El topo

Toda novela de espías que se precie de serlo necesita inexcusablemente de la intervención de un traidor, un personaje de confianza que por la razón que sea se acaba vendiendo al enemigo. En la historia rocambolesca que está pergeñando la FIA a cuenta de la F1 de doble vía, a falta de razones (lo miro y lo miro, y no veo ninguna), se hace indispensable la presencia de un topo para que encajen las piezas.

Si no ando equivocado (que a lo peor sí), la propuesta salida del horno de la Plaza de la Concordia parisina en fechas relativamente cercanas, establece que para 2010 habrá equipos que puedan saltarse el límite presupuestario propuesto a cambio de someterse a una restricción evolutiva que golpea en la línea de flotación aquello de la máxima expresión deportiva del automovilismo; y equipos que asumiendo la restricción económica impuesta, se verán beneficiados en cuanto a restricciones (¡toma candela de paridad deportiva!).

El cachondeo está servido en cuanto valoramos la propuesta en sus justos términos, porque la FIA, que no se anda con paños calientes en estas cosas, propone como ejemplo, nada más y nada menos, que los primeros verán limitada la utilización del KERS a un número concreto de kilojulios, mientras que los segundos podrán duplicar el valor establecido… Todo perfecto, salvo que los primeros son los proveedores naturales de los segundos, a falta de un agente externo que desequilibre la balanza y que de momento resulta invisible en el horizonte.

En cristiano, que queda mejor. La propuesta de marras presupone que Ferrari, McLaren, BMW y Renault, después de correr con los gastos de elaboración, preparación y puesta a punto del sobrevalorado e impuesto aparato, amén de sufrirlo, lo cedan a las escuderías menores para que éstas lo utilicen con el doble de prestaciones.

Vale que Mercedes-Benz y BMW, por aquello de justificar ante sus respectivos consejos de administración la inversión en F1 con vistas a la producción de automóviles de calle, hayan coartado la libertad de sus escuderías imponiendo el KERS sí o sí (Toyota no se ha puesto tan tonta y ha pasado del chantaje), pero pretender que tiren por la borda expectativas y calendario, me parece excesivo. Quedan Ferrari y Renault, y no las veo por la labor, lo siento, porque sus prioridades son más deportivas que logísticas o globales, y es que saben lo que vale un peine, vamos, que saben perfectamente que en F1 sólo vale quedar primero.

En resumidas cuentas, la FIA, tan dada a excesos verbales y de los otros (no os perdáis la última intervención de Quiet Man en el blog de Journal, no tiene desperdicio), acaba de meterle un puñal en la espalda al dichoso trasto, supeditándolo a tan boba idea.

El topo, sí, el topo. El caso es que Mercedes-Benz no desarrolla el KERS, sino que lo hace McLaren, y esta última le debe algunos favores a la FIA (el último todavía caliente)…

¿Me seguís?