El ser humano fue en sus orígenes una especie carroñera. El asunto tiene tal calado que viene insertado en lo más profundo de nuestro paquete de serie. Conviene aceptarlo, pues, porque así podremos comprender mejor ese magnetismo que ejerce sobre nosotros la pieza que huele a muerta, y al hilo, el morbo que produce asistir a cómo un derrotado lava en público sus culpas para renacer a la vida mientras mendiga un poco de misericordia, no sea que como no espabile nos lo comamos crudo.
Sin embargo, a pesar de la constancia de lo pequeños que nos mostramos con nuestros semejantes demasiado a menudo, no deja de sorprenderme lo fácil que resulta que aceptemos como válida cualquier excusa, por barroca que ésta sea.
Por fortuna hablaba anteayer de cómo se ejerce presión, sin saberlo, a poco que no andemos listos, y de cómo desde mi humilde punto de vista se han cargado las tintas sobre Ferrari, cuando hay abundancia de idénticos o mayores desastres sueltos por el paddock.
Por fortuna, también, ayer mismo Tombazis quitaba presión a la de Maranello admitiendo que la han cagado —«Nos hemos dado cuenta, aunque no gusta decirlo, que en los últimos años hemos sido más conservadores, menos agresivos en el desarrollo y que hemos sacado adelante ideas menos valientes.»—, pero para desgracia de los numerosos detractores que tiene ahora mismo la italiana, no mencionó nada de resolver las estrategias o los lamentables cambios de ruedas que ha mostrado el equipo, sino que apuntó directamente al alma de la fábula, al diseño del coche, esa caja de Pandora que admite todo lo que le echen mientras sigue cerrada.
Y lo cierto es que hay que ser latino para entender el pase de pecho con que se estaba buscando un poco de tregua, y con educación católica a poder ser, para comprender que una mentira tan ingenua y piadosa pesa en la romana al menos lo mismo que las verdades que nadie ha creído.
Los medios y algunos aficionados tienen ya su carnaza. La Pax ha vuelto a La Scuderia y todos tan contentos, pero a mí que me expliquen cómo es eso de que «Después de esta ducha de agua fría hemos cambiado de marcha para estar concentrados al cien por cien en las cosas que importan y tenemos ya proyectos muy interesantes.» ¿Cuáles eran las que no importaban? ¿Dónde queda ahora lo del túnel de viento?
Sin embargo, a pesar de la constancia de lo pequeños que nos mostramos con nuestros semejantes demasiado a menudo, no deja de sorprenderme lo fácil que resulta que aceptemos como válida cualquier excusa, por barroca que ésta sea.
Por fortuna hablaba anteayer de cómo se ejerce presión, sin saberlo, a poco que no andemos listos, y de cómo desde mi humilde punto de vista se han cargado las tintas sobre Ferrari, cuando hay abundancia de idénticos o mayores desastres sueltos por el paddock.
Por fortuna, también, ayer mismo Tombazis quitaba presión a la de Maranello admitiendo que la han cagado —«Nos hemos dado cuenta, aunque no gusta decirlo, que en los últimos años hemos sido más conservadores, menos agresivos en el desarrollo y que hemos sacado adelante ideas menos valientes.»—, pero para desgracia de los numerosos detractores que tiene ahora mismo la italiana, no mencionó nada de resolver las estrategias o los lamentables cambios de ruedas que ha mostrado el equipo, sino que apuntó directamente al alma de la fábula, al diseño del coche, esa caja de Pandora que admite todo lo que le echen mientras sigue cerrada.
Y lo cierto es que hay que ser latino para entender el pase de pecho con que se estaba buscando un poco de tregua, y con educación católica a poder ser, para comprender que una mentira tan ingenua y piadosa pesa en la romana al menos lo mismo que las verdades que nadie ha creído.
Los medios y algunos aficionados tienen ya su carnaza. La Pax ha vuelto a La Scuderia y todos tan contentos, pero a mí que me expliquen cómo es eso de que «Después de esta ducha de agua fría hemos cambiado de marcha para estar concentrados al cien por cien en las cosas que importan y tenemos ya proyectos muy interesantes.» ¿Cuáles eran las que no importaban? ¿Dónde queda ahora lo del túnel de viento?
Co-onudo!!!!
ResponderEliminar(mil perdones, Orroe)
XDDDDD Midori ;) Gracias, campeón. Es que hay cosas que me siguen dejando perplejo, y no hablo de lo que dice Ferrari XDDDDDD
ResponderEliminarUn abrazote
Jose
Tienes razón.. mentiras piadosas a veces no nos vienen nada mal, como dice una canción, pero ayy es que cada vez que ferrari habla me da mas miedo, porque nos mienten.. :/ es triste. saludos!!
ResponderEliminarBuenso días.
ResponderEliminarSil ;) Aquí miente todo el mudno. Nadie enseña sus cartas, es como una partida de póquer y tiene hasta su puntito. Este domingo salimos de dudas ;)
Un besote
Jose
A veces me pregunto si es saludable dejar que mi hijo viva este mundillo de moral duvidosa, en el que un tipo pierde el puesto por características de su vida sexual (por más bizarras qeu éstas sean), mientras que otro destruye el cimiento mismo de la competitividad, y luego de humillado el pilotillo brasilero que se ofreció a ello (piquet, claro), vuelve a poner los pies como si nada hubiera ocurrido. Claro que hablo de Flavio.
ResponderEliminarNo me Sorprende que le echen la culpa la aerodinámica, es un absurdo. Echarle la culpa a algo del coche es covarde, un caballo todavía podría morderte, pero el coche...
Buenos días.
ResponderEliminarLuis ;) XDDDDD En el fondo es como jugar a determinados videojuegos, son peligrosos para los chavales si no se les enseña a cribar la realidad de la ficción :P Pero en general el Circo parece más cercacno al de los romanos que a lo que se podría esperar de todo un siglo XXI :P
Un abrazote
Jose