El efecto mariposa

Los túneles de viento tienen un alma demasiado solitaria y las computadores que modelan las formas de los monoplazas y valoran todos los supuestos que pueden afectarlas, sufren agorafobia, por ello no es extraño que un vehículo tan perfecto como el RB6 las pase canutas en cuanto abandona el aire limpio y se mete en la montonera.

Lo comenté aquí mismo cuando amaneció el RB5, y hoy Carlos (Aficionando) ha rescatado el asunto en un comentario a la entrada de ayer domingo, y es que el RB6 es tan perfecto que necesita que los flujos que lo rodean también lo sean, y el asfalto, y el grado de humedad, y la madre del cordero, de manera que como no se den las condiciones idóneas, pierde fuelle y se desmorona.

En China vislumbrábamos la razón por la que el coche de Webber no funcionó como el de Vettel en Bahrein y Australia, de la misma manera que Lewis Hamilton no era el mismo saliendo desde la pole que desde la tercera o cuarta línea de la parrilla cuando aún no había nacido como piloto. Cuestión de condiciones favorables o adversas, variables todas ellas que afectan al modelo establecido de una forma positiva o negativa según se den diferentes circunstancias. Poincaré, Lorenz y las ecuaciones no lineales que predicen imprecisiones. Mandelbrot y sus fractales rompiendo el juego hábilmente trazado por Adrian Newey cuando el entorno deja de ser manejable e incorpora el aire sucio y las turbulencias producidas por unos rivales cuya aerodinámica no va tan al límite, o simplemente cuando la velocidad del RB6 no es la correcta.

El sabio dejó dicho que una flecha en vuelo podía desviarse de su camino a la diana recibiendo el sencillo aliento de un sapo. Lorenz definió El Efecto Mariposa por el cual el aleteo de un lepidóptero en un lugar concreto podía producir un huracán de dimensiones colosales al otro lado del mundo; y los Red Bull sufren lo indecible si no disponen de aire limpio alrededor o las condiciones de marcha no son las adecuadas, y todo porque es un coche demasiado perfecto para un campeonato, éste, donde todo es posible, incluso terminar detrás cuando se ha salido desde la primera línea de la parrilla.

Y lo cierto es que si este año hubiese sido el anterior, o el anterior al anterior, o incluso el anterior al anterior del anterior, cuando salir delante sigificaba terminar delante, habría que haberles echado un galgo a Vettel y Webber para pillarlos, pero estamos en 2010 y las cosas han cambiado radicalmente, pues ninguno de los cuatro polemen que hemos tenido hasta el momento ha terminado la carrera ganando; y la excepción suscitada en Melbourne, cuando Sebastian tenía que ceder la cabeza de la prueba por un problema en los frenos, lejos de rebatir esta tesis la ratifica, porque ése es el lugar idóneo para que el modelo que Newey ha escenificado sobre sus monoplazas funcione a la perfección, y por ello los Red Bull lo buscan con tanto ahínco en calificación, porque como se introduzcan variables como una velocidad más lenta o el azote del aire y las turbulencias que produce cualquier rival a su paso, los RB6 naufragan como barquitos de pesca en mitad de un temporal.