La sonrisa austriaca [Brasil]

Confieso que no entiendo tanta alegría como mostraba Red Bull el pasado domingo en Brasil, lo que me lleva a pensar que debo comenzar a reconsiderar mis apreciaciones personales acerca del sentido del humor centroeuropeo, porque a lo peor van por ahí los tiros y me vendría bien un reciclado.

Es cierto e indiscutible que la austriaca amarraba definitivamente el título de constructores, pero también lo es que lo ha hecho jugando a una ruleta rusa que por mucho que se empeñen algunos en vender como buena estrategia, no deja de sonar a gilipollez como la copa de un pino, toda vez que anteayer, además del título de marcas, la escuadra de Milton Keynes podría haberse asegurado el de pilotos a poco que desde hace un puñado de carreras hubiera prevalecido la lógica y la razón deportiva en el seno de la escudería que dirige Horner.

Sumando, sumando, desde Singapur, Webber ha perdido 17 puntos a favor de su compañero Sebastian Vettel, que bien gestionados podrían haber servido para que se mantuviera delante del asturiano de Ferrari con un saldo positivo de 6 puntos.

Este es un hecho incontestable, y el único ante el cual cabe reflexionar de cara a lo que puede ofrecer la última prueba del campeonato, pues de no haber sucedido las cosas como han ocurrido, el australiano sería líder y sólo necesitaría quedar relativamente cerca del español, delante o detrás, para calzarse la corona de 2010 sin soñar con carambolas para obtener tan bonito resultado. Mal que queramos, la situación actual sitúa contra las cuerdas a Red Bull.

En este momento, Vettel es tercero y necesita un auténtico milagro para llevarse el título (está a 7 puntos de Mark y a 15 del de Oviedo), y Webber, quien ocupa la segunda posición de la tabla, precisa ganar sí o sí en Abu Dhabi, y que Fernando sufra un descalabro, o que en el peor de los casos quede tercero pues lidera el campeonato con 9 puntos.

Sebastian puede ayudar a que su compañero logre el añorado título. Podría buscar ser segundo (única posición que le vale a su equipo ahora), pero entonces surge la pregunta de por qué no se decidió proteger desde Red Bull a quien todavía lideraba el campeonato en Singapur, como quien dice anteayer, en vez de limar sus posibilidades de una manera totalmente irracional, muy boba desde mi punto de vista, cuando a tenor de la alegría desatada en Interlagos, el equipo parecía ser lo realmente importante…

En este escenario, creo aceptable que nos resulte cuando menos chocante que Red Bull haya apostado por tensar la cuerda precisamente reduciendo sus posibilidades y jugándose a una carta todas sus opciones frente a un Fernando Alonso que llega exultante a un circuito en el que las diferencias de rendimiento entre el RB6 y el F10 no parecen tan abultadas sobre el papel, y en el que por mucho que nos empeñemos en ver lo contrario, es la austriaca quien parte con la obligación de atacar y no cometer errores.

A lo peor ellos le ven la gracia, pero sinceramente no lo entiendo: ni cómo se puede ser tan miope y obtuso, ni cómo se puede mostrar uno contento cuando se ha hecho todo lo posible por situarse con un pie al borde del precipicio para fiar el empeño de todo el año a un aterrador y dramático cruce de dedos.