No hay que tener demasiadas luces para entrever que hay algo más que un montón de casualidades entre la reciente exaltación del capitalismo más genuino, protagonizada como es de sobra conocido por Bernard Charles Ecclestone, y la manta de gorrazos que le ha caído como llovida del cielo y en apenas unos días, a Luca Cordero di Montezemolo.
No conviene exagerar, equivocar las cosas ni pensar siquiera que la sangre llegará al río. Bernie y Luca son amiguetes, de esos que no paran de lanzarse puyitas mientras comparten cuadrilla y txikitos, que decimos por aquí arriba, y se necesitan porque fueron casados por el gran Agustín González de La Escopeta Nacional, aquél sí, aquél cura rural que pronunció una de las frases más rotundas y clarividentes de la historia de nuestro cine: «¡Juntos hasta que la muerte os separe. Lo que yo he unido en la Tierra no lo separa ni Dios en el cielo!»
Dicho lo cual, no parece que vaya a ser ahora, a inmediatamente me refiero, pero Luca se irá más pronto que tarde a Alitalia a seguir amando a su Ferrari desde la nostalgia, en cuanto escampe un poco y si hay algo de suerte, con el asturiano al que siguen zurrando los pata negra volviendo a sacar las castañas del fuego a La Scuderia.
Está cantado, es una de esas cosas que se puede dar por ciertas que van a suceder aunque siendo honestos, hay que admitir que está bien que la sentencia se posponga, ya que si el italiano se fuera ahora supondría que el británico habría hecho diana con su pieza más importante y hasta ahí podíamos llegar, ¿no? Además, a qué clavo se agarraría John Elkann si Bernie queda en plan señorito...
Sea como fuere, Ecclestone tiene la sartén por el mango y la ha hecho valer ahorita mismo, ante nuestros ojos, en apenas unas horas. Ha sido evitar la cárcel y quitarse el marrón Gribkowsky de encima, y comenzar a segar la hierba sobre la que caminan los caros zapatos de Montezemolo para que este tiemble y acepte que ha vuelto el hombre, el sepulturero que no reparará en gastos hasta asfixiar en toneladas de Varón Dandy al único individuo sobre la tierra que pudiendo haberle hecho sombra y daño, le dejó vivito y coleando porque no hizo lo que tenía que hacer cuando la afición estaba preparada para un campeonato paralelo.
Ocurría en 2009 y aunque suene lejano, escribí sobre ello [Cautiva y rossa]: «El viejo capo habría plantado cara antes, no hay duda. Nunca habría dejado que las cosas hubieran llegado donde han llegado. Pero sobre todo, jamás habría consentido convertir su equipo en simple mercadotecnia barata a cuenta de algunas miserables regalías, porque eso es propio de FIAT y porque el modo Ferrari es y ha sido siempre alcanzar el respeto a golpe de victoria y sufrimiento.»
Está cantado, es una de esas cosas que se puede dar por ciertas que van a suceder aunque siendo honestos, hay que admitir que está bien que la sentencia se posponga, ya que si el italiano se fuera ahora supondría que el británico habría hecho diana con su pieza más importante y hasta ahí podíamos llegar, ¿no? Además, a qué clavo se agarraría John Elkann si Bernie queda en plan señorito...
Sea como fuere, Ecclestone tiene la sartén por el mango y la ha hecho valer ahorita mismo, ante nuestros ojos, en apenas unas horas. Ha sido evitar la cárcel y quitarse el marrón Gribkowsky de encima, y comenzar a segar la hierba sobre la que caminan los caros zapatos de Montezemolo para que este tiemble y acepte que ha vuelto el hombre, el sepulturero que no reparará en gastos hasta asfixiar en toneladas de Varón Dandy al único individuo sobre la tierra que pudiendo haberle hecho sombra y daño, le dejó vivito y coleando porque no hizo lo que tenía que hacer cuando la afición estaba preparada para un campeonato paralelo.
Ocurría en 2009 y aunque suene lejano, escribí sobre ello [Cautiva y rossa]: «El viejo capo habría plantado cara antes, no hay duda. Nunca habría dejado que las cosas hubieran llegado donde han llegado. Pero sobre todo, jamás habría consentido convertir su equipo en simple mercadotecnia barata a cuenta de algunas miserables regalías, porque eso es propio de FIAT y porque el modo Ferrari es y ha sido siempre alcanzar el respeto a golpe de victoria y sufrimiento.»
Como decía más arriba, Luca y Bernie son política y para bien o para mal, están casados. Son las dos caras de una misma moneda —«¡Juntos hasta que la muerte os separe. Lo que yo he unido en la Tierra no lo separa ni Dios en el cielo!»—, aunque el de Bolonia ha entendido quizás demasiado tarde que una retirada a tiempo vale lo que una victoria, ya que el de Suffolk lo quiere tanto que pretende llevárselo consigo a la tumba, como un trofeo, quizás su trofeo más preciado.
Os leo.
Os leo.
Vaya turrada, turrini. Por cierto, en mi pueblo a los pata negra, nos los comemos.
ResponderEliminarCanso, más que canso, trolete spameador. Aúpa al resto, una gozada! Me vuelvo a mi caverna.
Un ávido lectónimo, agur.
Orroe, te has ganado el cielo con el canso este. Mucho ánimo y adelante que mucho tienes que molestar para que no te dejen en paz.
ResponderEliminarTe leo.
Yo empiezo a creer que se trata del propio Orroe ... para darle al blog un toque de picante.
ResponderEliminarXD
Muy buenos días ;)
ResponderEliminarUn abrazote a todos, pero a ti, @cabyasf1, te pillo luego en Twitter XDDD
Jose