sábado, 21 de mayo de 2016

¿Me deja usted pasar, caballero...?


Por el canto de un duro no bato el récord de desidia formulera. Estamos a sábado y todavía no he analizado en profundidad el fabuloso y portentoso lance de carrera que originó, el domingo pasado, que los dos W07 de Brackley dejaran las puertas abiertas a sus rivales sin siquiera haber rodado media vuelta.

Bien es verdad que me despaché a gusto sobre el asunto en mi descacharrante intervención en El yate de Flavio, pero en términos curriculares no cuenta porque te juntas con Joserra y Jordi y sabes cómo empieza la cosa pero jamás cómo termina. Además, los podcast se los lleva el viento y las palabras escritas quedan para que con el tiempo, las rescate un troll o un agente enemigo, que descontextualizándolas, te acusará de devorar niños crudos.

En fin, es hora de reparar el olvido o la negligencia o como queráis llamarlo, pero tampoco os hagáis muchas ilusiones porque los lances de carrera, incluso cuando son analizados en profundidad, nunca dejan de ser lances de carrera.

También os advierto que con esto de los lances deportivos soy bastante huevón. Básicamente y salvo en casos muy puntuales, no soy dado a penalizarlos de ninguna manera. Hombre, son carreras de coches, que diría el Torpedo de Ufá, o no son el Monopoly, que diría Maurizio Arrivabene, lo que nos pone en que se da por asumido que tarde o temprano dos coches pueden liarla entre ellos sencillamente porque la competición es así, y porque si no fuese así, la Fórmula 1 distaría bien poco de parecerse a una fiesta de etiqueta.

Pero cuando un lance de estos se analiza en profundidad siempre da lugar a dos o más opiniones encontradas, como en el caso que nos ocupa, en que tenemos por un lado a los que culpan de todo a Lewis Hamilton y por otro, obviamente, a los que le endilgan el marrón a Nico Rosberg.

Y es curioso este punto de debate, ya que la FIA no vio nada punible y desde Lewis hasta el último mono en Brackley tiene claro, o eso afirma en público, que la responsabilidad fue del británico, con lo cual, sólo cabría decir ¡no hay caso, Señoría!

Pero hay caso y se mantiene vivo a estas horas, porque la maniobra de Rosberg abandonando la trazada, tampoco se puede tachar de inocente o fortuita salvo que aceptemos que el hijo de Keke no es el tipo sobrevalorado que nos han vendido tantas y tantas veces.

Ya sabéis mi opinión al respecto. Nico es duro y marrullero cuando conviene, y dista mucho de esa imagen de nenaza que hacía comprensible que Lewis le sacara de la pista y él no chistara, o que cometiese errores de novato, o que abriera la puerta, o que literalmente se dejara pasar por su compañero... Spa-Francorchamps 2014 nos ha hecho mucho daño, ha difuminado a un excelente piloto que sabe jugarse los cuartos cuando la ocasión lo merece, y el domingo pasado fue una de ellas.

Rosberg supera a Hamilton en la curva 1 y lidera la carrera sin perder de vista los retrovisores porque sabe perfectamente que el de Stevenage no se va a quedar quieto. Pero el comienzo del sector 1 de Montmeló es muy exigente y allí hay que hilar muy fino, y lo cierto es que los coches números 6 y 44 no están por la labor de seguir la ortodoxia. Lewis amaga con ir por el exterior pero se tira al interior, pero Nico, que lo conoce bien, se protege del posible adelantamiento...

¿Me deja usted pasar, caballero...? ¡Por supuesto. Faltaría más...!

Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Salvando las distancias, un Senna intentando j*der vivo a un Prost, y ambos afuera. Cosillas como ésta, le devuelven el pulso y la alegría a la F1 que padecemos últimamente. Gracias, pilotos!