jueves, 19 de octubre de 2017

La casa por la ventana


No tiene suerte Haas con la carrera «en casa». El Gran Premio de los USA queda tan lejos del inicio de temporada que apenas da a la de Kannapolis para navegar en séptima posición de la general de constructores con Renault pegada literalmente al culo. 

Aficionados y patrocinadores de la norteamericana (poquitos), tienen en Austin una nueva oportunidad para seguir creyendo en las palabras de Guenther Steiner cuando afina ante la prensa que se han traído al COTA suficientes evoluciones como para tirar de los pelos a Toro Rosso.

Bueno, sí, la de Faenza no está como para tirar cohetes. Hartley y Kvyat harán lo que buenamente puedan, pero la decimoséptima prueba del calendario no parece el lugar más indicado para el sorpasso, y no tanto por la debilidad de la italiana sino porque hacen falta demasiadas alineaciones de astros como para pensar que tal milagro es posible.

Grosjean ha hablado demasiado por radio, Magnussen ha patinado demasiado sobre el asfalto, Haas ha mostrado demasiadas fallas estructurales en su proyecto...

Resulta de todo punto legítimo que Steiner nos diga que han tirado la casa por la ventana, otra cosa, claro, es que piquemos el anzuelo. Haas está donde está porque no ha sabido resolver la ecuación de montar una unidad de potencia razonablemente decente en el VF-17 de este año (la que usan los Sauber en la actualidad, también Ferrari, es especificación 2016), en un chasis al que a todas luces le viene grande.

Los eternos problemas de Romain con los frenos y las dificultades de Kevin, lo mismo nos permiten leer el escenario en términos de conducción, que apuntar a que el vehículo de la norteamericana es cagarrón por su falta de docilidad, quién sabe si porque su equilibrado dinámico no es todo lo resultón que cabría esperar. Y es que empiezas por disponer de demasiada entrega de potencia para lo previsto, y de suyo se lastiman el tratamiento de gomas, la gobernabilidad y el frenado...

Elegid la respuesta que más os convenza, desde luego. En todo caso, con casi todo el pescado vendido, enfocada en el monoplaza de 2018 y después de 16 carreras en las que sólo ha sido posible rebañar 43 puntos con el Tipo 062 en las entrañas de los VF-17, que Steiner más o menos nos diga que van a por Toro Rosso, significa que acaba de lanzar una bengala al cielo por si la ve algún patrocinador importante y se suma a una causa en la que el principal problema es el dinero.

Haas no ha cobrado nada por su participanción en 2016. Estaba pactado que así fuese y aquí no cabe mucho más que decir, aunque todo esto nos pone en que 2017 ha supuesto su auténtico año cero, y en que, como sucede siempre en las escuadras pequeñas en sus inicios, lo de tirar la casa por la ventana pasa por contar con un par de langostinos más en el plato de la cena de Navidad.

Interlagos nos devolverá a la realidad, de momento: soñemos.

Os leo.

2 comentarios:

Elín Fernández dijo...

Si los nuevos dueños de este negocio no mejoran o reestructuran el sistema de pago a los equipos, la llamada categoría tope del automovilismo mundial se va a quedar con 4 equipos. A lo sumo 5.
Es una estafa lo de el individuo que se adueñó de los derechos comerciales (el corrupto Bernie).
Todavía tengo la botella de vino con la que celebraré cuando se muera este maldito.

enrique dijo...

Haas dio el campanazo el primer año al aprovecharse de esa laguna en el reglamento que le permitía el primer año tener un chasis heredado, en este caso de Ferrari. Pero después de esa espuma se ve que es y donde está Haas. Amén de que ni Grosjean ni Magnusen me parezcan pilotos sobre los que asentar una estructura sólida.