Perder el campeonato del mundo de constructores y el de pilotos de una tacada y como quien extravía un céntimo de euro, tiene su mérito, ¡reconozcámoslo! Ante la evidencia de que Ron Dennis carece del tirón de un Briatore o un Montezemolo (auténticos latin lovers del paddock), hay que admitir que el tío lleva algún as en la manga porque para hacer lo que ha hecho, o se tienen muy bien puestos (no lo dudo, ¡Dios me libre!), o se es un perfecto idiota.
Ya que en el universo de la testosterona tener los cataplines grandes no es nada extraordinario, y ya que no creo que Dennis pueda ser tan rematadamente capullo (que es uno de los capos, ¡leñe!), me inclino a pensar que a pesar de su apariencia triste y en cierto modo grave (cercana a la que nos brinda Ecclestone, aunque menos adusta), mantiene vivo ese puntito de adolescente alocado que gusta tanto en los superhéroes, y que sólo se pone de relieve ante situaciones extremadamente graves. Vamos, que hasta ahora era un cachondo que había pasado desapercibido.
Como es el caso que esta temporada que acabamos de terminar ha sido abundante en excesos, si no fuera porque la prensa británica le ha atado en corto desde lo de Mónaco, incluso yo mismo habría podido pensar que lo ocurrido no era en modo alguno previsible; aunque bien mirado, tanto celo protector también delata que en Inglaterra sabían algo de Ron que desconocíamos el resto de los mortales, y que convenía controlar. Bajo este punto de vista, dado que el periodismo deportivo inglés es pulcro, concienzudo y serio (como se ha podido ver en las abundantes muestras que nos han ofrecido), hay que admitir que su empeño era lógico y razonable aunque no haya servido para nada, porque al final el patrón de McLaren ha conseguido desvelar su gran secreto: su vis cómica.
Como es el caso que esta temporada que acabamos de terminar ha sido abundante en excesos, si no fuera porque la prensa británica le ha atado en corto desde lo de Mónaco, incluso yo mismo habría podido pensar que lo ocurrido no era en modo alguno previsible; aunque bien mirado, tanto celo protector también delata que en Inglaterra sabían algo de Ron que desconocíamos el resto de los mortales, y que convenía controlar. Bajo este punto de vista, dado que el periodismo deportivo inglés es pulcro, concienzudo y serio (como se ha podido ver en las abundantes muestras que nos han ofrecido), hay que admitir que su empeño era lógico y razonable aunque no haya servido para nada, porque al final el patrón de McLaren ha conseguido desvelar su gran secreto: su vis cómica.
Imagino que el de Woking tenía unas enormes ganas de desatarse la melena (es un decir) y demostrar a los cuatro vientos de qué pasta está realmente hecho. Que los ingleses lo sabían y temían la posibilidad de que por fin encontrara el momento de cascarse un sonoro gatillazo como si tal cosa, no me merece la menor duda, ya que tras varios años al lado de Norbert Haug, su imagen (la de Ron, se entiende) corría el riesgo de lastimarse del todo, y en éste, con Anthony Hamilton chupando cámara y sonriendo, lo llevaba bastante crudo para destacar en algo. 2007 suponía el ahora o nunca, el momento adecuado, y en las islas todo el personal andaba más que preparado (así hemos asistido al paulatino cierre de los otrora manantiales de fervor patrio apuntalado en la cordura de Dennis y el magnífico porvenir de Hamilton).
Lo dicho. Por encima de pilotos, innovaciones, sucesos, intrigas, luchas, y cuanto se nos ocurra, Ron ha destacado esta temporada con luz propia, como si se hubiera obrado un milagro. Y es que para ser jovial, auténticamente jovial, no basta con parecerlo, hay que tener redaños para ser el clown y convertirse en el maestro de ceremonias del circo, pretendiendo además que te tomen en serio.
