miércoles, 30 de noviembre de 2016

Un café y a buscarse la vida


Por lo que se comenta por ahí, el WEC (World Endurance Championship FIA) y la Fórmula 1 han firmado una especie de Tregua de Navidad y han decidido que en 2017 las 24 Horas de Le Mans no coincidirán con el Gran Premio de Europa... En realidad, da la sensación de que la F1 es la que se ha bajado los pantalones en este asunto porque es la cita de Bakú la que cambia de fechas, aunque hablar de pantalones y vaselina con estas cosas es mucho hablar, no sé si me entendéis.

Sea como fuere, da la sensación de que la serenidad se ha impuesto, y que a pesar de que a Bernie le joroba sobremanera que sus pilotos se labren sus historiales y currículums lejos de su cortijo, es hora de aplicar un poco de sensatez a eso de andar contraprogramándose porque no está el horno para bollos.

Audi no correrá el año que viene en el WEC. Ni el siguiente ni al otro. Se ha retirado de la alta competición y ha afinado su mira telescópica hacia esa cosa que llamamos Formula E. Por si fuera poco susto, Volkswagen también ha abandonado el WRC (FIA World Rally Championship), y habiéndolo anunciado prácticamente en las mismas fechas que su compañera de grupo. Como remate, sabemos ya que no habrá Gran Premio de Alemania 2017... Hagan ustedes las cuentas.

Podría ponerme delicado y afirmar que el CO2gate ha tenido poco que ver en el asunto de la retirada de la armada invencible de VAG Group tanto de la Resistencia como de los Rallys, y afinar mi puntería sobre las numerosas dudas que aquejan la viabilidad a corto plazo del Deutsche Bank. La Agencia Bloomberg lo hace [dentro enlace]. Ello explicaría (también) la renuencia a seguir en el calendario oficial que han hecho efectiva los promotores del GP de Alemania, y, por supuesto, el escaso margen de maniobra que maneja Daimler a la hora de apoyarlo como le gustaría a Bernie. Sin pasta no hay paraíso, ya sabéis...

No corren buenos tiempos para Alemania, pero en realidad, no corren buenos tiempos para nadie.

Mi compañera de SafetyCast María Blázquez nos avisaba hace unos días, a través de su cuenta de Twitter, del cambio de tendencia que está sufriendo la hacienda pública de Inglaterra y cómo ésta podría afectar a la Fórmula 1 tras el Brexit. Los yanquis no han llegado y parece ser que ya les están rompiendo las piernas. ¿Llegarán del todo? Oh, wait!

Esto lo arreglamos Ernesto y yo con un par de cafés sobre la mesa, pero como todavía no hemos tenido ocasión, habrá que dejarlo en que no todo el monte es CO2 y en que en todo este fregao hay más temas pecuniarios de los que nos gustaría imaginar.

Sea como fuere, saludo que la Fórmula 1 y el WEC hayan decidido dejar de hacerse daño en 2017. Arrimar el hombro en los momentos difíciles es de colegas y está bien, muy bien. Aunque me queda la duda de si lo del Deutsche Bank, de ser cierto, podría suponer también la razón del mosqueo de Bernie con Mercedes-Benz. Al fin y al cabo, ¿quién apuesta a seguir vivo en 2020 si no sabe si vivirá mañana?

Me falta un café con Ernesto, pero tengo claro que han podido sonar las campanas del sálvese quien pueda, incluso en Brackley.

Os leo.

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