Algo más que 5 metros


La duda, tan emparentada con la envidia y actitudes humanas peores, ha servido demasiadas veces para empañar la soberbia capacidad de Pedro para marcar territorio con nombre propio, y quizás sea su récord imbatido en Bahrein el mejor exponente, pues siendo verdad que Sakhir había visto reducida su cuerda en tan solo 5 metros entre 2004 y 2005, no lo es menos que los cambios reglamentarios habidos de una temporada a otra, hacen todavía más sabroso el ya mítico 1'31''447 conseguido por el barcelonés en el emirato árabe.

Los neumáticos debían durar toda la carrera y los motores dos pruebas, por ejemplo, y las modificaciones aerodinámicas afectaban al comportamiento de los monoplazas, nominalmente peor en 2005 que en 2004, de forma que en la vuelta 43 de las 57 propuestas, Pedro, antes de materializar ese segundo que acabó dándole el récord, seguía cuidando gomas para llegar al término de la carrera mientras preservaba el propulsor de su MP4/20 para que aguantara la cita siguiente: el Gran Premio de San Marino.

Michael Schumacher no tuvo que lidiar con tantos problemas. Pudo exprimir sus compuestos en el primer stint —momento en que el alemán marcaba su 1'30''252—, porque aún se permitió dos pasos por garajes más y, como mencionábamos antes, la normativa permitía un motor por cita. El F2004 contaba con alerones más amplios y cercanos al suelo y, obviamente, generaba una downforce mayor y de mejor calidad que la que tuvo a su disposición el Pedro de la Rosa de 2005, que clavó su tiempo porque la curva 4 había cambiado un poquito y la reducción de distancia le benefició...

Muchas veces pienso que la historia habría sido muy diferente si nuestro protagonista, en vez de pulverizar la marca del Kaiser, hubiese superado a un Fernando Alonso o un Kimi Raikkonen. Pero el catalán tuvo la desafortunada ocurrencia de tocar la fibra más sensible de nuestros expertos de salón y de ahí que se sigan sembrando dudas sobre un récord que no consistió sólo en que Sakhir pasó de 5.417 metros en 2004 a 5.412 en 2005, que fue, además, entremés a la que le caería encima al de Kerpen durante el Gran Premio de Hungría 2006.

Hay cosas que no se perdonan, y esto entra dentro de lo comprensible aunque tirando de muchas tragaderas, pero lo que no se puede hacer es faltar a la verdad. Y sí, la historia de esos 5 metros de menos es real, pero no explica ni aclara por qué Pedro estuvo supremo cuando consiguió su récord, salvo que tengamos en cuenta el resto de condicionantes, aunque nos permite vislumbrar la bajeza a la que son capaces de llegar algunos cuando se trata de que nadie toque a sus ídolos.

Os leo.

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