sábado, 31 de octubre de 2015

¡Gracias, México!


Uno está tan acostumbrado a ver gradas vacías o rellenas de publicidad, profesores, alumnos, de militares, de jeques, o de pérfidos alonsistas que tomarán las de Villadiego en cuanto el Nano flaquee un tanto así, que ha recibido una bofetada de alegría que casi le hace caer al suelo, al percibir cómo un público totalmente volcado con nuestro deporte, jaleaba a un chamaquito que luchaba con el cuchillo entre los dientes en calificación, por hacer nono en vez de décimo, como si estuviera a punto de conseguir la pole.

Basta pasarse por algunos foros internacionales para entrever que había mucho recelo con eso de que México fuese capaz de levantar un Gran Premio, su Gran Premio. Ya se sabe, lo que huele a latino o mediterráneo en Fórmula 1, siempre enarca una ceja en el careto de los numerosos censores que abundan para decirnos a los demás lo que está bien y lo que está mal, dónde hay que posar los ojos y dónde ni se te ocurra. Y lo malo no es lo que se lee entre líneas, sino que éstas suelen ser escritas por mentecatos y acomplejados hispanoamericanos o españoles, lo mismo da, que ven en en eso valorar lo suyo una especie de pecado original del que hay que abjurar lo antes posible, no vaya a ser que alguien les mire mal.

viernes, 30 de octubre de 2015

Apio, tibia y peroné


Sacrificar dos campeonatos mundiales por ser leal al equipo debería estar penado con tres o cuatro años remando en galeras. Si el compañero es el principal enemigo en Fórmula 1 por aquello de que dispone de la misma herramienta; el patrón, la escudería en este caso, es el enemigo silencioso y el más peligroso de todos.

Lo sabíamos de antes y lo recordamos en 2007. Y posteriormente se nos quedó grabado observando desde la barrera cómo Ferrari jamás se tomó en serio ser campeona del mundo cuando el asturiano militaba en sus filas...

jueves, 29 de octubre de 2015

No, tampoco


Ante la previsible aparición de la lluvia en el Gran Premio de México, se ha reabierto el debate —tímidamente, eso sí—, sobre por qué los monoplazas de Fórmula 1 no son capaces de evolucionar sobre la pista bajo determinadas condiciones meteorológicas (adversas, evidentemente), cuando los prototipos del WEC lo hacen sin tantos melindres y en situaciones mucho peores.

Tomar la Resistencia como punto de referencia puede parecer a priori el camino más corto para comparar situaciones entre vehículos aparentemente similares, pero en ningún caso es así.

Acto reflejo


Vaya por delante que no me gustan las natillas industriales y que de MotoGP y aledaños, conozco lo justito como para poner cara a los pilotos de los que me hablan Faustino, Gerardo o Iker.

Eso sí, también puedo decir con la frente bien alta que además de por los tres prendas del párrafo anterior, estoy rodeado de moteros por los cuatro costados y puesto que es de sobra conocido que del roce nace el cariño, aspiro noblemente a que dentro de una década o dos, pueda defenderme en el mundo de las dos ruedas con la misma soltura que lo hago en el de cuatro.

miércoles, 28 de octubre de 2015

Banalizando la tradición


Parece que esté todo el pescado vendido pero nada más lejos de la verdad. A falta de tres pruebas, Mercedes AMG ya es bicampeona y Lewis Hamilton tricampeón del mundo, pero aún queda por ahí una lucha por el segundo puesto en la tabla de pilotos —la de constructores ya está amarrada por la rossa—, en la que Ferrari seguro tiene mucho que decir.

Como tifoso no estoy satisfecho, qué os voy a contar. Con éste son siete largos años en los que Maranello no consigue grabar su nombre entre los mejores, y al paso que vamos, La Scuderia corre riesgo de convertirse en una segundona de libro. Ya sabéis: siempre ahí, siempre generando noticias, siempre la más guapa y la más divertida, pero a la postre, la novia de la boda siempre es otra.

Historia de tres zapatos


Williams nos sorprendió el domingo pasado y nos llevó en volandas a aquel territorio donde carerra sí y carrera también, Pat Symonds naufragaba en sus propuestas de estrategia para Renault.

Publiqué entonces No tiene quien le escriba. Iba sobre el ingeniero británico y era una texto que trataba en el fondo, sobre la enorme dificultad que tienen las escuderías en eso de acertar en las decisiones que afectan a sus pilotos cuando la meteorología anda por medio.

lunes, 26 de octubre de 2015

¡Grande, Lewis!


Es muy temprano pero toca hablar de Lewis aunque sea brevemente, no porque toque en sentido estricto, que toca, sino porque el británico se ha calzado un merecidísimo tercer título mundial y gracias a Dios, he tenido la oportunidad de narrar el de este año y los dos anteriores (2008 y 2014, respectivamente), desde este mismo sitio. Desde donde escribo practicamente todos los días. Desde Nürbu.

