Hace frío ahí fuera

Cansa el espectáculo, por repetitivo. Los mismos tipos, o parecidos, que se han cargado todo esto, los mismos que ciegos auguraron ciclos económicos interminables de bonanza, los mismos que negaron la necesidad de la intervención del Estado, los mismos que creían en la validez del libre mercado, los mismos que no se enteraban de nada, andan metidos ahora a augures de medio pelo, promediando a la baja las expectativas de crecimento, pintando sombríos horizontes con que justificar la destrucción de miles de futuros mientras se apropian de la ubre de las otrora denostadas administraciones.

¿Quién va a creerlos? Su puta madre, con perdón, porque yo no. No tienen ni puta idea, ni antes ni ahora, así que carecen de crédito. Son tahúres, trileros, mangarranes, malnacidos a los que no queda otro remedio que aguantar porque manejan el mango de la sartén en la que andamos todos metidos.

Por ello me jode que la prensa deportiva se haga eco de sus chorradas, y más la que nos atañe, la de la F1. Bien está que en tiempos menos cargados de infaustos se publicasen bulos a troche y moche, estaba en el juego, porque ya se sabe que cuando no hay de dónde rascar cualquier cosa vale, pero lo que estoy leyendo estos días me escuece, por idiota.

Y es que no hay que irse muy lejos, y que me rectifique alquien si me equivoco, pero una de las cosas que animaron a Fernando Alonso a irse de Renault en 2006, y a anunciarlo tan pronto, fue que Carlos Goshn parecía haber sentenciado el proyecto deportivo para 2007 (huelga decir que la escudería de Enstone sufrió los efectos colaterales de la posible reducción de presupuesto con el insufrible R27, y que sólo este año pasado se ha aliviado el asunto).

Ahora sale a la palestra el rollo de la posibilidad de que ING reduzca su contribución económica a mediados de 2009 y se magnifica con tintes colosales. Se dá por seguro de que en 2010 su cosa contributiva vaya muy por lo bajo, y se magnifica con tintes apocalípticos…

Despareció Mild Seven de los pontones de los Renault y ¿qué ocurrió?, que vino ING. ¿Puede desaparecer la publicidad del banco holandés? ¿Y qué? Las posibilidades de sustitución son infinitas, y lamento llevar la contraria a los abonados a los desastres, porque siempre habrá quien tenga dinero suficiente como para cubrir el hueco, y me importa un pimiento quién sea. ¿Alguien en su sano juicio puede apostar a que si los resultados acompañan, ING siga yéndose? Yo no lo haría, desde luego, porque en publicidad el gasto se considera inversión, y si los resultados acompañan, como presumo, ésta será muy rentable y lo lógico sería ampliarla.

No me enrollo. Como de costumbre, las cosas de palacio se magnifican porque toca hacerlo, o por desidia, no por otra cosa. El proyecto Renault tiene sus propios problemas, y Goshn sigue erre que erre (lo de Chevrier huele a lo que huele), pero continuará un año más, y luego veremos qué pasa, y más tarde podremos sacar conclusiones, que es cuando corresponde sacarlas.

De momento me quedo con preguntarme en voz alta ¿por qué hacemos caso a estos idiotas? Ahí fuera hace frío, pero no tanto, ¡coño!