martes, 5 de abril de 2016

Efecto Vandoorne


La aparición de Stoffel Vandoorne en el pasado Gran Premio de Bahrein ha renovado las viejas aspiraciones de un rejuvenecimiento de la parrilla, enarboladas por un sector de la afición que cíclicamente recurre al mismo mantra, como si la juventud, por sí sola, fuese capaz de resolver los graves problemas que aquejan al espectáculo.

Vaya por delante que me gustó la actuación del piloto belga en el desierto, más allá de cazar el primer punto para Woking —en realidad, el asunto estaba al caer, que se dice—, como recalqué ayer noche en mi intervención semanal en SafetyCast. 

El reserva de McLaren no se limitaba a cubrir el puesto dejado vacante por Fernando Alonso, sino que firmaba una estupenda carrera en la que, además, cuidaba del coche de un compañero, de la mecánica que utilizará el asturiano esperemos que en Shanghai, salvando con notable alto una dura papeleta, ya que si es complicado correr con la presión habitual que sufre cualquier conductor durante una prueba, más lo es, o me lo parece, entrar en combate por primera vez sin apenas haber tenido tiempo para estar preparado y con la encomienda de que tu paso por el equipo, apenas se note en términos de averías o destrozos.

Pero Stoffel no es Max, ni Carlos, ni Pascal, ni por supuesto Kevin —es el mayor de toda esta hornada de prodigios ya que Jolyon tiene 25—. El chaval de Verstappen cumplía en septiembre pasado 18 años. Carlos Sáinz, en septiembre de 2015 también, se coronaba con 21 primaveras. Pascal Wehrlein, tan sólo un mes después, cumplía la misma edad que el madrileño y Kevin Magnussen se aupaba a los 23, aunque ya hay quien dice que el vástago de Jan no da para más...

Palmer, como decía antes, en el barullo parece de la misma quinta, pero no, vamos, que como se descuide el de Renault, pasado mañana también puede suponer un aspirante a dejar vacante el asiento.

En fin, no me distraigo. Vandoorne acaba de cumplir los 24 y no da para romper ningún récord. Fernando Alonso, por ejemplo, a su misma edad le faltaban unos días para coronarse campeón del mundo por primera vez (2005). Lewis Hamilton le gana por unos meses, logró su primer entorchado en 2008 con 23 años y 9 meses. Y Sebastian Vettel, con 24, ya tenía en el bolsillo el primero de los suyos y le faltaba muy poco para conseguir el segundo en 2011...

No trato de echar un jarro de agua fría sobre nadie, entendedme, pero sí me gusta contextualizar las cosas quizás más que a un tonto una tiza. 

En este sentido, creo que no estamos hablando de juventud sino de madurez, y de condiciones, por supuesto. Stoffel es bueno independientemente de su edad, que es donde quería llegar yo. Y merece un asiento precisamente por eso, no porque sea joven.

La parrilla abunda en la presencia de determinados pilotos que parecen viejos no tanto porque calcen tantos o cuantos años, sino porque no están a la altura de las circunstancias a pesar de que siguen siendo interesantes para el negocio por esas ententes que los aficionados solemos obviar. Años y años viéndolos discurrir sobre los circuitos, conocemos sus vicios y resultan a día de hoy demasiado predecibles como para sostener el espectáculo, admitámoslo.

Así que de la misma manera que hay gente en la parrilla que mantiene intacta su capacidad para conducir monoplazas, existe necesidad de renovación, desde luego, pero no por juventud, sino por pericia al volante. Por calidad, en una palabra.

Nos hace falta gente como Stoffel, pero no voy a caer en la trampa de pensar que todo se debe a que tiene 24 años y es rematadamente bueno, eso se lo dejo a los que creen en el bálsamo de Fierabrás y pasan por alto que para que un piloto cuaje, además de que sea como el belga, Jolyon, Carlos, Max, Pascal o incluso Kevin, hace falta que se alineen de rondón tres o cuatro astros, y los intereses, la política, y la masa madre del negocio.

Os leo.

1 comentario:

GACOMPETICION dijo...

Has dado con lo primordial de la cuestión: Lo imporante no es la edad, sino las conidiciones de pilotaje y por su frialdad a la hora de evaluar situación de la propia competición. LO importante también es el desgaste, hay muchos jóvenes que caminan hacia la F1 o al menos lo intentan y llevan 16 años como cuasi profesionales y que en el camino se desgastan y se refalfian y llegan muy quemados a la etapa final cuando se autoexigen o quizás le exigen, sobre todo sus progenitores de manera extenuante, luego su rendimiento permanenece por menos tiempo, si es que algún dia llegan a la F1 que gente que ha empezado más tarde y lleva menos años corriendo y luego tiene mayor recorrido en la F1