What's your name, angel?

Necesitaba darme un pequeño respiro. La reciente aventura valenciana ha despertado viejos fantasmas que ingenuamente sospechaba se apolillaban en olvidados armarios toda vez que el cierre de la etapa Mosley insinuaba un cambio de rumbo en el que no tendrían cabida, pero hete aquí que están más vivos que nunca y para colmo empiezan a recibir refuerzos, porque de las alcantarillas de todo esto han empezado a surgir voces de ultratumba con ánimo de caldear el ambiente, supongo, e incluso hay seria amenaza de que el padre de la criatura comience de nuevo a robar planos a Nicole Scherzinger en el garaje de McLaren.

Anteayer este blog cubría sus 750 entradas y ni recuerdo el tiempo en que se me ocurrió la idea de ponerlo en marcha, aunque atisbo a ver entre brumas a un piloto que me devolvió la ilusión por este deporte, pero que naufragaba entonces en una trampa para magos hábilmente tendida por unos titiriteros a los que no les tembló la mano al cortar uno a uno los hilos de su díscola marioneta española.

¡Han vuelto! Ron Dennis y Anthony Hamilton ya están de nuevo aquí, junto a los restos todavía humeantes de Charlie Whiting, y en Silverstone, si Dios no lo remedia, el trío de personajes que hizo añicos el campeonato 2007 puede volver a encontrarse para rememorar aquellos tiempos en que la justicia se impartía tirando de grúa o aplicando correctivos que no venían contemplados en el reglamento, en los que la delación del padre de un piloto era causa suficiente como para que la FIA abriese una investigación de oficio, y en los que un patrón vengativo ejercía su autoridad incontestable y soberana incluso permitiendo que uno de sus hombres sufriera un salvaje accidente bajo la lluvia nipona.

Mal anda el asunto cuando a la vuelta de tres años las cosas siguen como iban. Sin embargo, miro a Hilargi y reconozco en sus ojos mi propio reflejo y sé que hay esperanza. Bagheera, nuestra pantera en miniatura, todavía no ha cumplido un año de vida pero sigue observando atentamente el televisor cuando hay carrera.

Sí, cabe albergar esperanzas a pesar de que la atmósfera de la F1 al parecer no se ha limpiado lo suficiente como para resultar nociva al tipo de fauna a la que pertenecen Dennis, Hamilton senior y Whiting; y aunque Domenicali no sea un auténtico domador de hienas, Fernando tiene buenos mimbres y sabe ahora defenderse solo.

Por todo esto pienso que sigue habiendo espacio para levantar la voz entre tanta cochambre como nos rodea, para soñar un golpe de fortuna, para esperar que el Nano comience a sellar bocas de una vez por todas. Sí, todavía hay lugar para reclamar un poco de belleza entre tanta basura, siquiera para recargar las pilas conque enfrentarnos a la que se nos viene encima.