Puede parecer una chorrada como un pino de grande, pero me felicito de haberme equivocado en la previsión que hice el viernes pasado, porque sin duda, la carrera de ayer ha supuesto una hermosa guinda para la brillante temporada del piloto británico.

sábado, 24 de octubre de 2015

Aquaplaning para dummys


Si Fernando hubiese abierto la boca al respecto de lo sucedido esta tarde en Austin —a favor o en contra, tanto da—, a estas horas el mundo sería perfecto porque se habrían abierto los manantiales en las redacciones de los medios digitales y convencionales, y los ríos de tinta competirían en caudal con las aguas vertidas por el patricia sobre tierras texanas.

Por suerte no ha sido así, lo que nos ha permitido disfrutar del talibanismo asomando las orejas porque esto es Fórmula 1 y qué queréis; porque en la NASCAR pasan estas cosas y nadie se queja; porque nadie nos debe nada a pesar de que nos hemos pasado casi tres horas viendo bobadas y consumiendo publicidad; y en el fondo, porque esta gente que acabará echando la culpa al alonsismo de que la Fórmula 1 se esté yendo literalmente a la mierda, no ceja ni tanto así en hacerse notar navegando contracorriente.

viernes, 23 de octubre de 2015

Magonia


Lamento no poder ofrecer una imagen más luminosa de lo que está sucediendo en el Mundial de Fórmula 1, pero Austin sufre los rigores del huracán Patricia y en el COTA (Circuit of The Americas), es lo que hay: una imagen pastosa que no augura nada bueno para el fin de semana, ya que los meteorólogos dicen que mañana y pasado puede ser peor.

La segunda sesión de los libres para el Gran Premio de los USA han sido suspendidos y dada la asombrosa cualidad de los Pirelli wet para servir de poco o nada bajo condiciones adversas, y que los coches han crecido en longitud sin reparar en gastos, hasta el punto de que los fondos planos tienden a surfear sobre agua como malditos hijos de su madre, sobre todo en la zona de la bandeja del splitter, a lo peor nos ponemos en que Lewis se calza su tercer título en modo renegado, sin asistir al juicio. En rebeldía, como fue sentenciado el apache Gerónimo por los blancos, vamos.

jueves, 22 de octubre de 2015

¡Váyase, Sr. Ecclestone!


Estamos en que anda el mundo de las conspiraciones algo revuelto. Tanto que los tradicionales escépticos de toda la vida se devanan los sesos pariendo engendros intelectuales a cuál más cachondo, no sea que cuando termine todo, se queden sin su bien merecido trocito de pastel, de ése que dicen, juran y perjuran, no haber pretendido probar bocado jamás.

Reconozcamos que algo debe tener el minuto de gloria, que la peña se parte la cara por disfrutarlo al menos una vez en la vida. Bien por ligar, bien por parecerse a los demás, bien por mitigar la soledad sin necesidad de recurrir a la medicación prescrita por el médico que hace tardes que no tomas. Y así, los supuestos librepensadores se convierten en agentes de la Stasi, los hermanos del alma en Caín para sus correspondientes Abeles, y los acosadores de libro, en hermanitas de la caridad que buscan con ahínco que la verdad reine sobre todo el orbe.

miércoles, 21 de octubre de 2015

Siempre


Hubo un tiempo en que a los pilotos mayorzuelos se les recriminaba que pretendieran seguir corriendo, decíase: porque quitaban sitio a las jóvenes promesas. Y el caso es que las promesas lo único que traían era guita y contención de emolumentos para sus rivales mejor pagados, ese maná liberal caído del cielo, que servía y sirve para cerrar las heridas abiertas en la parrilla por la cicatería de Mr. Ecclestone.

Aquellos años pasaron y dejaron espacio a otros donde la experiencia volvió a tasar al alza, y en ellos estamos aunque sin Rubens Barrichello. Y una escudería como McLaren, decidía hace nada renovar a Jenson Button y hace menos, desprenderse de Kevin Magnussen a pesar de que cuando Ron Dennis le quitó el puesto a Martin Whitmarsh, una de las primeras cosas que dijo, además de que Woking disponía de medio segundo extra para desenfundar en Malasia, fue que el hijo de Jan apuntaba a campeón del mundo.

martes, 20 de octubre de 2015

Me gusta la Fórmula 1


Descuidad, el título no va por mí, que sé de sobra que me gusta la Fórmula 1, ni trata de reafirmarme en una posición que se podría definir como delicada en la actualidad por cómo van las cosas.

