El australiano John Arthur Brabham nació en Hurstville, una pequeña población de los suburbios de Sidney, el 2 de abril de 1926, y su historia profesional quedaría ligada al triunfo mecánico de una idea que revolucionaría el concepto vigente en la construcción de monoplazas a finales de la década de los 50 del siglo pasado, que fue escenificada por la escudería británica Cooper en sus modelos t51 y t53 Climax: el motor dispuesto en la trasera del vehículo sobre un bastidor ligero y manejable.
Jack, tal y como se conocía a Brabham, abandonó pronto los estudios para comenzar a trabajar en un garaje. En 1947 tuvo la fortuna de conocer a John Schonberg, un piloto estadounidense que le inculcó su afición por los midgets car, modalidad automovilística en la que John destacó tempranamente, logrando todos los campeonatos que se celebraron desde 1951.
En 1955, Brabham abandona su Australia natal y se traslada a Gran Bretaña, estrenándose en Goodwood a bordo de un Cooper Alta que él mismo había preparado. John Cooper, propietario del equipo Cooper, quedó gratamente sorprendido por las capacidades como piloto y mecánico que había demostrado el jovencísimo Jack, y contempla su integración en la escudería para intentar dar salida al viejo sueño de explorar las iniciativas con motor trasero llevadas a cabo por Auto Union y Mercedes antes de la segunda contienda mundial.
El 1956, Brabham, quien ya estaba casado y con tres hijos, decide quedarse definitivamente en Gran Bretaña para dar inicio a su carrera profesional, aunque no será hasta el año siguiente cuando los técnicos de la parrilla comienzan a fijarse en el australiano cuando en el G.P. de Mónaco, prueba en la que Jack trata de tú a tú a Fangio, Moss, Collins, Hawthorn, Brooks y Menditeguy, marcha tercero hasta que el Cooper rompe a la altura de Casino en la última vuelta, percance que no impide que Brabham empuje su coche después de la inevitable detención, hasta hacerlo cruzar la meta, terminando sexto en su primera participación en F1.
En 1958 comienza a correr también en sport, a bordo de un Aston Martin, en el que consigue la victoria en los 1.000 Kilómetros de Nürburgring compartiendo volante con Stirling Moss. También disputa pruebas en Fórmula 2, consagrándose como un piloto muy rápido en esa disciplina, mientras sigue evolucionando en el campeonato de F1, donde obtiene el décimo octavo puesto final con los 3 puntos que logró al terminar cuarto en Mónaco.
El mundial de pilotos cumple sus primeros 10 años de vida en 1959, y el sueño de John Cooper tiene visos de convertirse en realidad durante esa temporada. El Cooper t51 en un monoplaza relativamente más pequeño que sus rivales, con una configuración de motor (Coventry Climax) dispuesto a la espalda del piloto, que lo convierte en tremendamente estable en curva y veloz en recta. Jack Brabham se siente sobre él como pez en el agua a pesar de que acumula pocas participaciones en la máxima categoría, y en el G.P. de Mónaco, el binomio logra su primera victoria.
En el G.P. de Holanda, el siguiente, Brabham termina segundo cuando baja la bandera, detrás del BRM de Bonnier. El espejismo del principado comienza a disiparse. Jack es seguro aunque le falta velocidad, adolece de falta de experiencia. En el G.P. de Francia, tercera prueba del campeonato, el autraliano logra auparse a la tercera posición cerrando el podio que abren los dos Ferrari de Tony Brooks y Phil Hill. En Gran Bretaña, vence de nuevo y se distancia en el campeonato, aunque en Alemania se ve obligado a retirarse, cediendo parte de su ventaja sobre Brooks.
Por desgracia, en Portugal, se sale de la pista, comprometiendo sus opciones de llevarse el título, ahora ante Stirling Moss (el británico se había integrado una prueba antes en RRC Walker Racing Team, que corría también con Cooper), quien ha superado a Brooks en la tabla general.
La penúltima carrera, el G.P. de Italia disputado en Monza, la corre Jack a la expectativa, quedando tercero, detrás de Moss y Hill. Y en Estados Unidos, el cierre de la temporada, queda aún peor: quinto, aunque obteniendo la vuelta rápida y consiguiendo así los puntos necesarios para coronarse por primera vez campeón de mundo.
1960 será totalmente diferente. Brabham ha madurado en consistencia y ha acumulado la experiencia necesaria como para demostrar su velocidad sobre el t53, a pesar de que no es el candidato de las apuestas para ese año.
Y aunque lo cierto es que ofrece un inicio de sesión bastante triste, a partir del G.P. de Holanda, Jack se desata, logrando inscribir su nombre como el del primer piloto de la historia del Campeonato Mundial en lograr 5 victorias consecutivas (Holanda, Bélgica, Francia, Gran Bretaña y Portugal). La reválida del título casi está sentenciada. En el G.P. de Italia ocurre una deserción de equipos casi general y vence Ferrari sin contestación, pero en el de Estados Unidos, Brabham se coloca cuarto al término de la carrera, obteniendo su segundo título consecutivo con 9 puntos de saldo sobre Bruce McLaren.
Jack Brabham aún tendrá que obtener el tercero de su carrera, pero eso lo dejaremos para más adelante.
