martes, 3 de noviembre de 2015

In God we trust


Como corresponde a una temporada que parece un calcetín vuelto del revés y huele además a sudado, las noticias relevantes pasan casi desapercibidas, o no se ven, o no se notan, o no encuentran espacio para brillar. 

A ver, miras a la pista y entre que domina Mercedes AMG de cabo a rabo, que Lewis se nos ha puesto moñas, que Fernando no levanta cabeza y que Arrivabene tuvo que calmar el domingo pasado a Vettel diciéndole: «Para Seb, no exageres. Ganamos y perdemos juntos», en vez de Fórmula 1, todo esto parece un largo episodio de Friends.

Pero John Booth y Graeme Lowdon, jefe de Manor y director deportivo, respectivamente, parece que se las piran de la de Dinnington en cuanto acabe el sarao y allá que le vayan dando al propietario: Stephen Fitzpatrick.

Podría parecer el típico lío entre gente seria que no se entiende, pero si nos quitamos las legañas y ponemos la lupa, observamos enseguida que la peña que tenía proyecto deportivo toma las de Villadiego y el que se queda es el que juega con dinero.

La cosa, dicen los expertos, pasa porque con la confirmación de que Mercedes-Benz ponía la unidad de potencia para los cacharros en 2016, al Fitzpatrick se le han vuelto los dedos huéspedes y sus previsiones de cara al año que viene, han chocado diametralmente con las expectativas y proyecto que tenían Booth y Lowdon.

Visto así, podríamos decir que estamos ante la típica situación en que el productor de la película cree que el guión tiene más tirón del que parecía a comienzos de temporada porque huele dinero en el horizonte, y pretende decirles a los directores cómo filmar la secuencia final. Pero si prestamos atención, vemos inmediatamente que al manús de la tela le acaban fallando las cuentas, ya que al parecer, sólo al parecer, Stuttgart habría supeditado la entrega de su material a la permanencia de Lowdon y Booth en el equipo británico, y como estos se van...

Hay más, como en toda buena novela. Fitzpatrick contaba con Bob Bell para su nueva aventura, pero todo indica que Bob Bell también se marcha...

Bien mirado, aunque cruzando los dedos porque uno nunca sabe, con un poquito de suerte puedo ganar con todo esto la única apuesta que me queda en pie. 

He perdido aquella por la cual, dos alemanes y un asturiano se jugaban el título en Abu Dhabi. He perdido también la que me jugué con Jose, el del Argintxe (Gorliz), proponiendo que Fernando terminaba entre los cinco primeros clasificados a final de año. Pero todavía tiene aliento aquella otra que compartí con vosotros como en septiembre pasado, en la que los figuras de Red Bull terminaban montando un merche en 2016, Ferrari propulsaba a Toro Rosso, y Renault, a Lotus y a Manor.

Como comentaba en 2010 a cuenta de que a Adrian Newey nunca se le podía pillar bajo el prisma de un ingeniero, sino pensando en él como un artista, digo hoy que a Bernie no se le puede cazar sino bajo la perspectiva de un capo. Y así, si hace falta que una famiglia se tambalee se tambalea, y va la bruja de Blancanieves y consigue que Manor pierda el equilibrio contra todo pronóstico, que mira que nadie lo imaginaba en octubre, sin ir muy lejos. 

Sin duda, en este tipo de fenómenos se hace indispensable la figura de un ingenuo que crea que todo el monte es orégano y que es el más listo d ela barraca, y salvo que me fallen las cuentas, Stephen Fitzpatrick da perfectamente este perfil.

Crees que tus acciones valen 10, un ejemplo, pero viene Paco con la rebaja y resulta que están sobrevaloradas y no precisamente como Rosberg. Valen una mierda pinchada en un palo y en un abrir y cerrar de ojos, te hundes. Pierdes lo que no está escrito por haber calculado mal el estado del terreno que pisabas y viene entonces Bernie y te ofrece una salida, y la aceptas, y acabas debiéndole una. En eso consiste este negocio, en deberle algo a Bernie.

Mercedes-Benz podría liberar un cliente con la salida de Lawdon y Booth de Manor, y es precisamente Mercedes-Benz lo que quiere Red Bull. Sacad las cuentas y escuchad a Leonard Cohen:

«Everybody knows that the dice are loaded
Everybody rolls with their fingers crossed.»

In God we trust. Os leo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que vendría siendo... Que la excusa por la cual no motorizaban a RedBull ya no es? Y están de verdad obligados a ceder su impulsor al enemigo?

Aunque viéndolo desde el ojo bueno, favorece la competición. Un 2016 más animado. Y qué opinará la Rossa al respecto?

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenos días.

Anónimo ;) Básicamente no existía excusa aunque sí «problema». Los motoristas sólo pueden suminsitrar a un tope de equipos, cuatro concretamente, y Mercedes-Benz ya tenía el cupo lleno con Manor (Manor, Williams, Force India y Mercedes AMG).

Si Lawdon, Booth y Bell se marchan, que todo indica que sí, Mercedes-Benz podría verse libre de su compromiso si lo que se comenta es cierto, con lo cual, para 2016 sólo suministraría a tres escuderías: Williams, Force India y Mercedes AMG, quedándole así mismo, una opción para cubrir que podría ser Red Bull.

Ferrari aquí ni pincha ni corta. Tiene su cupo correspondiente lleno (Haas, Toro Rosso, Sauber y Ferrari) y no puede meterse en el campo de otro fabricante ;)

Un abrazote

Jose

Anónimo dijo...

Es que, Redbull con un impulsor Mercedes y algo de suerte, puede disputarle a Ferrari el de constructores. No creo que guste ni un poco esa posibilidad en Maranello. Por eso es que me pregunto qué dirán al respecto ahora que han recuperado ese espacio político que tanto echaban en falta.

Será un dolor de cabeza para Mercedes proveerles de motor. En igualdad, acabarían entregando muchos puntos. Y recortarles algunos CVs, sería ver a Horner, Maschesz y compañía en los medios, llorando penas e injusticias.

Saludos!