Va por ese montón de aficionados cada vez más extendido, que a base de alimentarse de 140 caracteres cada pocos segundos o visionar vídeos de carreras con música épico/romanticona como contexto acústico, ha dejado te tener contacto con la realidad.

sábado, 17 de octubre de 2015

Jaime


He esperado un tiempo prudencial por ver si reaccionaban los que siempre andan solicitando a los demás lo que ellos no son capaces de hacer, y nada. Nada por aquí, nada por allá. Como siempre, nada por parte de los analistas y nada también, a la espalda de aquellos que el año pasado me afeaban aquí mismo porque según sus cuentas, a Jaime le había dedicado yo siete entradas cuando ellos no han sido capaces de materializar ninguna, ni antes del diluvio ni después.

Jaime y la nada podría haber sido un hermoso título para una entrada acuñada por alquien que en palabras de Hampeon, es bastante cabrón al teclado. Quizás porque compongo partituras o tal vez porque considero al tiempo como un fabuloso aliado. Sin duda, porque soy ese hijo de la gran puta que esboza mi amigo uruguayo y estoy aquí para turbaros el sueño por siempre jamás.

viernes, 16 de octubre de 2015

Alguien tenía que decirlo


No es porque sea Kimi, que a lo mejor sí, pero me parece que se ha hecho demasiada sangre con él esta semana. 

Primero de todo, Mercedes AMG necesitaba sacar 3 puntos de ventaja a Ferrari en Sochi, creo, para calzarse el Mundial de Marcas, y de no haber sido por el incidente del acelerador en el coche de Rosberg, la de Brackley los habría conseguido y de sobra.

jueves, 15 de octubre de 2015

Cuatro latas mundiales


El tiempo suele ser un magnífico curandero y a veces, también se muestra como un juez implacable. Mirad si no, cómo se desangra la Fórmula 1 a cuenta de que Red Bull se ha puesto farruca con eso de negarse a tener presencia en el deporte simplemente por competir, por intentarlo una vez más.

Algunos están aterrizando precisamente ahora, en ese áspero territorio plagado de política y dinero en el que la austriaca ha prosperado como ninguna otra, opacando con su buen hacer sobre los circuitos y despachos, el brillo de escuadras señeras como han sido y son Ferrari, McLaren o Williams.

A capella


Tenemos remiendo oficial de reglamento o algo parecido y después de desayunar tocaba además, echar el ratito de apertura diurna en Mi Mayor para oboe, trompas y fagot. Así que miel sobre hojuelas, que diría aquél: habemus entrada. Y es que los cuatro puntos cardinales del remiendo me traen un poquito a mal andar.

No sé, quizás me esperaba algo más, pero me ha parecido bastante corto de miras eso de atender fundamentalmente a mejorar el ruido, a paliar las dudas sobre si todos los motores son iguales o a endurecer la norma que penaliza circular por fuera de la pista.

miércoles, 14 de octubre de 2015

El Gran Premio de Europa 2016


No salimos de un Bernie que nos metemos en otro y de suyo, no me queda otra que multiplicarme para dar abasto con todo el material que me anima a escribir sobre Fórmula 1, su entorno y sus cosillas.

No soy un tipo fácil. Mirad esta entrada por ejemplo: comienza con dos negaciones en sus dos primeros párrafos y así, dice el catecismo de los blogueros, no hay quien levante un texto. Pero es temprano —en mi vida siempre es temprano hasta que resulta demasiado tarde— y todo es posible, y además, qué demontres, prefiero coger el toro por los cuernos ahora que Gorliz despierta, que dejar para luego eso de continuar hablando del patrón, del individuo al que Putin, el otro día, quiso evitarle un resfriado mandando que le trajeran la chaqueta y se la pusieran sobre los hombros.

martes, 13 de octubre de 2015

Casi perfecto


Aquí donde me veis, fui el primero en llamar Roy Bean a Charlie Whiting, en tildarlo de Juez de la horca, en describirlo como un individuo arbitrario y mezquino que juega a ser dios en cada carrera porque nadie ha tenido narices de jubilarlo cuando era tiempo y hora.

Me deshauciaron la idea por no protegerla, como otras tantas. Pero a lo que vamos, bastaría que un solo piloto, quien sea, aunque la retórica que estoy utilizando se concrete en la figura de nuestro compatriota Fernando Alonso, afirme, digo, que en los briefing anteriores a cualquier prueba prefiera no hacerse notar por si las moscas, como para que entendiéramos el auténtico cariz de este personaje de película, que se mantiene en su puesto no porque convenga al deporte ni a la FIA, sino porque es del gusto de Bernie.

El pitillo y Roberto


Como país tenemos una bonita posición en la Fórmula 1. No somos Francia en aquella etapa de nuestra historia como deporte en la que los galos disputaban el territorio a los británicos, pero aunque exista una corriente de opinión empeñada en todo lo contrario, tampoco está nada mal para una nación que como quien dice, es una recién llegada a todo esto.

