miércoles, 26 de octubre de 2016

Mi Felipe, «The movie»


Se huele Interlagos en el horizonte y mi Felipe ha decidido ir caldeando el ambiente. Se retira y quiere hacerlo en olor de multitudes aunque Yas Marina nunca ha dado para tanto, ni cuando decidieron bautizar Abu Dhabi con doble puntuación que el resto del calendario. 

Brasil está bien, es mucho mejor para estos menesteres, creo que se entiende. Interlagos en las afueras de Sao Paulo, el José Carlos Pace, eso es Massa. 

El público brasileño es tan pasional como el italiano. Dicen de él que entiende de Fórmula 1, que la valora como en pocos sitios, que muchas veces haríamos bien en mirarnos en su espejo, siempre y cuando no lo pillemos vocifando insultos, o esperando a la salida al equipo Toyota cuando Glock cede ante Hamilton en la última curva del trazado, y el británico le lima el punto que necesitaba el ídolo local, y lo apea del trono con la contundencia de un rayo. Ahí no, ahí conviene fijarse mejor en los públicos japonés o mexicano, que también aman este deporte, pero, al menos, no dan sustos.

Mi Felipe estuvo muy bien en Brasil 2008. Encajó la derrota ante Lewis como le gustaría encajarla a éste, si, un suponer, Nico remata esta temporada y se proclama Campeón del Mundo. «Como un hombre» dijo el de Tewin...

Eché en falta en boca de Hamilton un sucinto y contundente «como Felipe» en contestación a la pregunta de la prensa durante los previos del Gran Premio de los USA, no tanto porque espere mucho de este cabeza de chorlito que es capaz de desperdiciar tan fabulosa ocasión para quedar como un Marqués: pones en valor a tu compañero, haces tuyo el dolor que pudo sentir él, te muestras sutil amén de inteligente, y como premio, te quitas de encima al periodista y la posibilidad de que te sigan tildando de mierda...

Me enredo, disculpad. Decía que el otro día eché en falta algo más de generosidad en las palabras de Lewis, fundamentalmente por mi Felipe. Anda el paulista falto de mimos, y si el inglés hubiese acertado con la respuesta correcta, doy por seguro que Massa se nos viene arriba en Austin y se deja de sobreactuaciones con tal de rebañar algo de luz de los focos.

Comprendo que incluso con un Williams otoñal, llevar a la espalda una unidad de potencia Mercedes-Benz te hace, sobre el papel, merecedor a protagonizar algo mejor que de salchichón entre un Toro Rosso y un McLaren. Pero así estaba la cosa el domingo pasado, y, el FOM, tan dado a pasar de este tipo de historias en cualquier otra carrera, puso su ojo sobre lo que se jugaban Sáinz, Massa y Alonso en las últimas vueltas al COTA, y claro está, todos pudimos ver en directo cómo naufraga, y con dos cojones, mi Felipe.

Al hilo de esto último, y puesto que insistís en que me posicione sobre el adelantamiento de Fernando, sólo os diré que procuréis leerme cada vez que publico. Más que nada por evitarme tener que repetir cada cuatro días qué considero un lance de carrera, y evitar decirles a los que me contestan que exite un reglamento, que éste me parece una caca en cuanto a adelantamientos se refiere.

En fin, termino como empezaba: Massa está caldeando el ambiente para vivir a lo grande su despedida de la Fórmula 1 ante su público, en Brasil, de aquí en tres semanas. Yo no le daría más vueltas, ni a su cabreo del otro día, ni a sus palabras de hoy a cuenta de que Alonso tiene amigos entre los comisarios. Él es así y por mucho que queramos, no lo cambiamos. Eso sí, preparaos para cuando abandone la televisión y pase a la gran pantalla. Mi Felipe, The movie... 

Os leo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

En las disputas entre Felipe y Fernando escuecen tantas cosas que es normal lo de Felipinho. Un piloto correoso pero con nula capacidad en el mano a mano.


King Crimson

chema dijo...

Cierto fue un autentico lance de carrera, pero muy lance. Vamos que el adelantamiento es a la inversa y arde Troya.
Sigo diciendo que el peor mal de la F1 es la falta de criterio.

Aficionando dijo...

Jopé, creo que el único que quiere a Felipe eres tú, Jose. A mí siempre me ha parecido un mal perdedor y un piloto con un alto grado de frustración. Que la entiendo, pero no: coño, a lo largo de la historia tampoco son tantos los pilotos que han quedado subcampeones, y con Ferrari. Otros son felices, como Pedro de la Rosa, por haberse subido al podio una vez en su vida.