La ecuación BMW [Australia]

Ya tenía yo ganas de meterle mano a una carrera completa bajo la perspectiva 2009, aunque como de costumbre, la prueba australiana ha quedado excesivamente condicionada por los abandonos y las tanganas. Sin embargo, creo sinceramente que en el comportamiento de BMW podemos atisbar lo que nos espera de aquí hasta el término de la sesión: el KERS es un lastre innecesario que será abandonado pronto.

Dicho esto, la carrera comenzaba con un desfallecimiento de Barrichello que originaba en la curva Alan Jones (nº1) un embotellamiento que a punto ha estado de quitar de en medio a Fernando, y que se ha llevado por delante a Heikki y a Heidfeld. A partir de ahí, hemos asistido a un estiramiento paulatino del pelotón con Jenson Button como protagonista indiscutible, en el que cabe reseñar la solidez de Sebastian Vettel, la pujanza de Robert Kubica y la serenidad de Lewis Hamilton, remontando sin sobresaltos y peleando cada centímetro (hoy me ha gustado, no lo voy a negar).

La disputa ha mostrado todo el repertorio de posibilidades que la nueva normativa ha puesto sobre el tapete: lo acertado de la política de Bridgestone en la elección de neumáticos; la incompetencia del KERS (todo el mundo lo utiliza para lo mismo); la incompetencia de la variabilidad en la incidencia de los planos delanteros (todo el mundo la utiliza para lo mismo); la ventaja que tienen los equipos que han pasado del uso del KERS (mucho más rápidos); y la incompetencia de la FIA. También se han puesto de relieve los nuevos desafíos que tienen que afrontar los pilotos, llevados al extremo en el encontronazo entre Vettel y Kubica casi a la terminación de la prueba, donde ha quedado patente que va a pasar algún tiempo antes de que los chavales le cojan el puntito a las nuevas distancias que han impuesto los gigantescos alerones delanteros.

Me ha gustado… Me ha gustado para ser Australia, quiero decir, porque cada año que pasa Melbourne se parece más a una lotería. Y me ha gustado por Jenson y por Ross; porque desde 1977 no se veía que una escudería nueva le metiera un paquete de órdago a lo más granado de la parrilla en la primera prueba del calendario (Wolf, en Argentina); y porque el señor Fukui habrá descubierto de una puñetera vez que metió la pata a finales de noviembre cerrando Honda.

Bonita, con todos los ingredientes y sobresaltos, Melbourne me ha encantado a pesar de que el ornitorrinco no ha sido profeta en su tierra como ya aventuraban algunos de los lectores de este blog, y aunque el 5º puesto final logrado por el Nano sabe a gloria después del triste fin de semana y la cochambrosa disciplina de carrera impuesta por Renault (al diablo se le ocurre meter a boxes y a la vez, a Piquet y a Alonso)…

Me quedo con Vettel por soberbio, con Kubica por peleón, y con Rosberg por no ceder al desaliento. Con Nelson, que ha estado a la altura de las circunstancias hasta que ha dejado de estarlo; y con Lewis, que como se muestre igual de atemperado y consistente que hoy, puede suponer un auténtico peligro durante lo que queda de año.

En el lado negativo, pongo a la dirección de carrera que ha tardado dos vueltas completas en sacar el Safety Car tras el accidente de Nakajima, y que ha deslucido el final de carrera volviéndolo a sacar cuando no hacía puñetera falta.

Os leo, que voy a ver si consigo encalomar a algún incauto el KERS que me había comprado.