viernes, 10 de marzo de 2017

Fuego de distracción


Mientras esperamos noticias desde Montmeló y que la 101 aerotransportada nos rescate, la Fórmula 1 ha despertado hoy con los pies fríos: la gran esperanza para este año, el RB13, está sufriendo problemas con su propulsor TAG Heuer que podrían dar al traste con todas sus expectativas para 2017...

No me voy a poner cabroncete ni espeso con este asunto. Renault ya llegaba con problemas a las pruebas de pretemporada y éstas siguen siendo un escenario donde probar y probar, comprobar la correlación de datos, detectar y arreglar si es posible los fallos, rodar, rodar mucho, y, desde luego, sacar conclusiones que sirvan para arrancar bien la temporada...

Hasta aquí todo bien, si se me permite decirlo así, lo malo es que la francesa forma parte del paquete que pretendía arrebatarle la corona a Mercedes AMG en 2017, y su caso no ha parecido tan importante, ni tan grave, seguramente porque ha salido beneficiada por el ruido provocado por Honda y McLaren.

Siendo honestos, el asunto me parece muy preocupante, por la importancia de los protagonistas y porque un escenario muy similar echó por tierras las aspiraciones de Red Bull en 2014. Y aquí cabe recordar que Milton Keynes no anda para bromas.

La temporada 2015 se la pasó recordándonos machaconamente que está en Fórmula 1 para ganar. Cuenta en la actualidad para cumplir su propósito, con un equipo como el de Faenza y toda la maquinaria de la del rombo tanto como fabricante como escudería (Enstone), y sin embargo, el producto de la gala ha fallado en los seis vehículos de las tres escuadras.

Remi Taffin ha aludido a que el problema es de juventud, a que afecta al ERS sin especificar si al MGU-K o al MGU-H, tambien ha afirmado que está controlado y, por último, ha prometido que para Melbourne estará resuelto. Empero, Red Bull, Toro Rosso y Renault no han rodado lo suficiente con los nuevos neumáticos Pirelli, lo que ha reducido la cantidad de datos provenientes de la acción de frenada con cada uno de los compuestos, y en consecuencia, ha aumentado el nivel de incertidumbre al respecto del comportamiento del Brake by wire, el MGU-K y de rondón, el almacenamiento de energía en el ES (Energy Store)...

No, no me parece un asunto baladí. La normativa 2017 suponía un caramelo para Red Bull por cuanto Adrian Newey gozaba con ella de una clara ventaja frente a los departamentos de aerodinámica de Brackley y Maranello, pero con la pobre contribución de Renault (hasta el momento), se está evaporando como la ropa recién lavada en un día de viento, incluso a pesar del abundante fuego de distracción que se ha originado en Woking.

Os leo.

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