Caterham CT01

Caterham presentaba su modelo CT01 mientras yo andaba haciendo la guerra por mi cuenta, pero es domingo y me he puesto las pilas rápido, entre otras cosas porque las líneas generales que pronostiqué como base a la pasarela 2012, se han materializado en el vehículo de la malaya.

Pero antes de meterme en harina, conviene que entendamos que Caterham no es precisamente Dior, lo que nos pone en que su alternativa para este año ni es apurada ni exigente, pues bebe de dos conceptos ya explorados en la parrilla desde 2009: búsqueda de la mayor flexibilidad posible y optimización del uso de la estela de calor.

Al respecto, el CT01 ha afinado el volumen posterior de la zaga y presenta un morro muy ligero y plano que sin duda flectará lo suyo con el vehículo en orden de marcha, favoreciendo que el alerón anterior se sitúe lo más cerca posible del suelo sin que la FIA se altere.

Como este año había obligación de bajar la nose, lo lógico para lograr la flexibilidad necesaria en este punto pasaba por aplanarla y retrasar la unión de la espátula con la carrocería delantera, lo que explica que la nariz llegue prácticamente hasta donde nacen los brazos de la suspensión. Para terminar de decorar el conjunto anterior, arriba, y por los imperativos derivados de la propia arquitectura de la suspensión (push rod), el volumen del morro presenta dos derivas que sirven a su vez para crear un canal por donde el aire superior avanzará hacia la zona central del vehículo.

Toda vez que las líneas maestras de la carrocería del CT01 recuerdan al RB6 y su estructura de caparazón de tortuga, y a falta de poder observar con detenimiento qué se esconde en la zona del splitter, todo indica que Caterham ha dado más importancia en su diseño a que los flujos superiores y los laterales se encuentren rápidamente con las salidas de gases, de manera que la estela de calor se produzca pronto y avance a través del espacio generoso y libre que se ha generado en una zaga muy estrecha que va dotada de suspensión pull rod.

Como ocurría en los anteriores modelos de la casa, la gente de Fernandes no parece haber buscado en su nueva criatura la consecución de una excesiva velocidad punta, sino dotarla de la suficiente nobleza como para que se desenvuelva correctamente en el paso por curva.

A falta de mejores datos, creo que la malaya sigue apostando por avanzar pasito a pasito, sin estridencias, buscando el acierto ante todo, y el CT01 dispone en este sentido de unas interesantes papeletas con las que defender el pabellón antes de que el reglamento cambie de nuevo.