Así las cosas, qué mejor forma de demostrar que todavía se tiene cuerda para rato que contratar al vigente bicampeón mundial y supeditarlo a un novato. Qué mejor forma de mostrar que se lleva el mundo por montera, que mentir ante el máximo organismo de la FIA en julio, echarle las culpas encima a Fernando y Pedro en agosto, y hacerse el orejas en septiembre. Qué mejor manera de ganar share que enseñar al mundo cómo se ríe un británico. Qué mejor forma de ganarse el favor del público, que perdiéndolo todo en China, guardándose un último gag para Interlagos.
La jugada ha sido realmente propia de un gran 'maestro'. Experimentado conocedor del mundo de la F1, y por razones que a la inmensa mayoría de los aficionados se nos escapan, Ron Dennis sacrificó la posibilidad de contar en sus filas con un piloto tricampeón del mundo, valor asentado y seguro, por favorecer descaradamente, él sabrá por qué, a un debutante y tutorizado compatriota.
ResponderEliminarNotoriedad, resultados, seriedad, patrocinios y liderazgo tirados al cubo de la basura. Viva la sinrazón profesional, arriba la estupidez ilimitada.
Ah, se me olvidaba. Levanto mi copa para brindar por Mercedes Benz, grande señora que en ningún momento se ha sentido despechada.
Salud.
Suele pasar con la gente que viene del tema de ingenieria. Para ellos las relaciones humanas pasan a segundo plano, y creen que las personas se pueden manejar como maquinas.
ResponderEliminarDennis viene de esa área, no me cabe duda que tecnicamente McLaren esta bien gestionada, pero el trato humano es fundamental, ya le paso con Montoya, con Prost, con Senna, con Mansell, con Coulthard y ahora con Alonso. En ese sentido es mucho peor que Frank Williams, que siendo de la misma escuela que Dennis en cuanto a la teorica igualdad absoluta (Aunque Frank no siempre fue asi, si no que se lo pregunten al pobre Carlos Reutemann y a la famosa clausula de Alan Jones de uso privilegiado de motores), valoraba con objetividad los condicionantes de cada piloto y su situacion en el campeonato, y al menos de vez en cuando hablaba con sus pilotos!!!.
Tambien hay que destacar a otros dos pollos de cuidado en el desbarajuste de McLaren (Eso olvidando al inutil de Paddy Lowe). El primero es una tan culpable como Dennis , que es Norbert Haug. Desde los tiempos de periodista de Auto, Motor und Sport , siempre ha sido un personaje servil cuya falta de personalidad es mas que evidente. No se que vio una empresa como Mercedes para darle el cargo de director de actividades deportivas de la marca, supongo que como periodista toco las teclas adecuadas. Ahora en Mclaren se siente feliz y consiente que Dennis/Whitmarsh hagan y deshagan a su antojo, representando Haug el 40% del accionariado (Y Dennis el 15!!!, o como mucho el 30 si contamos a su amigo Manssour Ojjeh).Bochornosos espectaculos como el de barcelona en el DTM le deberian haber llevado directamente al paro. El otro personaje, Martin Whitmarsh , es de nota, sobre todo por las dos veces que se la ha jugado a De La Rosa (aunque Pedro tambien ha pecado de estúpido o de consentidor, en su caso, y a mi me cae fantasticamente Pedro, pero me resulta incomprensible como ha destrozado su carrera en McLaren), prometiendole asientos que no eran suyos. Si alguien espera que una hipotetica retirada de Dennis haria cambiar este equipo que piense que alguien de su misma calaña es el sucesor, Martin Whitmarsh.
Con semejantes lideres, es normal que el equipo tuviera cierta anarquia, y mas si se confirman (Que va a se rque no) ciertos rumores no sobre tratos de favor a uno de los dos pilotos, sino mas bien sobre apuestas ilegales de mimbros del staff técnico de McLaren.
No puedo entender como Mercedes no abandona este barco o le da un cambio de timon y hecha a toda la directiva de McLaren Group. Hasta un tio cuadriculado como Theissen o Todt dirigirian 100 veces mejor ese cotarro....