Una de las cosas que más me atrae de todo esto consiste en la sensación de que aquello que nos rodea puede cambiar como por arte de magia.
Lo mutable me parece hermoso. Quiero decir con esto que me siento como pez en el agua asistiendo con la boca abierta a esos milagros que suceden y que transforman páramos yermos en caleidoscópicos paisajes llenos de color. Vitaly... sí, Vitaly.
A estas alturas de la película poco o nada puedo aportar a esta figura emergente que el domingo pasado nos ofreció un espectáculo de coraje sobre su apuesta loca vestida de gloria pasada, y aunque el listón se me ha puesto bastante alto por la cantidad de líneas que se han vertido sobre la actuación del piloto ruso, he aceptado la apuesta de ponerme a escribir con Petrov en el punto de mira porque le debo una y bien grande.
Como sabéis, tras lo de Abu Dhabi le amonesté por no haberse dado cuenta del papel que jugaba realmente en la carrera que a la postre iba a definir el campeonato; y aunque no me desdigo de aquello, sí quiero hacer hoy público acto de contrición por no haber tenido en cuenta que tras el montón de rublos que arropan a Vitaly podía existir un piloto de talla a la vieja usanza, de aquellos que supieron aprovechar el milímetro cúbico de suerte que la vida puso al alcance de su mano.
Por desgracia Robert no estaba presente en Melbourne. Por desgracia Quick Nick había sido llamado a ocupar el lugar del polaco en Renault. Por desgracia el de Vyborg parecía no contar demasiado en los planes de Boullier y su gente... Pero por suerte, Vitaly estaba en el lugar idóneo leyendo correctamente el escenario.
En mitad del merequetén que han montado actualmente los que manejan el cotarro, resulta incluso complejo explicar que ha habido muchos pilotos a lo largo de la historia del automovilismo que demostraron su valía aprovechando oportunidades únicas que otros en parecidas circunstancias sencillamente desperdiciaron.
Sin embargo, hoy no voy a caer en la trampa de empañar la sobresaliente actuación de Vitaly en Albert Park recordando a nadie, porque quiero enfatizar que el camino que emprendió el ruso el domingo pasado hacía tiempo que nadie lo había transitado, y por ello creo que ha pillado a medio mundo por sorpresa.
Sea porque los accidentes son cada día más y más escasos, gracias a Dios, o porque el actual sistema de contratos impide cualquier sobresalto, lo de Petrov ha sido valorado en su justa medida, pero menos, en mi humilde opinión, porque lo que estaba sucediendo ante nuestros ojos era, nada más y nada menos, que un maletilla saltaba al ruedo para enfrentarse en solitario al toro destinado a un torero, reclamando así su derecho a una alternativa como lo han hecho siempre los que llevan el arte en las venas: con hechos.
En lo que me toca me alegro por el descubrimiento, por haberme equivocado de plano y por poder seguir disfrutando con estas pequeñas alegrías que parecían desterradas de nuestro deporte. Y ¿cómo no?, por poder dejarle por escrito a Marta que era ella quien llevaba razón y yo quien se equivocaba.
Lo mutable me parece hermoso. Quiero decir con esto que me siento como pez en el agua asistiendo con la boca abierta a esos milagros que suceden y que transforman páramos yermos en caleidoscópicos paisajes llenos de color. Vitaly... sí, Vitaly.
A estas alturas de la película poco o nada puedo aportar a esta figura emergente que el domingo pasado nos ofreció un espectáculo de coraje sobre su apuesta loca vestida de gloria pasada, y aunque el listón se me ha puesto bastante alto por la cantidad de líneas que se han vertido sobre la actuación del piloto ruso, he aceptado la apuesta de ponerme a escribir con Petrov en el punto de mira porque le debo una y bien grande.
Como sabéis, tras lo de Abu Dhabi le amonesté por no haberse dado cuenta del papel que jugaba realmente en la carrera que a la postre iba a definir el campeonato; y aunque no me desdigo de aquello, sí quiero hacer hoy público acto de contrición por no haber tenido en cuenta que tras el montón de rublos que arropan a Vitaly podía existir un piloto de talla a la vieja usanza, de aquellos que supieron aprovechar el milímetro cúbico de suerte que la vida puso al alcance de su mano.
Por desgracia Robert no estaba presente en Melbourne. Por desgracia Quick Nick había sido llamado a ocupar el lugar del polaco en Renault. Por desgracia el de Vyborg parecía no contar demasiado en los planes de Boullier y su gente... Pero por suerte, Vitaly estaba en el lugar idóneo leyendo correctamente el escenario.
En mitad del merequetén que han montado actualmente los que manejan el cotarro, resulta incluso complejo explicar que ha habido muchos pilotos a lo largo de la historia del automovilismo que demostraron su valía aprovechando oportunidades únicas que otros en parecidas circunstancias sencillamente desperdiciaron.
Sin embargo, hoy no voy a caer en la trampa de empañar la sobresaliente actuación de Vitaly en Albert Park recordando a nadie, porque quiero enfatizar que el camino que emprendió el ruso el domingo pasado hacía tiempo que nadie lo había transitado, y por ello creo que ha pillado a medio mundo por sorpresa.
Sea porque los accidentes son cada día más y más escasos, gracias a Dios, o porque el actual sistema de contratos impide cualquier sobresalto, lo de Petrov ha sido valorado en su justa medida, pero menos, en mi humilde opinión, porque lo que estaba sucediendo ante nuestros ojos era, nada más y nada menos, que un maletilla saltaba al ruedo para enfrentarse en solitario al toro destinado a un torero, reclamando así su derecho a una alternativa como lo han hecho siempre los que llevan el arte en las venas: con hechos.
