martes, 16 de febrero de 2016

Look who's talking


Don Sergio ha hecho añicos el sueño de Maurizio de llenar la posteridad con su nombre. Dice de él el Gran Jefe Indio: «Si le tengo que buscar algún defecto es que no está en el lado técnico de las cosas», vamos, que aquello de que se había reunido un 10 o 12 de diciembre de 2014 con Resta y Byrne para definir el SF15-T en tiempo récord, no se lo cree ni el presi de FCA.

No está mal, ni bien, ni medio bien, para qué demontre vamos a engañarnos. Marchionne va a su bola y no repara en gastos. Según su humilde punto de vista, él entiende más de ferrarismo que todos los tifosi juntos, lo que choca diametralmente con la filosofía canónica de Montezemolo, y por supuesto, con la pragmática de Enzo Ferrari.

La distancia entre el hombre que dio alma y nombre a la mítica y el del jersey y los modales cool, es sencillamente sideral.

Don Luca estaría más cerca de Il Commendatore de lo que cabría pensar, pero claro, bebió de sus maneras, se acercó al equipo cuando Ferrari suponía un bastión irreductible incluso cuando mordía el polvo, y aunque la desviación pueda resultar obvia, en el fondo, su etapa supuso un punto y seguido al que nadie con dos dedos de frente podría poner peros. Otra cuestión es que el bíblico hacer coches de calle para seguir compitiendo, se convirtiera en sus manos más en un eslogan que en otra cosa...

Sin embargo, don Sergio ha aprendido la filosofía rossa pero de oído y mal, a través de traductores, principalmente de la corriente montezemolista. Y así es normal que para estupor de los que pregonaban hace nada que no tenían nada que ver las extrañas victorias de La Scuderia en los circuitos con la salida a bolsa de la firma en Wall Street y posteriormente en Milán, admita: «Poder encadenar victorias es lo mejor para nuestra marca. Estuve hablando con nuestro concesionarios y estamos de acuerdo en que los resultados de 2015 han ayudado a recuperar la credibilidad.»

¡Nos ha jodido mayo con las flores! Nos habíamos dado cuenta. Claro que nos habíamos dado cuenta. Incluso Bernie se había dado cuenta cuando acusó a Mercedes y Ferrari de «estar interesadas sólo en vender coches».

Así que lo de Marchionne es puritita pose, y que Dios y mi adorado Prostvuelve me lo perdonen: farol e incomprensión de lo que supone competir en Fórmula 1.

Aquí no basta con querer ni con tener los mejores amigos. Sí, sé lo que estoy diciendo.

Todo el mundo sabe que siempre existe un guión. Esto es un mundo profundamente profesionalizado donde la vida y avatares de uno afecta a los otros y las de los otros, le afectan a uno. Unus pro omnibus, omnes pro uno!, como en Los Tres Mosqueteros. Pero más allá de la bella y elocuente ecfonesis, toca después defenderla quedando al albur de las deidades. Y te apellidas Porthos, Athos, Aramis o D'Artagnan, o la historia puede acabar francamente mal.

No deseo nada malo a mi rossa. Cómo iba a desearlo si bebí mis primeras leches en esto amamantado de su teta... Otra cosa sería negar la evidencia de que el cuerpo me pide que al soplagaitas de Marchionne, alguien, no sé si este año o el siguiente, le dé un severo correctivo.

Ferrari es otra cosa. No sé ni cómo definirlo, pero sí sé que el Gran Jefe Indio no se ha enterado de nada todavía. De la misma manera que entiendo que Montezemolo hizo lo que pudo y que Arrivabene y Vettel, tendrán que bregar con lo que les echen donde hay que pelearlo.

Y qué hago yo escribiendo a estas horas... ¡Por Dios, qué preguntas hacéis?

Os leo.

1 comentario:

ivano dijo...

Aupa Jose, muy bien traído el asunto. Justo hace un rato he visto un link que ha colgado un usuario en Safety-car en el que se compara y se pone en evidencia lo que quiere el cool este. Te lo dejo por aquí, es cortito y resume muy bien desde que murió Il Commendatore.

https://almacenf1.wordpress.com/2014/09/10/crisis-en-ferrari-adios-montezemolo-hola-marchionne/