Regreso al futuro [Fuji]

Hoy me lo he pasado bomba, y no sólo por lo ocurrido en la carrera, que también, sino porque me he ido a desayunar al Novelty sabiendo que bajo mi brazo descansaban un montón de tonterías que ya eran papel mojado —es lo bueno que tiene que un tipo como el hijo de Anthony Hamilton lograra ayer la pole, y hoy haya naufragado como un novato—. Lo dicho, los principales diarios del País Vasco, rezumaban madurez, solvencia, y triunfo adelantado en el mundial gracias a la calculadora, en lo tocante al susodicho…

Y me he reído, porque por un lado, el chaval ha demostrado que su templado comportamiento de Monza y Singapur no se debió a la calculadora, sino a la falta de zapatos, y por otro, que no sabe conducir como un campeón, por mucho que nos lo vendan como un crack.

Vamos a ver, si yo voy para txapeldun mundial, quedan 3 carreras y llevo 7 puntos de ventaja, calculadora en mano puedo aventurar que con quedar detrás del segundo clasificado en las tres ocasiones, lo tengo solucionado. Si encima salgo por delante de él… ¡como si quedo 8º!

Pues bien, el muchachote de las pelotas de oro se ha quedado clavado en la salida, y habiendo sido superado por Kimi y Heikki, no ha tenido mejor ocurrencia que liarse a codazos como si estuviera en el patio de un colegio, yéndose a tomar por saco mientras mandaba al mismo sitio a media parrilla. ¿Madurez? ¿Dónde?

Si yo llevara la batuta, que no la llevo, le habría sacado tarjeta roja directa (bandera negra, vamos), pero como la lleva Charlie, sólo le ha aplicado un drive through y no un stop & go, que de las sanciones suaves habría sido la más idónea… ¡Joder, Charlie, que por poco se come a Kovalainen, saliéndose recto con los dos Ferrari a la vera! ¡Que parecía intencionado y todo!

A lo que iba, el émulo de Senna (¡perdona Ayrton, es sólo una forma de hablar!), con los pelos peinando bombillas, ha seguido haciendo de las suyas, y con víctimas: mi Felipe, creyéndose que hay que tener pelotas para aguantar al hijo de Anthony Hamilton, las ha puesto sobre la mesa (Kimi en Spa, y Glock y Webber en Monza, no las supieron poner), y se ha ganado otro drive through por crédulo, imagino que para compensar la sanción al intocable (Vettel, el año pasado, se puso al Nano por montera, creo que en el mismo sitio, y no pasó nada), pero ni por esas. Reducido a la nada, ahí se ha quedado el británico, mientras el brasileño ha ofrecido hoy un recital de pundonor y ganas (¡joder lo que están pesando Hungría y Singapur!).

En el lado bueno me quedo con Fernando (¡tela, tela, tela!); con la lucha entre Kubica y Kimi (si no llega a ser por la mamonada del inicio, sinceramente creo que el finlandés se habría alzado con la victoria); con Nelson; y con Glock mientras le ha aguantado el monoplaza. En el lado malo, la actitud de Webber con Massa, que no es que sea porque es mi Felipe, que lo es, pero es que parecía que el paulista le acababa de robar la novia al australiano cuando éste le ha cerrado al final de la recta de tribunas; el tortazo que se ha metido Coulthard; Heidfeld, que como siempre que le renuevan, desaparece del mapa; y la estúpida maniobra de desdoble que ha protagonizado el que dicen los ingleses que es el mejor piloto de la parrilla (¡y una mierda!, el mejor es el que ha aflojado el acelerador para dejar al gilipollas brillar un poco).

Sintetizando. Fernando, glorioso, a sólo 15 puntos de Kimi en la general, y a un paso de sustituirle en la de Maranello (¡otro día!); Kubica, a 12 del hijo de Anthony Hamilton y a 7 de mi Felipe; Massa a 5 del inglés, verbigracia de la sanción que le han metido a Bourdais; y el pobre protagonista de este cuento… lo de siempre, demostrando de nuevo que lo que mejor saber hacer es el indio.