Primero y rosso

No es el definitivo, dicen que incorpora el KERS, y lo denominan F60 como homenaje a los 60 años que lleva La Scuderia en competición (todo comenzó con el Ferrari 125F1 de 1948, que corrió en Grand Prix aunque el Campeonato del Mundo no se inició como tal hasta 1950), o sea, que nos han puesto un caramelo en la boca para que sigamos esperando, porque lo que es seguro es que en Maranello no están por la labor de dar una miserable pista a sus rivales, y si me apuráis me aventuro a afirmar que ésta va a ser la sintonía de los lanzamientos de los próximos días.

Como ferrarista, la sangre se me ha espesado tanto que a punto he estado de sufrir un ataque al corazón en cuanto lo he visto en el blog de David Plaza, porque el vehículo es precioso. De líneas limpias, con las curvaturas que hicieron delicioso el F2004, el monoplaza italiano se afila como un puñal hacia adelante, a partir de la zona central, para sujetar el alerón delantero (mucho más delicado de lo que imaginaba). En la parte trasera, destaca la suavidad de líneas que mueren bajo el puente que alberga el elevado y pequeño alerón trasero…

A primera vista me da la sensación de que los tubos de escape tienen una mayor inclinación de salida con respecto a lo que ha venido siendo habitual los últimos años, y me ha sorprendido la solución dada a los soportes de los retrovisores, pues cualquiera diría que son deflectores, y por tanto ilegales. Dicen que lleva el KERS, pero no hay atisbo de espacio para él, así que por no llevar la contraria tan pronto, tendremos que admitir de momento que Ferrari ha sabido sortear con notable el problema de albergarlo… Eso, o que en Magneti-Marelli, o en Bosch, han hecho un trabajo sobresaliente reduciendo sus dimensiones, y además en un tiempo récord.

Se ve poco de las soluciones dadas a la parte final del monoplaza, y puesto que las únicas imágenes disponibles son las que la propia Ferrari ha repartido a la prensa especializada, cabe sospechar que buena parte de las innovaciones van a estar ahí precisamente, y que por eso han sido hábilmente ocultadas de la mirada del público y de la competencia. Sin embargo, sí se puede apreciar el trabajo aerodinámico que atañe al morro y al alerón delantero.

Muy baja, la nose resulta curvada y muy pronunciada, y a esa sensación contribuyen las dos góndolas que sirven para sujetar el alerón, y que nacen retrasadas de la parte inferior de la carrocería. El alerón, como tal, dispone de un plano que ocupa toda la extensión permitida, pero que es más estrecho de los que hemos visto en los coches híbridos que circularon en diciembre, y disponen de dos planos secundarios, inclinados y alabeados, repartidos en cada uno de los extremos, delante de los cuales se perciben unas pequeñas aletas que sospecho serán móviles, y que a la postre permitirán a los pilotos variar la configuración en las curvas.

Neumáticos slicks, tapacubos de la casa, y el rojo característico con una mayor presencia de blanco en el alerón trasero, dan por cerrado el espectáculo.

Lo dicho, el F60 es una auténtica preciosidad, y aunque dudo mucho que sea el coche que veamos correr por los trazados del Mundial 2009, podemos afirmar que una vez más en Ferrari han sabido hacer una auténtica obra de arte sobre ruedas.