En lo que me toca me alegro por el descubrimiento, por haberme equivocado de plano y por poder seguir disfrutando con estas pequeñas alegrías que parecían desterradas de nuestro deporte. Y ¿cómo no?, por poder dejarle por escrito a Marta que era ella quien llevaba razón y yo quien se equivocaba.
No entro a valorar si este hombre es rápido o no lo es. Ni compararlo técnicamente con los demás del pelotón. Lo que si es verdad es que parece que no se asusta ni le tiembla el pulso. Tiene sangre fría. En eso si gana por goleada a otros que disponen de mejores medios técnicos.
ResponderEliminaryo tengo una opinión, en la f1 todos los pilotos son buenos, lo que varía es el auto y la suerte que tengas.. saludos!!
ResponderEliminar¡No manejó mal el chaval! Tienes razón en el reconocimiento que merece Vitaly pero quiero puntualizar algunos detalles que pueden alterar nuestra percepción más que los escapes invertidos o la gran ausencia de Robert.
ResponderEliminar1- Llaman kamikaze a Kamui por ser japonés pero este ruso ha decidido abrirse paso a codazos (el cerrojazo en la penúltima vuelta de Abu Dhabi, la salida de este GP…) Esto algunos días funciona (se te apartan) y otros no (strike!). De momento le ha servido para sobrevivir a su 1ª temporada y comenzar con muy buen pie la 2ª.
2- El acierto con la estrategia de (el equipo ante llamado) Renault. Improvisando y ajustándose a las circunstancias, justo donde antes solían fallar. Pero es que RBR, Ferrari y McLaren se lo pusieron a huevo. Al ser los últimos en mover ficha pudieron jugar con ventaja (justo al revés que en la inaugural del año pasado con Robert). No vale decir “con 2, 10… vueltas más Alonso…” Un tablero de ajedrez no tiene el nº de casillas que necesites para tu estrategia. Vitaly mantuvo el ritmo necesario y las gomas pero sin ese acierto habría acabado 4º o 5º y nadie se habría fijado en él.
En fin. ¡Felicidades, Vitaly! Y ¡Suerte en la próxima!
¡Saludos al anfitrión y a los invitados!
J-Car creo que podia haber dado "algún codazo menos en ABU para mi algo grande(sea piloto, diseñador o lo que sea) es primero una gran persona, creo que uno debe saber cuando no es su pelea y no sacar algo de "fama" o publicidad o lo que sea a costa de cualquier cosa, pienso qu no era su pelea y no tuvo el buen hacer de un buen entendedor..
ResponderEliminarSaludotes
Totalmente de acuerdo contigo, Anxo.
ResponderEliminarNo me gustan los pilotos con excesos de agresividad. Ya he criticado varias veces en este blog los cerrojazos de Michael, Felipe, Mark… A Vitaly está claro que en estas dos ocasiones le ha funcionado (en Abu lo único que sabía era que se jugaba su continuidad como comenté en: http://elinfiernoverde.blogspot.com/2010/11/mercaderes.html). Pero no siempre se va a encontrar con Fernando o con Jenson que en todo momento están pensando a largo plazo. Para otros puede más el momento y le habrían pasado por encima (pregúntale a Jaime). Por eso le deseo suerte, por que si su actitud va a ser la de un kamikaze la va necesitar. De todas formas debe de ser consciente de que su posición en el campeonato, su rendimiento global, de momento es irrelevante y que con brillar en unas cuantas y ser obediente debe de serle suficiente. Así que… ¡Ale! ¡A jugar a la ruleta rusa!
No me gusta un pelo.
¡Saludos al anfitrión y a los invitados!
No se si sabeis que Petrov era uno de los españoles en el circo, ya que vivía en la playa de la Patacona, al norte de la Malvarrosa. Ahora le han obligado a irse a Inglaterra, cosa normal por otra parte.
ResponderEliminarA mi me parece un buen piloto, pero quizás no esté bien dirigido. A. Campos dice de él que tiene un talento inmenso. No se si será para tanto, pero daño ya ha hecho, tanto como para que nos preocupemos de que no esté por delante de un piloto puntero.
Si Kubica hubiera estado ahí, la progresión de Petrov posiblemente se hubiera parado este año. Pero sin Robert por medio, quizás se lleve alguna alegría más este año.
Saludos
Buenos días.
ResponderEliminarRudyBB ;) Petrov compensa con bravura sus limitaciones y las de su coche. A ver si persevera y se pule ;)
SilF1 ;) Ahí no estoy de acuerdo :P Si es cierto que el estándar de calidad es elevado por disponer todos de la licencia, hay diferencias más allá del coche y la suerte ;)
J-Car ;) Vitaly es rudo, y como he comentado arriba, compensa con bravura lo que no tiene de momento. Kamui, sin embargo, tiene algo especial de lo que carece el ruso XDDDD Y sí, Renault acertó de lleno ;)
Anxo ;) Eso es algo que como sabéis me gusta en los pilotos, el saber estar, el saber gestionarse en lo bueno y en lo malo, en lo feo y en lo bonito... Una asignatura pendiente, todavía, que Vitaly tendrá que aprobar algún día :P
J-Car ;) Ahí estamos :P
Tadeo ;) Mira, ése es un dato que desconocía :P Y desde luego que tiene madera, y rublos para mostrarla XDDDDDDD
Un abrazote
Jose