El esfuerzo que hay detrás ha sido encomiable y ha necesitado de al menos un par de décadas para consolidar un terreno que estamos a punto de perder, como hemos perdido tantas y tantas oportunidades, simplemente por ser más papistas que el Papa o por comportarnos como un rebaño ya que hay pastores por ahí, a patadas.

Troleando a Checo


Desconozco si los padres de los pilotos daban tanto juego en las retransmisiones de Fórmula 1 anteriores a 2007, pero lo que creo que está fuera de dudas es que a partir de la irrupción de Anthony Hamilton en las pantallas de los televisores —en todas las pantallas de todos los televisores—, los aficionados hemos asistido a un auténtico antes y después.

Anteayer, por ejemplo. Ver a don Antonio Pérez Garibay celebrando el tercer puesto logrado en Sochi por su hijo Sergio, supuso todo un episodio épico festivo que nos ayudó a digerir la plúmbea omnipresencia de Vladímir Putin en la ceremonia del podio, que nos retrotraía de paso, a aquella felicidad genuina que reinaba entre Big John y Jenson Button cuando éste iba camino de su título mundial, y aún después, mucho después... ¿Quién no recuerda a Luis Antonio Massa en 2008?

lunes, 12 de octubre de 2015

La herencia Ecclestone


Por razones que no viene al caso contar, me he pasado el día viendo las dos películas correspondientes a La Herencia Valdemar, lo que inmediatamente me ha llevado a pensar en que Bernie no es un mortal como el resto de los mortales, sino un auténtico Primigenio.

Supongo que cualquiera de los aficionados a la Fórmula 1 que haya jugado también a The Call Of Cthulhu, habrá tenido esta misma sensación al menos una vez en su vida como jugador de Juegos de Rol. La bruja de Blancanieves no es que sea inmortal, es sencillamente que siempre ha estado ahí y ahí estará per saecula saeculorum amén!, que diría aquél.

Ferrari te sobrevivirá, Maurizio


He visto cosas que no creeríais: Atacar naves en llamas más allá de Orión. Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser. A Maurizio escupiendo sobre tres subcampeonatos mundiales para Maranello, sobre 1.190 puntos conseguidos a bordo de coches que según palabras del Luca Cordero di Montezemolo, jamás estuvieron a la altura de su piloto. A Ferrari convertida en un circo...

Se puede ser necio, muy necio, o apellidarte Arrivabene. Porque hay que ser muy gilipuertas para querer olvidar que Fernando Alonso es parte de la historia viva de La Scuderia, que la marea azul ha sido marea roja durante cinco años, y que el equipo lleva patrocinio español. Que el Santander paga todavía hoy parte de la nómina y los excesos de su director deportivo.

domingo, 11 de octubre de 2015

Mis respetos, Nico


Hace ya unos años, concretamente en abril de 2012, dediqué una entrada a Nico Rosberg en la que me felicitaba por haberle visto ganar en China [Yo vi ganar a Nico Rosberg]. 

Por entonces, no éramos precisamente pocos los que esperábamos como agua de mayo que el hijo del gran Keke firmara al menos una victoria en su carrera profesional, supeditada en aquel instante a la mayor gloria de la figura de Schumacher. Nuestra espera obtuvo recompensa.

martes, 6 de octubre de 2015

Excusas para una mala vida


Os he dicho más de una vez que me divierte esto de disfrutar de la Fórmula 1 más en «versión despacho» que sufriéndola en la pista, y al parecer no soy el único por mucho que los Billy Elliot anden lagrimeando por los descampados a cuenta de lo que nos estamos perdiendo y jamás recuperaremos.

Lamento decirlo, pero no nos estamos perdiendo nada. Cuando un espectáculo hace más caso a lo que ocurre fuera de los circuitos que dentro de ellos, es porque el mejor número se desarrolla fuera de la pista principal. 

lunes, 5 de octubre de 2015

El circo del sol


Disculpen ustedes que aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, me haya tomado unos días de distanciamiento del blog y relax profundo, después de pasar una gripe tipo ¡con dos cojones! para la que no se conoce vacuna.

Bien mirado, la obligada coyuntura y su consecuencia lógica me han permitido surcar sin mancharme las manos, esos procelosos mares que han surgido tras el Gran Premio de Japón, en los cuales te topabas con Fernando a la hora del desayuno diciendo: «¡Es vergonzoso, parece que llevo un GP2!»; lo calzabas a la hora del almuerzo gritando: «¡Es vergonzoso, parece que llevo un GP2!»; y antes meterte en la cama, lo encontrabas gimoteando en cualquier esquina: «¡Es vergonzoso, parece que llevo un GP2!»