Alors on danse

La reciente remodelación del muro de Ferrari ha alcanzado un inesperado y notable eco porque a Stefano Domenicali se le estaba esperando con las escopetas encaradas para cazarlo al vuelo. ¿La excusa? Sinceramente pienso que cualquiera habría valido. El chico de las gafas de pasta no tiene buena prensa y está al mando del equipo que acumula más miradas por centímetro cuadrado, por lo que sospecho que en el fondo le pasa que haga lo que haga siempre resultará una oportuna diana donde tirar dardos envenenados porque tiene cara de listillo, y porque ocupa un puesto que envidia más de uno.

Me cae bien pero podría caerme mejor, lo sabéis porque lo he comentado otras veces, y aunque a mi modo de ver no es el tipo con carisma que imagino dirigiendo una escudería, también reconozco que los hay peores.

Horner tampoco parece un patrón al uso y mira tú dónde ha puesto sus coches y pilotos. En fin, que doy por bueno que el paso del tiempo sigue imponiendo sus reglas o incluso que estoy mayor para según qué cosas, porque si ya no hay cabida para pilotos de aquella raza que llevaban a cuestas James Hunt o Nelson Piquet, por poner dos ejemplos ampliamente conocidos por sus hazañas, razono que tal vez es hora de ir admitiendo que los viejos leones que guardaban celosos sus garajes están siendo sustituidos por impolutos oficiales alicatados en West Point con escuadra y cartabón.

La universidad de la vida vs. la universidad seria; la experiencia vs. el título acreditativo de los cogieron… Lo dicho, habrá que ir acostumbrándose porque hay demasiadas señales en el cielo.

Pero el caso es que tras mirar todo lo que ha pasado este año con la mente más fría posible, no me queda otra que afirmar que Stefano ha ganado enteros a pesar de seguir pareciendo un pez fuera del agua en el paddock. En fin, que sin querer herir sensibilidades me perece un poco exagerado lo que se ha dicho del de Maranello a cuenta del inevitable juego de la silla con que Ferrari ha modificado su esquema para la temporada que abriremos en breve.

¿Tenía que haberse ido Domenicali después de lo de Abu Dhabi? ¿A quién ponemos? ¿A un inglés…? ¡Pues excepción hecha del de Red Bull, no hay británicos ni nada dirigiendo cotarros que no se han comido un miserable rosco!

Admitámoslo, si para Fernando la de 2010 ha sido una sesión durilla de narices, para su jefe de filas aún lo ha sido más porque por primera vez desde que sustituyera a Jean Todt se las ha tenido que ver con una maquinaria capaz de ganar una auténtica guerra, y admitamos también que la ha gestionado bastante bien aunque La Scuderia se haya visto obligada a doblar la rodilla en el momento menos oportuno, porque en caso contrario ¿de qué estaríamos hablando?

Será que soy un optimista irredento, pero creo en los progresos aunque no alcancen sus objetivos y en el efecto pedagógico que se oculta tras el acto de morder el polvo… En realidad no sé en qué me baso, pero intuyo que este teniente de academia puede dar mucho juego porque es de los que las matan a la chita callando. ¿Quién sabe si no llegará a domador de hienas?

Alors on danse! Alors on danse!