Se acerca Mónaco con paso inexorable. Mientras consumimos las horas del reloj, mi cabeza recala por un momento en las inescrutables profundidades de nuestro hombre del saco particular, nuestro querido tomasino, Felipe a secas para los amigos.
El piloto brasileño de Ferrari encierra más peligro del que mucha gente está dispuesta a reconocer, y por ello me resulta tan sugerente. Contrariamente a los que se empeñan en decir que no es un piloto rosso, yo sólo lo veo en la de Maranello.
No es por tocar las narices, que también, pero le intuyo mucho más grande de lo que hemos podido ver hasta el momento… Comete errores de párvulo, es cierto, pero los perpetra con estilo, hay que reconocerlo, en perfecta sintonía con lo que se espera de un gran hombre (todos los pilotos rossos, lo son, al menos nominalmente). Bien mirado, un par de carreras chungas no pueden diluir su enorme potencial hasta difuminarlo por completo, porque este Felipe es el mismo Felipe que remontó como un guepardo en Silverstone el año pasado; el mismo que pudiendo ganar en Interlagos, cedió su rodilla para que Kimi se alzara con el título mundial. Y ya que hablamos de Kimi… El finlandés es rápido cuando es rápido, porque cuando decide amodorrarse no hay quien le haga sombra.
¿Kimi y Felipe son pilotos rossos? Sin querer herir a nadie, mis preferencias se decantan por Felipe, ya lo sabéis (tuve dudas pero me reitero en lo que dije a principio de temporada). Al finlandés le veo volando en cualquier equipo, o durmiéndose, si es el caso, bajo el amparo de cualquier escudería. Pero a Felipe no. Felipe es rosso o no es nada, lo que lo convierte en un piloto Ferrari de pleno derecho, porque siendo consecuentes con la filosofía de Enzo Ferrari por la cual la máquina es la que hace grande al piloto, hay que quitarse el sombrero ante la certeza de que los vehículos italianos han obrado maravillas sobre el brasileño… y Felipe o sabe.
No divago más. Felipe se va a comer este año a Kimi, y con patatas, porque entiende mejor la esencia del piloto Ferrari. Su casco podía llevar perfectamente un lema como los que decoraban los escudos de los caballeros medievales, y si me apuráis imagino que diría: ¡nacido para machacar!. Sí, Felipe es la esperanza Ferrari para este año, y sólo falta que Domenicali y Montezemolo lo entiendan, como lo entendió el año pasado Todt aunque decidiera sacrificarlo, porque si no lo comprenden a tiempo y descansan sus anhelos sobre Iceman, me temo que lo llevan bastante crudo.
Como en la película de la que he tomado prestado el título, en la Scuderia nada ni nadie es lo que parece: el primer espada tiene demasiada tendencia a dormirse; al director deportivo le viene el puesto grande; el presidente ha titubeado demasiado en hacerse con el Nano; y Felipe es un lobo vestido de cordero…
No se puede negar que el cóctel parece bastante explosivo, y que si hubiera que apostar por un superviviente, lo lógico sería hacerlo por el de Sao Paulo.
Es la defensa más inteligente que he leido de Massa hasta hoy.
ResponderEliminarEsto está escrito después de Silverstone, y bien sabes que Felipe no es santo de mi devoción... (Sobre todo después de la que le montó al Nano tras acabar la carrera en Nurburgring el año pasado...)
Nos encontramos ante el eterno dilema entre un piloto muy dotado (Kimi) y otro con muchas ganas (Felipe).
Que tiene un lado "killer", sin duda, ¿pero es suficientemente consistente?
Massa me recuerda a Nigel Mansell, son 2 pilotos que por motivos extra-deportivos han disfrutado de más oportunidades que nadie... Y al final a base de tenacidad han ganado...
Eso no es malo, pero en el camino se han quedado otros que sólo tuvieron una oportunidad (y que si hubieran tenido más habrían ganado antes). Claro que a estas alturas ya sabemos todos que la vida nunca ha sido justa.
Excelente entrada, no veré a F.Massa con simpatía, pero si con otros ojos desde ahora.
"Felipe es rosso o no es nada", muy bien visto.
Saludos.
Hola, Prostvuelve ;)
ResponderEliminarGracias por el elogio, y por compartir conmigo la perspectiva ;)
Y sí, Mansell puede ser «revisitado» para encontrar más de un reflejo de Massa: correoso, ramplón en general, bueno en los momentos adecuados, muy bueno en contadas ocasiones... pero contundente cuando hacía falta :)
Aunque también le veo bajo la sombra de René Arnoux, quien también fue un piloto monomarca: o Renault o nada, lástima que en su camino se cruzara Prost.
Un abrazo
Jose