forofos de la fórmula 1 se acordarán de ellos (y no sé si con cariño).

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  3. Perdón, quería decir "Coulthard, todo un subcampeón del mundo"

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  4. Offtopic total.
    Voy a estar desconectado estos días y quería desearos a todos los que merodeamos este maravilloso blog (Orroe a la cabeza) unas felices fiestas. Espero que las paséis en buena compañía y disfrutéis de esos ratos tan agradables con vuestros seres queridos.
    Un abrazo para tod@s

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  5. ¡Feliz Navidad!

    Marian
    cavallino
    ¡el 5'

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