miércoles, 9 de marzo de 2016

[Sauber C35] Desde Tatooine con amor


Acumulo cierto retraso con esta serie y es hora de ir cerrando heridas, así que a falta de visitar el MP4/31 de Mclaren, vamos con el último vehículo presentado esta sesión, el C35 de Sauber, que como sabemos, se vestía de largo al comienzo de la segunda tanda de entrenamientos de pretemporada.

Básicamente nos encontramos ante un producto típico de Hinwil, muy cuidado aerodinámicamente, y que bajo mi punto de vista, retrocede hacia el planteamiento del fallido C33 de hace dos años, quizás con la intención de coger impulso, y me explico:

Como escribí a finales de la temporada 2014 con respecto a lo mecionado al comienzo de la misma, el coche suizo había sufrido los rigores de una unidad de potencia (Ferrari) bastante floja. Sin suficiente potencia, el delicado planteamiento aerodinámico resultaba contraproducente tanto en prestaciones puras como en cuidado de neumáticos, razón por la cual, Sauber terminaba penúltima en la tabla de constructores, por delante de Caterham pero superada por Marussia (qué bien supieron los dos puntitos logrados por Bianchi en Mónaco).

El C34 se estrenó con la lección bien aprendida, aunque fallaría casi de idéntica manera. 

Ante el pavor que había producido la experiencia de la temporada anterior, Hinwil había planteado su monoplaza de 2015 de manera más convencional, con menor exigencia aerodinámica, pero como el propulsor italiano había mejorado, el paquete, en su conjunto, iba a resultar tan mediocre como su antecesor. Sauber terminaba antepenúltima, por delante de Manor y McLaren...

Bien, retomemos el hilo inicial y espero que se entienda mejor eso que he dicho antes de que «el C35 retrocede con la intención de coger impulso», ya que el coche de 2016 —incluso manteniendo las inevitables semejanzas con el C33 y C34 pues al igual que ellos, lleva también el Tipo 059 de Maranello en sus entrañas—, abandona la rotundidad de formas del segundo y recupera las sutilezas del primero.

El C35 se muestra muy entallado en la parte baja de los pontones, con una zaga también muy cercana en distancia a la parte superior del fondo plano, lo que acerca su diseño al del STR11 de Toro Rosso pero contrasta con las soluciones de los otros dos vehículos que también llevan la unidad de potencia de Maranello: Haas VF-16 y Ferrari SF16-H.


Salvando las distancias, el C35 goza de la misma filosofía que el C33: quiere ser rápido, y por ello se enfoca hacia el dominio de las zonas inferiores que bordean los laterales del coche y ofrece además, una zaga muy limpia de volúmenes con una salida de calor a poca altura.

Como el C34 se contentaba con sobrevivir, este aparente revisionado del C33 supone un bonito paso adelante. Que sea amplio o cortito es otra historia. A pesar de haberse defendido bien en Montmeló, Sauber no lo está pasando bien económicamente y ante la coyuntura de un previsible cambio de reglamento, se va a ver obligada a arrear con lo que tiene.

En este sentido, si la UP italiana funciona como se espera y el dinero de las arcas suizas llega hasta verano, por ejemplo, veo a la de Hinwil abandonando con el C35 las penosas posiciones finales durante los primeros Grandes Premios, y tal vez pillando algún patrocinador que haga compañía a Banco do Brasil. Desde luego no es la solución definitiva, ni siquiera la más deseable, pero peor lo tenía Luke Skywalker en Tatooine y mirad cómo terminó el chiquillo.

Os leo.

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