jueves, 16 de enero de 2020

Angelito


Cada día me gusta más la actitud de Charles. El hombre ha hecho una escapadita para disfrutar del paracaidismo —algo que no ha sentado bien en Ferrari—, pero a vuelta de correo ha cerrado filas con su equipo afirmando públicamente que todavía tiene mucho que aprender de Sebastian...

Hay quien prefiere ver estos dos asuntos por separado: una situación de pellas contractuales por un lado y un brindis al sol por otro, y también quien los ve como causa y consecuencia; pero, lógicamente, yo prefiero situarlos en la misma línea de tiempo y cargados de un poco más de malicia.

De haberlo sabido con antelación, sin duda Maranello habría prohibido a Charles practicar un deporte de alto riesgo ya que la italiana tiene potestad para imponer su criterio —aquí el monegasco comete una falta flagrante, merecedora de tarjeta amarilla, y bueno, imagino que se habrá hablado y la sangre no ha llegado al río—. En este sentido, la referencia a Vettel bien podría ser una ligera bajada de pantalones derivada de la trastada inicial, no vamos a negarlo. Pero veo matices y me apetece echar el ratito hablando de ellos.

El primero está en que Leclerc ha demostrado una vez más que es independiente para tomar sus propias decisiones, incluso saltándose algunas normas, y al hilo, habría bastado con una disculpa pública para zanjar el tema. El segundo, tal y como venimos diciendo, estriba en que recurre a Sebastian para resolver el sortilegio: admite la importancia y el estatus del alemán en La Scuderia y se sitúa un escalón por debajo porque tiene mucho que aprender y tal. Y aquí viene donde la matan, porque, sutilmente, Charles ha dejado la pelota en el tejado del de Heppenheim.

Así las cosas, a pesar de los intentos por hacer ver que en 2020 los dos pilotos oficiales de la rossa van a carecer de posición predefinida y jugarán en igualdad de condiciones, da la sensación de que Leclerc no las tiene todas consigo y, bajo mi humilde punto de vista, con todo esto se ha guardado un bonito as en la manga. La presión está ahora donde debe estar: en el piloto que más cobra, y el padawan hará paracaidismo en la pista, es un decir, según le resulte más conveniente, que para eso tiene la renovación en el bolsillo y dicen de él que es el futuro de Ferrari...

Os leo.

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