Regreso al futuro [Monza]

Sebastian Vettel, con apenas 21 años recién cumplidos, ha batido en un par de días dos récords: ayer el de piloto más joven en conseguir una pole (en manos de Alonso desde Malasia 2003), y hoy el de piloto más joven en ganar un Gran Premio (en manos de Fernando desde Hungría 2003); y lo que son las cosas, a pesar del empeño de Manel Serras (El País) por resaltar como envidiosillo a nuestro compatriota en su artículo de este domingo, ha sido precisamente Fernando Alonso el primero en abrazar al alemán tras terminar la prueba, y por lo prolongado del encuentro, nadie diría que no le ha felicitado de todo corazón.

Paradojas de la vida. Vettel ha venido a demostrar hoy lo sencillo que resulta ganar una prueba saliendo desde la pole (como todos intuíamos, salvo Niki Lauda), porque sin quitarle ni un ápice de mérito a su hazaña, la verdad es que ha dominado la carrera de principio a fin sin encontrar contestación. Es más, su magnífico logro ha venido a desmontar el obtenido y magnificado por el hijo de Anthony Hamilton el año pasado en Fuji, en similares circunstancias, incluso con inicio lanzado tras el Safety Car.

Ha habido más, como el extraño comportamiento del vehículo número 23, que conducido por Heikki Kovalainen, ha demostrado que carecía de la configuración y prestaciones del número 22, lo que ha quedado patente en su incapacidad para inquietar al Toro Rosso del ganador, después de la lección de buen pilotaje y comportamiento demostrados ayer en calificación.

¿Ferrari? Mal que me pese decirlo, hoy han naufragado. Mi Felipe ha rascado 1 punto en la clasificación general y a duras penas, eso sí, manteniendo el tipo y demostrando que aunque el agua se le atraganta, sabe nadar y guardar la ropa, lo que a estas alturas no debe parecernos poco. Su 6º puesto le ha permitido reducir en 1 punto su diferencia con el hijo de Anthony Hamilton (7º) en la general, pero a los ferraristas nos ha sabido a nada, y aún a menos en Monza. Y el 9º de Kimi Raikkonen, a 7 segundos de Webber (8º), nos ha devuelto a los peores escenarios vividos a mediados de los 90 del siglo pasado, cuando los logros de La Scuderia se cuantificaban como fracasos e inoperancia de los contrarios, amén de que certifica el total abandono del finlandés en la lucha por el mundial (¡al diablo se le ocurre haberle prolongado el contrato!, o como diría mi abuela: ¡para este flete no hacían falta alforjas!).

¿Y Fernando? Glorioso con su trasto. Ha gestionado bien la carrera, apenas ha cometido errores, y ha logrado situar su R28 en una 4ª plaza que sabe a victoria porque coloca a Renault en igualdad de puntos que Toyota (41), certificando que el monoplaza francés anda bastante mejor de lo que nos cuentan, pues Nelson Piquet ha terminado 10ª tras salir desde la 17ª plaza.

¿El resto? Pues qué queréis que os diga. Entre un tipo que sale 15º y acaba 7º, y otro que sale 11º y termina 3º, a igualdad de posiciones recuperadas, me quedo con el último aunque la realización le haya obviado descaradamente, y es que Robert Kubica ha realizado una de las mejores remontadas de su carrera, logrando colocar su monoplaza en el podio a pesar de la inestabilidad que le aquejaba, sobre todo, a partir del tercer tramo de la carrera, logrando asentarse como 3º en el mundial, y no es por nada, pero a tan solo 14 puntos de la cabeza.

Y para terminar, no quiero dejar de mencionar la manera sucia en que el hijo de Anthony Hamilton se ha desembarazado de Webber sacándolo del asfalto en la Variante de Rettifilo, pues a pesar de las palabras de Pedro Martínez de la Rosa, la maniobra no debía consistir sólo en quién toma primero la trazada, pues en Spa, en idénticas circunstancias, el británico de los huevos de oro se sintió sacado de la pista y acusó a Kimi Raikkonen de no haber tenido pelotas para frenar más tarde.

En fin, nos vemos en Singapur, y de noche.