Renault ha comenzado esta temporada con un imejorable pie, al menos en lo que a Robert Kubica respecta. El R30 ya se había mostrado bastante solvente en los inicios de la sesión, y en la prueba celebrada en Sepang, fundamentalmente gracias a la negligencia de McLaren y Ferrari durante la fase de calificación, el polaco podía llevar su monoplaza hasta una meritoria cuarta plaza que no desmerecía en absoluto ante el podio obtenido una semana antes en Melbourne.
Al hilo de lo mencionado, en cuanto al G.P. de China se refiere, la escudería gala puede encontrarse perdiendo protagonismo pues los equipos punteros andan marcando ya el territorio previo a Barcelona y el francés adolece de suficiente equilibrio entre sus dos pilotos, porque lo cierto es que Kubica no puede enfrentarse en solitario a lo que se le viene encima, ni apostar sus aspiraciones a la debilidad de los rivales.
En relación a lo mencionado en los previos de la carrera malaya, China supone una prueba de fuego que debe ser superada sí o sí, si se quiere evitar el peligro de un desinfle adelantado una vez la temporada tome tierra en Europa.
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