martes, 23 de enero de 2018

¡Que somos cocineros, coño!


Hoy hace un año exacto de la fecha en que supimos que Liberty Media se había desprendido de Bernie Ecclestone con alevosía el fin de semana inmediatamente anterior.

A la Bruja de Blancanieves el asunto le sentó como un tiro. A ver, el británico es jodidamente rico pero los ricos también tienen corazón —más reluciente que el de los pobres, of course!— y hasta se dijo una vez que también lloran, y entiendo que le sentara mal a pesar de que se había pasado los meses previos avisando que la norteamericana no era nadie en el negocio hasta que pagara el último dólar. Y bien, John C. Malone abonó lo pactado y como Flavio cuando Bruce Willis se negó a hacerse una foto con Elisabetta en Billionaire, ordenó a su hombres que sin perder más tiempo enseñaran la puerta al anciano patrón...

Algo después, FOM (Formula One Management) trasladaba sus oficinas del viejo despacho en Prince's Gate a la actual disposición en Lower Regent Street, y la cosa resulta comprensible porque Bernie vivía en el ático del mismo edificio donde tenía su lugar de trabajo y obviamente, a nadie le apetece cruzarse por la escalera o en el ascensor con un tipo al que has despedido.

Traigo a colación esta anécdota, bastante idiota, por cierto, porque en su día sirvió como excusa para que los hagiógrafos de causas lamentables esquivaran el análisis serio de los 39 años de gobierno del protagonista de esta entrada, para centrarse en comparar dos estilos, dos actitudes que se decían eran radicalmente distintas aunque a una la habíamos vistos todos los costurones imaginables y a la otra, la nueva, apenas le había dado tiempo de elegir el color de la moqueta que iban a pisar sus pies.

Por recordar chorradas, incluso se recordó que no queriendo olvidar sus orígenes humildes (sic), a Bernie le dejaban a diario la correspondiente botella de leche en la puerta...

Esto es esnobismo vintage de toda la vida, una manera como otra cualquiera de distinguirse entre los demás en base a hábitos peculiares. Yo, sin ir demasiado lejos, giro la cucharilla al endulzar el café en el sentido contrario al que lo hacen la práctica totalidad de los seres humanos que conozco, y no voy sacando pecho tal vez porque no estoy tan podridamente lleno de pasta como Bernie, en todo caso, si alguien se anima a recordarme cuando Nürbu haya parado sus máquinas, confieso que me gustaría que se apuntara este matiz con tal de hacerme algo más humano de lo que parezco, que el día menos pensado se dice de mí que desayuno niños crudos con guarnición de guisantes y patatas.

Pero a lo que vamos, que me distraigo. A Bernie nadie lo ha revisado y olvidaros de que se haga en un tiempo razonablemente breve. Han sido muchos años de bailarle el agua, de tenderle alfombras rojas o aplaudir sus gilipolleces. Como pasa con los dictadores, al de St. Peter - South Elmham lo veremos tal cual ha sido allá como dentro de dos generaciones de aficionados o tres, cuando se nos pase el calentón a todos; e imagino que descubriremos entonces que el tema, su tema, no iba de amor a la Fórmula 1 sino de puro y duro porno hardcore...

Los ricos son así y, en cierto modo, hay que quererlos aunque nos joda hacerlo. Bernie es el típico exponente de individuo que sólo ha pensado en sí mismo y en sus socios un poquito menos. Se ha forrado a cuenta de nuestros sueños e ilusiones, haciendo ver que pensaba en nosotros, que vivía en el ático de Prince's Gate para poder bajar a las tantas de la madrugada a su despacho y jugar desde él a lo que decia Groucho Marx que había que jugar: «El secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio; si puedes simular eso, lo has conseguido.»

A los que lo toleraron y justificaron, o lo siguen haciendo, que manda narices que pueda escribir esto sin faltar a la verdad, sólo puedo regalarles la preciosa reflexión que hizo hace unos días el cocinero David de Jorge a cuenta del esnobismo y la pérdida de miras en su profesión [dentro vídeo].

Periodistas, blogueros y opinadores comprometidos, somos la última defensa que le queda a la verdad, y hoy, jornada en que celebramos la efeméride que comentaba al inicio de este texto, Isola ha admitido que Pirelli se ha mostrado demasiado conservadora en 2017, un año de cambio de reglamento, una oportunidad única para devolver el espectáculo a sus auténticos propietarios, los aficionados...

Bastaba tomárselo en serio y dejarse de leyendas a toro pasado. Pero no, seguimos vendiéndonos por un plato de lentejas, y al que afirmaba en enero de hace doce meses que Bernie nos dejaba como herencia un campo plagado de minas, lo apedreamos entonces y lo seguimos haciendo ahora. El británico era imprescindible, pero a lo peor, pienso, teníamos y seguimos teniendo miedo a poner comas y puntos y seguido a su frases.

Y yo os leo...

3 comentarios:

enrique dijo...

Sobre Bernie, pasarán más de mil años y muchos más... Demasiados estomagos agradecidos que decía ayer como para sacarle alguna miseria. Se merece una biografía no autorizada. Liberty no puede moverse con la libertad que exige su nombre (perdón por el chiste), todavía. Bernie ha plagado el campo en forma de contratos de sangre. El último el de traer de vuelta el Gp de Francia nada más y nada menos que a Paul Ricard, de su propiedad y fruto de una restauración nefasta.
Yo soy comensal!!!!

Fleichié dijo...

Lo bueno de Bernie , a diferencia de muchos otros prebostes de jeta granítica , es que no le importa reconocer lo manipulado que está este negocio y la cantidad ingente de sinvergüencerías que se hacen en los despachos . Nunca se ha molestado mucho por tratar de hacer creer a los aficionados que esto es un deporte , que gana el que más lo merece etc...
Y aunque no podamos distinguir verdades de mentiras , si las hay , es de agradecer que al menos confiese algunas de las tropelías que han hecho a lo largo de los años .
Como por ejemplo , aquello de que Máx y él trataban de ayudar todo lo que podían a Ferrari para que estuviese en la lucha por los títulos . O la reciente y "supuesta" mediación de la FIA para que Mercedes ayudase a Ferrari con la UP .
O en 2010 , cuando comenzó a decir que Vettel sería un gran campeón.......y en 2013 cambió de idea y para entonces Vettel ya no le llenaba lo suficiente .....o no tanto como Hamilton , su siguiente favorito .....
Te leo maestro

Unknown dijo...

José yo también giro la cucharilla de igual manera 😉