Jack, tal y como se conocía a Brabham, abandonó pronto los estudios para comenzar a trabajar en un garaje. En 1947 tuvo la fortuna de conocer a John Schonberg, un piloto estadounidense que le inculcó su afición por los midgets car, modalidad automovilística en la que John destacó tempranamente, logrando todos los campeonatos que se celebraron desde 1951.
En 1955, Brabham abandona su Australia natal y se traslada a Gran Bretaña, estrenándose en Goodwood a bordo de un Cooper Alta que él mismo había preparado. John Cooper, propietario del equipo Cooper, quedó gratamente sorprendido por las capacidades como piloto y mecánico que había demostrado el jovencísimo Jack, y contempla su integración en la escudería para intentar dar salida al viejo sueño de explorar las iniciativas con motor trasero llevadas a cabo por Auto Union y Mercedes antes de la segunda contienda mundial.
El 1956, Brabham, quien ya estaba casado y con tres hijos, decide quedarse definitivamente en Gran Bretaña para dar inicio a su carrera profesional, aunque no será hasta el año siguiente cuando los técnicos de la parrilla comienzan a fijarse en el australiano cuando en el G.P. de Mónaco, prueba en la que Jack trata de tú a tú a Fangio, Moss, Collins, Hawthorn, Brooks y Menditeguy, marcha tercero hasta que el Cooper rompe a la altura de Casino en la última vuelta, percance que no impide que Brabham empuje su coche después de la inevitable detención, hasta hacerlo cruzar la meta, terminando sexto en su primera participación en F1.
En 1958 comienza a correr también en sport, a bordo de un Aston Martin, en el que consigue la victoria en los 1.000 Kilómetros de Nürburgring compartiendo volante con Stirling Moss. También disputa pruebas en Fórmula 2, consagrándose como un piloto muy rápido en esa disciplina, mientras sigue evolucionando en el campeonato de F1, donde obtiene el décimo octavo puesto final con los 3 puntos que logró al terminar cuarto en Mónaco.
El mundial de pilotos cumple sus primeros 10 años de vida en 1959, y el sueño de John Cooper tiene visos de convertirse en realidad durante esa temporada. El Cooper t51 en un monoplaza relativamente más pequeño que sus rivales, con una configuración de motor (Coventry Climax) dispuesto a la espalda del piloto, que lo convierte en tremendamente estable en curva y veloz en recta. Jack Brabham se siente sobre él como pez en el agua a pesar de que acumula pocas participaciones en la máxima categoría, y en el G.P. de Mónaco, el binomio logra su primera victoria.
En el G.P. de Holanda, el siguiente, Brabham termina segundo cuando baja la bandera, detrás del BRM de Bonnier. El espejismo del principado comienza a disiparse. Jack es seguro aunque le falta velocidad, adolece de falta de experiencia. En el G.P. de Francia, tercera prueba del campeonato, el autraliano logra auparse a la tercera posición cerrando el podio que abren los dos Ferrari de Tony Brooks y Phil Hill. En Gran Bretaña, vence de nuevo y se distancia en el campeonato, aunque en Alemania se ve obligado a retirarse, cediendo parte de su ventaja sobre Brooks.
Por desgracia, en Portugal, se sale de la pista, comprometiendo sus opciones de llevarse el título, ahora ante Stirling Moss (el británico se había integrado una prueba antes en RRC Walker Racing Team, que corría también con Cooper), quien ha superado a Brooks en la tabla general.
La penúltima carrera, el G.P. de Italia disputado en Monza, la corre Jack a la expectativa, quedando tercero, detrás de Moss y Hill. Y en Estados Unidos, el cierre de la temporada, queda aún peor: quinto, aunque obteniendo la vuelta rápida y consiguiendo así los puntos necesarios para coronarse por primera vez campeón de mundo.
1960 será totalmente diferente. Brabham ha madurado en consistencia y ha acumulado la experiencia necesaria como para demostrar su velocidad sobre el t53, a pesar de que no es el candidato de las apuestas para ese año.
Y aunque lo cierto es que ofrece un inicio de sesión bastante triste, a partir del G.P. de Holanda, Jack se desata, logrando inscribir su nombre como el del primer piloto de la historia del Campeonato Mundial en lograr 5 victorias consecutivas (Holanda, Bélgica, Francia, Gran Bretaña y Portugal). La reválida del título casi está sentenciada. En el G.P. de Italia ocurre una deserción de equipos casi general y vence Ferrari sin contestación, pero en el de Estados Unidos, Brabham se coloca cuarto al término de la carrera, obteniendo su segundo título consecutivo con 9 puntos de saldo sobre Bruce McLaren.
Jack Brabham aún tendrá que obtener el tercero de su carrera, pero eso lo dejaremos para más adelante.
Hay tanto que comentar...
ResponderEliminarFantástico resumen.
Algún día también resurgirá esta escudería como lo ha hecho (las descafeinadas) Lotus.
Buenas tardes.
ResponderEliminarManuel ;) Sí, hay muchísimas cosas que comentar sobre este tipo estupendo, y espérate a que hablemos de Team Brabham XDDDDD
Un abrazote
Jose
Y de Bruce...
ResponderEliminarBuenas noches.
ResponderEliminarManuel ;) A Bruce le toca pronto ;)
Un abrazote
Jose